martes, 22 de diciembre de 2015

CUENTO DE NAVIDAD


“Disfrutad de lo bueno y aprended de lo malo” –nos decía ayer CAP a toda la manada, tumbadas a la espera de un sol que se peleaba con la neblina. CAP siempre nos cuenta historias. Aunque los achaques de la vejez le han dejado sordo y con manifiesta artrosis, su memoria es tan prodigiosa como lo es su olfato. Es el mayor y mejor contador de historias, de experiencias, de cuentos… A veces se queda en silencio, con la mirada perdida. En una ocasión le pregunté qué le pasaba y él me explicó que así vaciaba su mente para entregarse a la experiencia que le proporcionan los recuerdos.

Cada historia, cada vivencia, es única, y es única porque, como buen contador, vive y hace vivir lo contado. Por desgracia, CAP se va apagando y él lo sabe. “No me queda mucho tiempo”, -me decía la semana pasada, consciente de que su vida está llegando a la meta. Me lo dijo en privado, porque ante la manada él está orgulloso de sus años, se pavonea de su edad. Muchos años de  historias y vivencias desglosadas en momentos únicos y especiales que guardo en lo más profundo de mi corazón. Ahora, con el paso de los años, pienso que con cada relato, se va despidiendo de todo, de los que aún estamos con él y de los que le faltan. La reciente muerte de ENATE y WEISS le ha afectado mucho. Ellas fueron sus primeros amores y habían envejecido juntos. 
   
“El yayo y sus batallitas” -le vacila su bisnieta BRUIXA. Pero hace unos días, la propia BRUIXA me decía: “Ojalá que mis hijos y mis nietos, el día que yo falte de este mundo, me recuerden con tanto cariño como todos recordaremos a CAP. Y así poder demostrar que ni tan siquiera la muerte es capaz de acabar con los sueños.”

Todas atentas, escuchando al venerable CAP

“Se acerca la Navidad –continúa CAP, y hoy os voy a contar un cuento muy antiguo, que quiero que NINA publique en el Blog, para todos los humanos. Siempre he pensado que el HOGOL protagonista del cuento, es una reencarnación de collie. Y no me reprochéis que los viejos hablamos con metáforas y moralejas. Eso es así. Y hay que saber escuchar. Y entender.”


El cuento de Navidad de Hogol

Cuenta una leyenda que hace ya mucho tiempo un joven Hogol llegó al mundo de los humanos, en busca de un nuevo lugar donde vivir. Allí encontró ríos y lagos, montañas y llanuras, marismas y desiertos, nieve, agua, nubes, y el mar... “Qué bonito es el mar” -pensaba el Hogol. Pero lo que más abundaba allí era la gente. El mundo de los humanos está repleto de gente y la gran mayoría viven en pueblos y ciudades. A buen seguro que son buenas personas para poder convivir todos juntos, y con este pensamiento el Hogol decidió quedarse a vivir con los humanos.

“Qué bonito es el mar” -pensaba el Hogol

Pero rápidamente se dio cuenta que las cosas no eran tan bonitas como él imaginaba. La gente que allí vivía era físicamente igual que él y externamente no se podían diferenciar. Pero el interior, la esencia de su ser, tenía algo desconocido para él.
Se dio cuenta que los humanos no decían lo que pensaban. Muchas veces incluso decían lo contrario de lo que pensaban. Se enteró que muchas personas luchaban contra otras personas por motivos que él no entendía, que la ignorancia y el desconocimiento provocaba el miedo y el odio. El Hogol no comprendía nada... allí nadie hacía nada por el mero placer de hacerlo. Todas las cosas tenían un precio. Alguien le dijo que incluso la amistad tenía un precio. ¿Cómo se pueden comprar los sentimientos, y con qué moneda se pueden pagar? Poco a poco, la pequeña lamparita que iluminaba su corazón se fue apagando cada vez más. Aquello era muy diferente de lo que él había imaginado y se sentía atrapado en un mundo cruel y despiadado. La gente lo miraba de reojo y a veces podía sorprender a alguien que lo señalaba con el dedo tras de sí.
“Aquí el primero es uno mismo y el resto importa poco” -pensó Hogol mientras una lágrima se resistía a salir de sus ojos.

El Hogol-collie “iba hasta la playa y allí, solo, mirando el horizonte, a menudo lloraba su tristeza”.

Aún así, había una cosa de aquel mundo que él amaba: el mar. Era tan inmenso, tan misterioso, tan tranquilo cuando estaba en calma, y tan poderoso cuando se enojaba... Siempre que se sentía triste iba hasta la playa y allí, solo, mirando el horizonte, a menudo lloraba su tristeza.
Pero un día, mientras el Hogol se encontraba en la playa, repentinamente un viento suave y lejano acarició sus mejillas. Y entre el rumor del viento pudo reconocer la voz del Hermano Árbol, el árbol sabio que vive en Hogoland y gran amigo de todos los hogol.
- ¡Hermano! ¡Qué alegría poder escuchar tu voz!
- Hace tiempo que te veo en esta playa, joven Hogol. Y cada vez que lo hago te veo llorando. ¿Cuál es el mal que ha ahogado tu corazón?
- Tengo mucho miedo Hermano Árbol...
- ¿De qué tienes miedo?
- La gente... aquí la gente es diferente. No dicen lo que piensan y no hacen lo que sienten. Tengo miedo de volverme como ellos, Hermano.
- No creas que son tan diferentes de vosotros pero tienes razón: podrías convertirte en uno de ellos. Ten cuidado.
- ¿Quizás tú podrías ayudarme Hermano?
- ¿Ayudarte cómo, joven Hogol?
- Quizás podrías evitar que me vuelva como ellos y hacer que sea feliz para siempre y que nunca más vuelva a llorar. O aún mejor, ¿por qué no los cambias a todos? Este mundo sería mucho mejor, Hermano!
- Sí, realmente sería un sitio maravilloso para vivir, pero aunque tengo poderes mágicos, no son tan poderosos como para conseguirlo.

“Entre el rumor del viento pudo reconocer la voz del Hermano Árbol…”

La expresión de ilusión que por un momento se había dibujado en la cara del Hogol se volvió a convertir en tristeza y volvió a bajar su mirada.
- No llores, joven Hogol. Así no solucionarás tu problema.
-¿Y qué quieres que haga, Hermano? Ni siquiera tú, con tus poderes, puedes hacer nada! ¿Qué puede hacer este pobre Hogol?
- Puedes hacer muchas cosas (le sonrió la voz). Tu mismo lo has dicho antes, piénsalo un poco.
- ¿Qué es lo que he dicho antes?
- Que tenías miedo de volverte como ellos. Si te puedes volver como ellos, no crees que ellos se pueden volver como tú?
- ¿Cómo?
- Los humanos son como vosotros en una cosa muy importante: no son malos por instinto. Los hacen volverse así. Por los motivos que sean se vuelven así, pero no lo son por naturaleza. Ahora piensa un poco: si a ti te sorprende su manera de ser, de vivir, de sentir, ¿no crees que ellos también se sorprenden cuando te ven a ti? Quizás les puedas enseñar a ver las cosas de otro modo, a hacer sonreír cuando alguien está triste, a abrazar cuando alguien tiene miedo, a dar amor cuando encuentras un corazón roto.
- ¿Crees que serviría de algo? Aquí hay muchísima gente y yo conozco a muy pocas personas.
- No te preocupes por la cantidad, lo importante es que contagies tu felicidad a la gente que conozcas. La felicidad de uno mismo nunca lo es del todo, si la gente que te rodea no es feliz. Si haces lo que te pido Hogol, yo te concederé lo que me has pedido antes.
- ¿Hacer feliz todo este mundo?
- Hacer feliz todo este mundo, sí, pero únicamente un día al año. Mis poderes no son tan grandes, pero puedo hacer feliz a todos una vez al año, siempre que tú cumplas tu parte del trato.
- Parece muy difícil eso que me pides Hermano, los humanos tienen un mundo maravilloso pero viven de espaldas a él. Pero lo intentaré, Hermano Árbol.
- Has hablado con mucha sabiduría joven Hogol, recuerda: mientras tú hagas lo que has prometido, yo cumpliré mi parte, ¿de acuerdo?
- Sí, de acuerdo.

El Hogol-collie “se descubrió de pie en la playa…, igual que hacía cuando era pequeño allá en Hogoland, junto al Hermano Árbol cuando el viento soplaba”.

El Hogol se descubrió de pie en la playa con los brazos extendidos, igual que hacía cuando era pequeño allá en Hogoland, junto al Hermano Árbol cuando el viento soplaba.
Ya no lloraba, se sentía muy bien. El Hermano Árbol había venido de muy lejos para hablar con él. Esto no era muy corriente... Quizás era una persona especialmente querida por el Hermano Árbol. Por primera vez en mucho tiempo, el Hogol sonrió mientras miraba cómo el sol se hundía en el horizonte y la Luna empezaba a perseguirle.
“¿Qué le habrá hecho el Sol a la Luna para que siempre lo esté persiguiendo?” -se preguntaba el Hogol. Y con este enigma en su cabeza volvió a casa para pasar la noche.
Al día siguiente por la mañana, el Hogol salió a la calle y se quedó maravillado. ¡Había nevado! Todo era de color blanco, ¡qué bonito! Pero algo extraño pasaba... todas las personas que caminaban por la calle llevaban una sonrisa en su cara, y cuando se cruzaban, se saludaban. Y mirándolos a los ojos mientras lo hacían, el Hogol vio que esta vez sí decían lo que pensaban y sí hacían lo que sentían. Las calles estaban llenas de luces y colores y los niños corrían de un lugar a otro para poder verlas todas, igual que las mariposas que vuelan hasta la luz de un farol.
- ¿Que sucede? -preguntó el Hogol a un hombre que paseaba por la calle
- ¡Hoy es Navidad!
- ¿Navidad?
- ¡Claro! Hoy es un día de felicidad para todos. Nos reunimos en nuestras casas y pasamos el día con la gente que queremos y deseamos a todos que sean felices.
El Hogol sonrió al darse cuenta que el Hermano Árbol había cumplido su palabra y que, al menos una vez al año, aquel mundo se parecía a Hogoland.
Y desde entonces aquel Hogol ha estado viajando por aquel mundo, siempre intentando compartir su felicidad con la gente que ha ido conociendo. Haciendo sonreír al que está triste, abrazando al que tiene miedo y dando amor al que tiene el corazón roto, tal como le pidió el Hermano Árbol. Él, a cambio, cada año envía un día de felicidad para todos. Y así será mientras el Hogol cumpla su parte del trato.


Autor del cuento: Joan Moret

sábado, 5 de diciembre de 2015

BRUJAS MÁS ALLÁ DE LA NIEBLA

“Hoy hace niebla, hay niebla,
pero arriba, en el cielo,
como todos los días,
ha salido el sol, hay sol
por encima de la niebla.”
(Andrés C. Bermejo)

Mi nieta Bruixa es una “bruja”, sabia, independiente, fuerte. Ser bruja hoy en día es un privilegio de espíritus libres, de corazones osados… A la bruja se la ve como algo remoto, lejano, de otro tiempo, pero la bruja no tiene edad, ni una época. Los espíritus fuertes trascienden esas ideas. Es el poder de la imaginación... Estos días he de cuidar de ella. Su madre está de baja por maternidad. Suerte que soy una abuela joven y moderna y puedo con todo. Pienso en los “nuevos abuelos” humanos, que brillan por su disponibilidad y su capacidad para asumir roles múltiples.
 
NINA, mirando hacia el objetivo: el Puig de les Bruixes. BRUIXA con ganas de empezar a caminar.

Bruixa, a los 6 meses, estuvo en la poza de Les Bruixes, donde en las noches de luna llena todas las brujas de la comarca se reunían para hacer sus aquelarres. Ahora ha oído hablar de una montaña, el Puig de les Bruixes (Pico de las Brujas), y hacia allá hemos ido hoy de excursión. “Me pusisteis de nombre Bruixa y quiero conocer todos los lugares donde hubo brujas”. Me parece que eso va a ser muy difícil. La figura de la bruja está muy extendida en los Pirineos, donde muchos pueblos tienen a la bruja como símbolo y la tradición popular sitúa numerosas pozas negras y montañas como lugares de encuentro de brujas, supuestos espacios de culto y brujería, como el Puig de les Bruixes.

Hemos salido temprano de casa. Hay que viajar una hora y media en coche y luego dos horas caminando hasta la cima. “Guau –ha exclamado Perla, ¡mal día para ir de excursión!” Niebla y frío. Al paso por Camprodón, la temperatura era de -3º y los prados estaban blancos por el rocío de la noche, como si hubiera nevado. Después de Rocabruna, tomamos una pista forestal, 7 km. de lenta ascensión. Pronto nos damos cuenta que estábamos equivocadas. La niebla estaba en el valle. A falta de 2 km., emergimos de ella y nos encontramos con un sol espléndido, un auténtico regalo.


Al bajar del coche, las vistas son imponentes: un inmenso mar de nubes bajas.

Dejamos el coche en la Bassa de Monars y contemplamos un inmenso mar de nubes bajo nuestras patas, con horizonte incluido. Iniciamos el camino. Pasamos por un bosque de robles y otro de avellanos. En menos de una hora llegamos al Pla de Serra. No solo el sol y un cielo intensamente azul hacen que estemos de buen humor, sino también los coloridos bosques, con esos tonos amarillo fuerte y naranja. De repente, me pongo en guardia. He olido a alguien. Las tres empezamos a ladrar. “¿Serán brujas?” –nos pregunta Bruixa. Se acercan dos personas y nos saludan. Perla y yo nos acercamos. Bruixa sigue ladrando desconfiada. “Basta ya, Bruixa” –le digo, “¿es que no te funciona tu sexto sentido?, son gente de paz”.

NINA, contemplando la niebla baja.

-       ¿Vais al Puig de les Bruixes? –pregunta el de mayor edad. Antiguamente, en estos parajes –nos explica con voz de sabio, las brujas se reunían para bailar las noches de San Juan. El Puig de les Bruixes fue un lugar de supuestas celebraciones de aquelarres, punto de cita de las brujas más importantes de la comarca. Aún hoy, algunos creemos que entre la densa niebla cabalgan las brujas…

PERLA y BRUIXA en el Pla de Serra. Al fondo, el Puig de les Bruixes. 

Solo le faltaba a Bruixa escuchar estas historias de un venerable anciano. Al reemprender el camino, ella los ha acompañado un buen trozo. Luego ha regresado corriendo, con la lengua afuera. Ahora ya solo nos falta reseguir la cresta de norte a sur, por prados de montaña y hayedos, hasta llegar a la cima. El Puig de les Bruixes (Pico de las Brujas) separa la Alta Garrotxa de el Alt Empordà. Aunque no es de los picos más altos de la zona, presenta una de las mejores panorámicas. Hoy solo hay buenas vistas hacia al norte, con el imponente Canigó. Hacia el sur, el mar de niebla nos impide ver el Mediterráneo, la Vall d’en Bas, la Vall de Bianya, etc. Perla, Ara y yo estuvimos aquí en primavera y lo sabemos muy bien.


Ya falta poco para la cumbre. El mar de nubes sigue intacto.

En la cumbre hay poco espacio, pero estamos un rato descansando. Hay un pequeño "belén" de acero inoxidable, que alguien renueva cada año. Es el del 2014 y se conserva muy bien. Bruixa dice que no le gusta, porque lo dejan aquí todo el año para alejar a las brujas.

BRUIXA, en la cima del Puig de les Bruixes.
 
 El Canigó. Desde la cima, mirando al norte, no hay niebla.
 Desde la cima, mirando hacia el sur, se ven los valles cubiertos. BRUIXA, por encima de la niebla.

El regreso lo hacemos más lentamente porque estamos cansadas, hace calor (17º) por aquello que los humanos llaman inversión térmica y nuestra familia quiere hacer más fotos.

Al fondo, sigue la densa niebla, atrapada entre las montañas, cubriendo los valles completamente y dejando ver desde donde estamos algunos de los picos sobresalir. Pienso en lo bonito de esta imagen, pero luego pienso que si yo estuviera metida dentro de esa nube no podría ver nada y para mi sería una imagen horrible. Y cuán parecida es la vida a esa imagen, cuando pienso en algunos amigos y amigas humanos, que en estos momentos están atravesando una época difícil debido a alguna situación en la que no ven la salida. Es como si estuvieran inmersos en esa niebla y les es muy difícil ver lo positivo de la situación. A pesar de ese sentimiento de temor, angustia, stress y sentirse perdidos, quisiera gritarles que hay que remontar por encima de la niebla y así poder ver la situación desde otra perspectiva.

BRUIXA y NINA, regresan felices. Adiós al Puig de les Bruixes, al fondo.

La niebla significa la desorientación, el miedo, los temores, un tropezón en la vida o un desarraigo. Si no subes unos cuantos metros, no te crees que realmente va a llegar el momento en que vas a ver la niebla por debajo, superada. Hay que caminar, ir siempre hacia arriba, recuperar la confianza y sentir el calor del sol.
 
NINA regresa eufórica, extasiada, feliz. Con las pilas cargadas y agradecida a la madre naturaleza.

Yo también, como mi pequeña nieta Bruixa, siempre he creído que la niebla oculta misterios, historias pasadas, verdades y mentiras que avergüenzan a los humanos que se atreven a pasear bajo ella. Como nos ha explicado el  venerable anciano sabio que hemos encontrado en el camino: “Las palabras se quedan suspendidas en la niebla, ocultas hasta que escritores y poetas las buscan y atrapan para dejarlas secar y brillar bajo el sol del otoño. ¿Os atrevéis a cazarlas?”



lunes, 30 de noviembre de 2015

EL SENTIDO DE LA VISTA EN LOS CACHORROS

En posts anteriores comenté algunos de los sentidos del collie como el tacto (“El gran olvidado de nuestros sentidos”), el olfato (“Buen olfato: siempre la misma teta”) y el oído (“Un oído muy fino”). Hoy voy a escribir sobre la vista.

Hace 14 días que vuelvo a ser abuela y estoy muy orgullosa de mis nietos. Esta vez no he querido perderme un momento muy importante de su vida, como es el día en que vieron la luz por primera vez. Observé con atención sus ojos y vi que primero se abrieron un poco por el centro más próximo al interior del ojo. Poco a poco se fue extendiendo la apertura hacia el lado exterior, hasta que el ojo se abrió por completo.

Recuerdo cuando yo abrí los ojos por primera vez, que no veía correctamente, todo era borroso hasta al cabo de unos días. Mientras intentaba abrirme camino entre mis hermanos (éramos 10) para alcanzar alguna teta, lo primero que vi fueron sus pequeñas patitas y luego el gran cuerpo de mi madre. Pasados unos días entre luces y sombras, recuerdo que salimos a jugar al exterior y, al levantar la cabeza, una gran superficie azul se extendía sobre mí, manchada por pequeñas pinceladas blancas de aspecto esponjoso. 


Si cualquier ser humano permaneciera una larga temporada encerrado en una habitación totalmente oscura, y súbitamente fuera sacado a la luz del sol, el gran impacto lumínico que recibiría la retina de su ojo podría producirle una ceguera instantánea y total. El procedimiento para evitar este accidente consistiría en ir incorporando poco a poco al individuo a distintas intensidades lumínicas que fueran aclimatando la retina del ojo a la luz.

La sabia naturaleza ha sabido prevenir esta circunstancia, y por ello los collies nacemos con los ojos totalmente cerrados. Estos cachorros vienen de un mundo totalmente oscuro a un mundo de luz, y la proyección de ésta sobre el aparato visual, inmediatamente después de nacer, produciría la ceguera. Ellos han abierto sus ojos al cumplir los once días de vida, pero antes de abrirlos totalmente, sus párpados, que han venido actuando de telón protector, se han ido despegando lentamente de forma que muy tenuemente el ojo, antes de aparecer abierto del todo, se ha ido aclimatando a ligeros destellos de luz.
Por tanto, la vista del cachorro en los primeros días de vida, cuando ya ha abierto sus ojos, no debe ser sometida a luces intensas.

Cuando el cachorro abre sus ojos capta la luz, pero no distingue imágenes. Su vista se irá reforzando poco a poco y más tarde empezará a poderlas captar deformes y difuminadas, como envueltas en niebla, hasta que por fin su turbio horizonte se irá aclarando y entrará progresivamente en su perfección visual.
El cachorro tarda bastante en conseguir la educación de su vista, sobre todo en lo referente al alcance de ella. Es a partir de las seis semanas cuando la retina empieza a funcionar correctamente, desarrollando la percepción visual de manera progresiva hasta aproximadamente los tres meses de edad, cuando alcanza su visión definitiva. Aunque a esa edad, ha evolucionado más su capacidad auditiva que la visual. El oído y el olfato son dos grandes auxiliares que nos sirven a los collies, ya desde cachorros, para reforzar nuestra agudeza visual.


Los humanos debéis saber que los collies, cuando se nos acerca alguien de la familia o una persona conocida, no logramos reconocerla totalmente por la vista, o sea, no reconocemos su fisonomía, y lo que hacemos es recomponer a esa persona recurriendo a ciertos rasgos y detalles particulares captados y retenidos con anterioridad, como la forma de andar, gesticular, etc. Pero lo que más nos ayuda es nuestro olfato, con el que conseguimos individualizar el olor de cada persona, y nuestro oído, con el que también logramos independizar distintos sonidos, ya sea la voz, los pasos, etc. Con lo que la entrada en acción de la vista queda altamente reforzada.

Si el sentido de la vista de los collies no es el principal ni es tan importante como en los humanos, te estarás preguntando ¿cómo es que podemos cazar una pelota al vuelo?, ¿es cierto que vemos en blanco y negro?, ¿somos capaces de ver la televisión?... Próximamente  dedicaré un post para responder a estos interrogantes y explicar el sentido de la vista en los collies adultos.


martes, 17 de noviembre de 2015

HOJAS CAÍDAS

“Hojas del árbol caídas, juguetes de viento son,
las ilusiones perdidas, hojas son ¡ay! desprendidas del árbol del corazón”
(José de Espronceda)

Yo soy NINA y este es mi dominio: la Naturaleza

Hace días que llegó el otoño. Puede que algunos humanos no se hayan dado cuenta porque aún hay gente bañándose en la playa o tomando un helado en vez de castañas. Hay quien lo llama “veroño”, porque durante el día sigue haciendo calor y solo por la noche refresca un poco. Mi abuela Jolie está preocupada por el clima y no le gustan los humanos que van en contra de la madre Naturaleza, queriendo crear una nueva estación. “El  cambio climático y el calentamiento global es culpa de la especie humana” –me repite con frecuencia. “Y con estas perspectivas, los collies cada vez tendremos menos pelo”. Y acaba: “No olvides nunca esto, querida Nina: La Naturaleza no siempre es compasiva. Puede ser generosa, tierna y maternal como una madre, y también devastadora y sin piedad como un dios furioso”.


Seguidme. Aquí empieza la historia de las "Hojas Caídas"

Caminar en otoño por el bosque es tan sugerente como hacerlo durante el resto del año, si no fuera por los mensajes que la Naturaleza envía a los sentidos en esta estación. Pocas cosas hay que puedan superar la belleza y la magia de estos paseos, salpicados por los marrones, los naranjas y los rojizos de los paisajes llenos de hojas caídas y árboles que empiezan a desnudarse.

Bruixa se ha vuelto loca. Quiere convertirse en una hoja. Una hoja de cualquier árbol, una hoja caída, que se mueve a donde el viento sople, de esas que por momentos se detienen y luego vuelan para ocupar otros espacios no planificados. Le fascina pensar en la fuerza de la espontaneidad, de no planificar, de dejar que simplemente sea. Por eso Bruixa desea ser hoja caída, fluir con el viento, y acompasar los movimientos acompañada de otras hojas, que como ella, lo único que desean es ser livianas y no pensar, no sentir, solo volar y dejarse llevar.

Al detenernos en medio del bosque, totalmente quietas sobre las hojas secas, el silencio es total. La Bella Swan me dice con razón: “Los humanos viven tan deprisa que se olvidan de disfrutar de la vida, de sentirla, de olerla, de escucharla, de contemplarla, de degustarla. Se olvidan de vivir con magia. Las collies, no. Nosotras acariciamos la vida, sentimos su aroma, escuchamos su sinfonía, contemplamos su belleza y degustamos sus sabores. Nuestros sentidos están despiertos. Vivimos siempre con magia, hoy gracias a las hojas caídas”

Me gusta el otoño, cuando las hojas caen, cuando emprenden su vuelo indeciso entre los vientos, cuando se posan y piensan... ¿Qué piensan las hojas caídas? ¿Qué piensan, qué sienten cuando dejan de ser verdes y se vuelven ocres?...

Todos los collies deberían pisar alguna vez las hojas caídas, ese suave y a la vez duro “cras-cras” que hacen al contacto de nuestras patas. Escucharlas crujir nos hace pensar en un cuento de hadas, nos hace volver a ser cachorros y nos da energía para vivir a tope…, como muestran las siguientes fotos…

GORY, no te pierdas que entramos en el bosque

Hemos de ir hacia allá, donde están todos. 
Vamos, ya se acaba la subida
"Aquí hay algo" (Sí, encontró basura de los humanos)
MERLOT, buscando las hojas más grandes
"¿Y ahora qué? Allá hay más hojas caídas. ¿Por dónde pasamos?" -se pregunta BRUIXA
Aquí hay muchas hojas. Es magnífico para galopar.
Culos salpicados de hojas
Juegos y peleas: El placer de revolcarse por las hojas
Se acabó la aventura. Una última mirada al paraíso de las hojas caídas. El año que viene volveremos.


jueves, 29 de octubre de 2015

EN LA FERIA

Hoy es San Narciso y Girona está de fiestas, “les Fires de Sant Narcís”, la fiesta grande de Girona. En pleno otoño, la temperatura de la ciudad parece subir un poco con la alegría de “gironins i gironines” y de la gran cantidad de visitantes que no quieren perderse esta fiesta.
Hay propuestas para pasarlo bien en cualquier rincón de Girona, pero el centro neurálgico está en “la Devesa”. Éste es el nombre del parque que ocupa 40 hectáreas de terreno en plena ciudad de Girona. Está compuesto por más de 2.500 “plataners”, algunos centenarios y con más de 60 m. de altura. Es el pulmón de la ciudad y aquí es donde están instaladas las atracciones de los feriantes y la Feria Comercial.


Ayer, al pasar por Girona después de visitar a mi hermano Gory, mi familia humana decidió ir a comprar castañas a la feria y les acompañé. Aunque el verano sigue invadiendo el otoño y apenas hace frío, la humareda y el aroma inconfundible, nos indicaba que se siguen asando castañas. Un poco de carbón, una rejilla de hierro donde asarlas y un papel de periódico para hacer el cucurucho y meterlas dentro, es todo lo necesario para disfrutar de ellas. 

Yo me sentí incómoda con tanto estruendo, luces, sirenas, bullicio, gritos... Esto no es para mí, acostumbrada a la tranquilidad del campo.

De pronto observé a una pareja joven tirando de un cachorro de pastor alemán aterrorizado: cuerpo agazapado contra el suelo, orejas hacia atrás, rabo entre las patas, tensión corporal…
Cuando nos acercamos y mi familia les preguntó qué pasaba, contestaron: “No le pasa nada. Pensamos que éste sería un lugar estupendo para socializarlo”.

A mí no me parecía un lugar tan estupendo y no creo que el cachorro opinase diferente. Sam, así se llamaba el cachorro, tenía tanto miedo que temblaba. Rodeado de un montón de personas ruidosas y niños gritones que le lanzaban la mano para tocarlo, el pobre cachorro estaba superado. Estaba aprendiendo, sí, estaba aprendiendo a tener miedo mortal a las personas.


Por desgracia es una escena que las personas que adquieren un cachorro, provocan con las mejores intenciones. Hay cachorros que se traumatizan por no entender lo que significa un proceso sano de socialización. En vez de exponer al cachorro a diferentes entornos y situaciones de forma gradual, éste puede acabar traumatizado al lanzarlo a situaciones aterradoras que lo superan.

Un período sano de desarrollo no significa cualquier tipo de exposición, sino de una exposición que les permita a los cachorros aprender cosas sobre la vida a su propio ritmo.

Un buen plan de socialización debe estar diseñado para prevenir las experiencias traumáticas, no para crearlas. Hay que tener esto en cuenta al llevar al cachorro a según qué lugares. Lo ideal es buscar un equilibrio entre una gran cantidad de exposición y estimulación y una sensación de seguridad. El equilibrio correcto dependerá de la predisposición genética del cachorro y los estímulos (entorno enriquecido) recibidos durante su desarrollo.

La ignorancia de algunos propietarios de perros es determinante. La falta de una socialización suficiente y adecuada, es la causa que más frecuentemente da lugar a perros miedosos. La joven pareja propietaria del pastor alemán se puso muy nerviosa y el chico hizo lo que nunca se debe hacer: castigar a un perro que tiene miedo. Hacerlo, además del que ya tiene, es añadir el miedo al castigo y será peor. Luego, la chica, para arreglar la situación, cometió otro grave error: acariciar e intentar calmar al perro. Esta actitud con un perro asustado, sólo consigue reforzar su conducta miedosa.


Al final, la pareja cogió en brazos a su cachorro y se fueron. Nosotros también, pero antes había que comprar las castañas. ¿Para qué tan calentitas, si el tiempo es primaveral? Cada mes tiene una imagen, un aroma o un color. Noviembre llega con olor a castañas asadas y espero que llegue también el otoño. ¿O es que este año ya no habrá otoño y pasaremos directamente al invierno?



martes, 20 de octubre de 2015

EUTANASIA

Eutanasia (del griego «euthanasía», que significa «buena muerte») es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con la intención de evitar sufrimiento y dolor.
(Wikipedia)

Hace unos días estaba dormitando dentro de casa, hasta que una noticia de la televisión me llamó la atención. Unos padres humanos de Galicia pedían que dejaran morir a su hija desahuciada. Me impresionó Estela, la madre de Andrea, cuando decía: Es un acto de amor dejarla ir en paz y sin sufrir”. Admirable la demostración de amor y humildad, de aceptar el perder físicamente a su hija, y desde sus corazones dejarla ir... "La eutanasia no es matar a nadie, es un acto de amor", afirmaba, poco después, el filósofo Javier Sádaba.



Creo que es un tema muy delicado entre los humanos y que suscita muchas controversias. Salvando las distancias, esta noticia despertó mi interés de collie, porque hace unos meses viví una experiencia muy dura, con fuertes discusiones entre los miembros de una familia humana por la muerte de su collie enfermo, claramente desahuciado. Yo no lo entendía muy bien hasta que ayer volví a vivir muy de cerca una situación similar con una persona muy próxima, amiga de la familia, que se negaba a “dormir” a su collie de 14 años y en un estado lamentable. No quería ir al veterinario porque ya sabía qué le diría. Al final cedió y mi familia humana y yo la acompañamos. Me pareció un gran veterinario y mejor persona.

“Hemos agotado todas las alternativas y sabemos que ya no hay nada más que hacer” –le dijo con firmeza. “Sé que es duro, pero en esta situación es mejor ayudar a morir que ayudar a vivir. La eutanasia es un regalo de amor a tu amigo incondicional, con el que has pasado tan buenos momentos”. Grandes sollozos de mi amiga humana interrumpían al veterinario. “Si tanto lo quieres, no dejes que siga sufriendo”.

Luego le explicó en qué consistía el procedimiento y le dijo que su collie no tendría ningún dolor ni sufrimiento, que la inyección le produciría una parálisis cardio-respiratoria en cuestión de segundos.

Sin duda la decisión más difícil y dura para aquel que comparte su vida con un collie es la relacionada con la eutanasia. Decidir si ha llegado el momento de que tu mejor amigo deje esta vida no es nada fácil, como tampoco lo es saber cuán grandes son los dolores que sufre por enfermedad o vejez.

“Eutanasia –nos contó el veterinario- quiere decir muerte sin dolor ni sufrimiento, muerte suave y sin agonía. Particularmente, para aconsejar la eutanasia, yo suelo aplicar uno de estos tres criterios (a veces los tres a la vez): enfermedad terminal, vejez extrema, animal gravemente herido (accidente). Estas tres situaciones tienen algo en común: calidad de vida del animal = cero. Pero, atención, no es nada más que una referencia mía personal y no quiere decir que haya que sacrificar a todo animal inmediatamente si se presenta uno de estos eventos. El único con capacidad de evaluar cada caso en particular es tu veterinario”.



La eutanasia, por tanto, solo se recomienda cuando el collie es víctima de una enfermedad sin cura, si persisten dolores intratables o su calidad de vida es nula. Aún así, entiendo que a los humanos, la ética y la moral os puede hacer sentir culpables, pero en realidad, si el caso se debe a los anteriormente mencionados, le estáis dando a vuestro collie una vida y una muerte digna.

La muerte es una parte natural de la vida y los collies no somos una excepción. Aunque tengamos una vida sana y feliz, en la mayoría de los casos moriremos antes que nuestra familia humana. Cuando llegue ese momento, la familia humana debe estar preparada. No sólo reconocer los signos del declive de salud de tu collie te ayudará a prepararte para la muerte, sino que también puedes comenzar a pensar en el difícil proceso de tomar la decisión de la eutanasia. Es duro pensar en sacrificar a un perro querido, pero podría ser la opción más compasiva, y es importante que conozcas las señales, antes de que tu collie tome una decisión que no te va a gustar: huir. Mi abuela Jolie me contó que algunos collies, cuando sienten que llega su hora, se marchan a morir solos para evitar que su familia humana sufra la pena de verlos en ese estado y de esta forma conservan su dignidad.

La decisión de practicar la eutanasia con tu collie, debes consultarla siempre con el veterinario. No va a resultar fácil ni para él ni para ti, pero debes pensar en todo momento en lo mejor para tu collie y no en tu soledad.


Acompaña a tu collie en su último momento. Si egoísta es alargarle la vida cuando está sufriendo mucho sin ninguna oportunidad de mejoría, únicamente para seguir manteniéndolo a tu lado, también eres egoísta si no estás junto a él en ese momento crucial diciendo no quiero verlo”. No va a ser fácil, pero debes estar junto a él, acariciándole. Él estará mucho más tranquilo si no le abandonas en su último viaje. No permitas que pase por ese momento solo, porque luego te arrepentirás de no haber estado a su lado. 

miércoles, 30 de septiembre de 2015

TOROS, ¿CULTURA O TORTURA?

“Ni como naturalista ni como biólogo puedo ser partidario de las corridas de toros. Es asombroso que exista un público que disfrute y sienta placer viendo como un hombre mata a un animal en la plaza de toros. La mal llamada fiesta nacional es la máxima exaltación de la agresividad humana”
(Félix Rodriguez de la Fuente)

Aún estoy indignada por el vil asesinato de “Rompesuelas”, el Toro de la Vega, en Tordesillas, a manos de una marabunta de cobardes. Me duele en el alma que España sea uno de los países donde, en pleno siglo XXI, el maltrato a los toros sea el “aliciente” de un gran número de fiestas populares (corridas, encierros, correbous...etc.). Es una “tradición” cuya continuidad no se justifica en una sociedad civilizada.


En una de mis excursiones anuales por la zona del Delta del Ebro y los Puertos, me encontré con un toro soberbio, diferente a los que encuentro en mis excusiones al Pirineo. Nos miramos fijamente y movimos nuestras colas. Mirada profunda, limpia, sincera. De agresividad, nada.

“Yo soy un toro indultado –me dijo. Tuve suerte y me perdonaron la vida. No es habitual que un Juez de Plaza otorgue el indulto a un toro. Pensó que yo era un toro bravo, bello y de buenas formas, noble al embestir, elegante en movimientos, resistente y fuerte. Dijo que merecía vivir para tener descendencia que herede esas características. Puede que yo sea un toro bello, noble, elegante, resistente y fuerte, pero lo que no soy es “bravo”. Por mucho que lo intentaron. Antes de salir a la plaza, me maltrataron para despertar una agresividad que no poseo. Me golpearon con sacos de arena, me clavaron dolorosas puyas en los músculos del cuello para que no pudiera girar la cabeza y embistiera siempre de frente, me limaron los cuernos, me pusieron un líquido irritante en los ojos... Y luego, ya en el ruedo, un hombre con un caballo me clavó y retorció una lanza en los músculos de la espalda y del cuello para asegurar la máxima pérdida de sangre… Aguanté todo lo que pude y al final, me indultaron. Y aquí estoy, viviendo feliz. Ahora soy un simple herbívoro pacífico pastando y rumiando en paz”.

Tengo un amigo en Perú que siempre me está increpando por las corridas de toros. Hace un tiempo me escribía: “No entiendo, realmente no entiendo como alguien puede pensar que las corridas de toros es un arte. No es arte, esto es maltrato, sufrimiento, nada bueno. Es todo malo, tanto para el toro, animal indefenso debo decir, como para las personas que lo ven y lo apoyan, personas con malos sentimientos que disfrutan de ver sufrir, agonizar y morir a pobres animales, que están indefensos…”

Yo, una simple collie, no tengo la solución. A mí también me cuesta entender cómo hombres, mujeres y niños, pueden ir a presenciar algo tan lúgubre como ver perecer un animal tan fríamente. Es la cultura del sadismo, el arte de la muerte y el dolor.
 
“Lo compré en la ganadería Domecq y estaba destinado a ser toreado en Barcelona. Cuando les pregunté si era difícil educar a un toro me contestaron: ‘si lo cuidas bien, verás que es incluso más fiel que un perro’. Esto demuestra que ellos saben bien el tipo de animal que tienen y que mandan a las corridas”. (Christophe Thomas)
“Explican los amantes de esta fiesta que los toros es parte de la cultura española y eliminarla sería desdeñar nuestra tradición, nuestra idiosincrasia de país. Ninguna tradición justifica el maltrato animal para el deleite de unos pocos. Era tradición antiguamente quemar a personas por no ser de una religión concreta. Muchas cosas horribles eran tradiciones que fueron desapareciendo con el paso del tiempo. También es tradición en la actualidad la ablación femenina en países orientales y no por ello debemos mostrarnos impávidos. Es estúpido identificar a un país únicamente por una sola tradición. Y más estúpido es si hablamos de un país como España, uno de los países más ricos en cuanto a cultura y tradición.
Muchos taurinos se jactan de que mejor que ellos nadie trata a este animal. Que nadie como ellos respetan y admiran su existencia. Y me resulta esto tremendamente contradictorio, pues si respetas y aprecias algo o a alguien, no lo demuestras precisamente por medio de la tortura. Es por eso que las personas que disfrutan de este tipo de eventos las considero de un perfil muy bajo en cuanto a nivel intelectual y emocional. Carentes de empatía, delicadeza y ternura. No son mis ganas de pretender ofender, simplemente, no puedo pensar otra cosa. ¿Quién disfruta torturando a un animal? ¿Qué tipo de personas es? ¿Y qué tipo de personas van a verlo por entretenimiento?
Comentan los taurinos que las corridas de toros son una muestra de arte, de baile y un ejemplo de virilidad y valentía por parte del diestro. No veo la valentía si no te enfrentas al animal en igualdad de condiciones. Este tipo de argumento además sólo denota arrogancia, un tufo de petulancia y altanería. Además, a los toros se les recorta la encornadura y son drogados. Así no veo yo tanta valentía.
Que el toro no sufre, dicen. La sola imagen del animal sangrando, jadeando, es muestra suficiente. No se puede negar lo evidente. Los neurólogos no sólo saben que el toro es capaz de sufrir sino que, además, lo usan como modelo en estudios sobre el dolor.
No puede haber arte en el derramamiento de sangre, no puede haber nada bello en celebrar la muerte de un ser vivo por simple placer. Es inhumano”.
(Alvaro Rojas, “Anhelarium.com”)


“En España, las leyes de protección animal de todas las Comunidades Autónomas y la del Estado prohíben y penalizan el maltrato animal. Los festejos taurinos son la excepción, permitiendo que un rumiante, que sólo se defiende cuando es maltratado, sea torturado hasta la muerte. La tradición y la mal entendida cultura, que no es cultura sino tortura, permiten este tipo de actividad, que quieren hacer Bien de Interés Cultural, lo que les hará llegar aún más dinero público, más de nuestro dinero, y que puede facilitar que nuestros hijos aprendan en los colegios e institutos cómo se hace sufrir a estos animales por diversión. La Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT) exige que no sea así y que el maltrato animal legalizado, del que la tauromaquia es el máximo exponente, sea abolido”. (José Enrique Zaldívar Laguía, veterinario, presidente de la Asociación de Veterinarios  Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal y vicepresidente de la Plataforma LTNC “La Tortura No es Cultura”)

Cada año, miles de toros son brutalmente asesinados en plazas de varios países del mundo. ¿Cultura o tortura? Defendida como una tradición cultural, este pasatiempo mortal no tiene lugar en una sociedad civilizada.
El periodista y escritor Francisco González Ledesma, escribía hace unos días en El País: “Gente docta me dice: te equivocas. Esto es una tradición. Cierto. Pero gente docta me recuerda: teníamos la tradición de quemar vivos a los herejes en la plaza pública, la de ejecutar a garrote ante toda una ciudad, la de la esclavitud, la de la educación a palos. Todas esas tradiciones las hemos ido eliminando a base de leyes, cultura y valores humanos. ¿No habrá una ley para prohibir esa última tortura, por la cual además pagamos?”

A tod@s mis amig@s, a cualquier persona que pueda viajar a México, América del Sur, Portugal, España o Francia, no os veáis tentados a ver de qué tratan las corridas de toros. No colaboréis con vuestro dinero a perpetuar estos espectáculos mortales. No son cultura, son tortura.