Por favor, tócame,
necesito tanto que me toques…
Tu caricia relajante y suave
expresa seguridad y amor.
No tengas temor, sólo tócame.
(Phyllis K. Davis)
Este puede ser mi último post. Voy a
parir dentro de tres o cuatro días y estaré muy ocupada. Además, en la zona de
cría no hay conexión de Internet. Mi familia humana me cuida y me mima. Ya no
me dejan correr, solo pequeños paseos controlados, sin nadie de la manada que
me moleste. Mi barriga está creciendo por momentos. Noto cómo se mueven los
cachorros. Me paso el día jadeando. Y orino con frecuencia porque los cachorros
me presionan la vejiga. Ya tengo ganas de que llegue el día. Por suerte mi
familia pasa muchas horas conmigo y me masajean.
- “¡Más, tócame más!” –les pido con la mirada y exagerando los gemidos de placer para que no paren de tocarme.
Me gusta que me toquen. Faltan ya pocos días y un buen masaje me alivia los músculos y mejora la circulación de la sangre. Me proporciona un relax mental que disminuye el estrés, lo cual beneficia a mis cachorros, creando un ambiente uterino más sano y tranquilo. La posición que más me gusta para que me toquen es tumbada de lado.
- “¡Más, tócame más!” –insisto.
Sus manos se deslizan entre mi pelo y sus dedos resiguen y presionan mis costillas. Es un masaje “prenatal” que me da una sensación de bienestar, me calma la tensión y la fatiga física y mental, y siento un mayor vínculo afectivo con los cachorros que se mueven en mi interior. Este masaje contribuye también a una buena oxigenación y a un adecuado reparto de nutrientes por todo mi organismo y el de los cachorros.
Para
que la conducta de los cachorros en el futuro sea la adecuada, hay que
proporcionarles una serie de cuidados que comienzan cuando están en el útero de
la madre.
Está demostrado que el estado de ánimo de la madre influye en los cachorros que está gestando. Una madre sometida a estrés, puede tener un parto difícil y parir cachorros más nerviosos. Por tanto, la futura mamá debe estar en un ambiente tranquilo durante la gestación y disponer de un lugar resguardado y con espacio suficiente para parir. Y siempre acompañada por alguien de su familia humana.
En el campo de la ciencia se acepta ya la idea de que los fetos tienen sensaciones. De alguna manera perciben las emociones de la madre. Con un gesto tan simple como tocar nuestra barriga, acariciarnos, los fetos reciben una experiencia sensorial positiva.
Dentro del útero, los fetos no se hallan totalmente aislados del medio externo. El desarrollo de las técnicas ecográficas ha permitido observar sus reacciones durante la palpación transabdominal de la madre a partir de la sexta semana de gestación. Los estudiosos humanos sostienen la hipótesis de que los fetos son sensibles a las caricias que recibimos las madres durante la gestación.
El
desarrollo de la vida de un collie está dividido en 6 etapas: prenatal,
neonatal, de transición, de socialización, juvenil y de madurez.
Cada periodo requiere de unas atenciones y cuidados determinados y concretos. El periodo prenatal (desde la concepción hasta el parto) es el que ahora están “viviendo” mis cachorros en mi útero. Este periodo está condicionado por la forma en que la madre vive esos dos meses. Por lo que es recomendable cuidar y acariciar a las madres gestantes con el fin de que nazcan cachorros más dóciles y con un comportamiento más equilibrado. El ambiente al que estén expuestos los fetos interviene en la conducta y puede tener un efecto duradero y persistente en la vida futura del collie. El feto de cada cachorro, protegido dentro de su mundo acuoso, siente el calor del líquido amniótico contra la piel de su cuerpecito y nota los movimientos internos del cuerpo de su madre.
No es mi caso, pero para collies primerizas es muy importante la compañía de alguna persona de confianza. La presencia y los tocamientos de la familia humana ayuda a superar estados afectivos bajos y la sensación de miedo o ansiedad ante su primer parto.
Este masaje humano, siempre realizado con cariño sobre la hembra embarazada, además de beneficiar su salud, su equilibrio emocional y su relajación para el momento del parto, enriquece a los cachorros que han de nacer, en su desarrollo físico, sensorial y social, y desarrolla el vínculo afectivo cachorros–madre–familia humana.