martes, 5 de septiembre de 2017

ENSEÑANDO A LOS HUMANOS



“Un collie te enseña cientos de cosas, te da lo que necesites y te será fiel toda la vida. Un collie te enseña a quererte y a aceptar el hecho de ser una persona merecedora de amor” (Raquel)

“Mi collie me ha hecho mejor persona y sé que seguirá haciéndolo cada día. Me ha enseñado que puedo ser amada con gran intensidad y de forma incondicional. Pero además me ha enseñado el valor de decir “te quiero” cada día y, además, decirlo sin palabras” (Patri)

Gracias Raquel y Patri por vuestros comentarios. Realmente la convivencia con un collie es una fuente inagotable de bienestar y de enseñanzas para las personas, porque los collies vivimos toda nuestra vida ENSEÑANDO A LOS HUMANOS...

... A ser tolerantes.

No nos importa si sois ricos o pobres, gordos o flacos, ni cual es vuestra religión, vuestro sexo o vuestro país. Os aceptamos como sois y os queremos sea cual sea vuestra condición. Nuestro amor es incondicional y os respetamos y amamos por encima de todo. ¿Por qué no sois los humanos igual de tolerantes? Tolerancia, comprensión y respeto por las diferentes formas de pensar y de vivir.

... A vivir cada momento intensamente.

Los collies no pensamos en el pasado ni estamos preocupados por el futuro. Vivimos el momento, el aquí y el ahora. El pasado ya pasó y el futuro está por venir, en realidad las personas no podéis hacer nada por ello. Pero si vivís el presente y os centráis en lo que estáis haciendo, como hacemos los collies, aprenderéis a vivir y a disfrutar cada momento intensamente.



... A amar sin condiciones.

El amor de un collie es incondicional, un amor de pase lo que pase. Un collie ama sin medida, sin límite, sin complejo, sin permiso, sin coraje, sin consejo, sin duda, sin precio, sin cura, sin nada… Aprended también los humanos a amar sin condiciones, sin tiempo ni lugar, dando todo cuanto sois y poniendo el corazón en todo cuanto hacéis. ¿Sabéis cual es el poder de la entrega de un collie?: Si deseas recibir amor, todo lo que tienes que hacer es darlo. Cuanto más amor entregues, más recibirás.

... A ser pacientes y a perdonar.

Un collie es capaz de perdonar cualquier fechoría o cualquier salida de tono y seguir hacia adelante, porque hay un lazo mucho más grande que nos une a nuestra familia humana para siempre. Os comprendemos y conocemos el valor de no tener segundas intenciones, porque nuestra bondad es absoluta.
En realidad cada día os enseñamos a no enfadaros, a ser pacientes y a perdonar.

... A saber escuchar.

Los collies sabemos escuchar con atención, porque sabemos muy bien que lo que muchas personas necesitan no es una mente brillante que les hable, sino un corazón paciente que les escuche. Sabemos escuchar y sabemos valorar el silencio en un mundo de ruido. Y como sabemos guardar silencio, son muchas las confidencias y secretos que recibimos de nuestra familia humana. Hay cosas que solo el silencio sabe explicar, sentimientos que solo en silencio pueden transmitirse. Nada como la voz del silencio para aquellos que saben escucharlo, para aquellos que saben entenderlo. “Solo si escuchamos podremos aprender. Y escuchar es un acto de silencio. Solo una mente serena, pero extraordinariamente activa puede aprender” (Krishnamurti)


... A sonreír.

Los collies somos especialistas en sorprender a las personas y nos gusta hacer sonreír a nuestra familia humana. Por eso nuestras locas ocurrencias y desparpajo, nuestras posturas acrobáticas, la manera de pedir comida, esos ruiditos tan peculiares que emitimos cual palabras, esa pata delantera que os toca con suavidad, esa lengua húmeda inesperada, esa carita ladeada con ojitos de pena… todo, por una sonrisa.
Y si alguna vez, humano querido, un collie no te da la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.
Sonreír y no amargarse la vida por nada ni por nadie, esa es la actitud que os proponemos los collies. Sonreíd siempre, porque la vida es algo maravilloso y hay muchas cosas por las que sonreír.
Dicen que sonreír es contagioso… Iniciemos una epidemia ¡ya! y contagiemos el mundo.

 ... A mantenerse en forma.

Los collies nos convertimos muchas veces en entrenadores personales, pues obligamos a nuestro humano a mantenerse físicamente activo. Cada día nos saca a correr, a pasear, a jugar; así que, de media, siempre va a hacer más ejercicio que los que no tienen perro.
Con el ejercicio, los collies os ayudamos a controlar el estrés, el estado de ánimo y vuestro estado físico.

... A ser sociable.

El hombre, por naturaleza, es un ser social y sus actos repercuten en el mundo que le rodea. Los collies también. Y somos buenos facilitadores para que los humanos se relacionen y conozcan a otras personas. Las personas más jóvenes sostienen que ayudamos a “ligar”.
Los collies tenemos la autoestima muy alta. Cuando nos peináis para salir a la calle, nos sentimos guapos y admirados. Las personas, para ser más sociables, debéis reforzar vuestra autoestima. Nadie es perfecto. Y lo que habéis de hacer es olvidaros de los aspectos negativos y dejar que brille más lo mejor de vosotros mismos. Autoestima es aceptarse uno como es y conseguir ser lo que los sentimientos le indican. Empatizar y no rivalizar, entrar en sintonía con las personas y las cosas, quitar las barreras.
Los collies somos optimistas y positivos. Para ser más sociable, hay que pensar en positivo. Os ayudará a tener una actitud abierta para socializar con otras personas.



Son solo algunos ejemplos, pero hay muchos más, para quien quiera captarlos,  en nuestra convivencia diaria. Porque los collies tenemos una capacidad extraordinaria para calmar el cuerpo y la mente de las personas. Somos auténticos y nos guiamos por la conexión emocional que establecemos con los humanos. Con nuestros cuerpos peludos, os ofrecemos miles de cosas maravillosas y os podemos enseñar muchos valores. Sin nuestras enseñanzas sobre valores como el amor, la amistad y la fidelidad, las personas seguramente serían menos personas.

Mi abuela Jolie dice que, para l@s human@s, un collie es ese “alguien” decidido, vacío de miedos y lleno de retos, con un toque de locura que invade tu vida. Que viene y va sin planear, sin buscar porqués, sin que haya más razón que tú, que pasar un rato juntos. Que te da una ración diaria de cariño, sin edulcorantes ni artificios, sin colorantes ni conservantes. Que hace bonito tu mundo, permaneciendo siempre a tu lado. Te reconforta, te saca una sonrisa, te sosiega y te mantiene fuerte ante la vida. Un collie es ese “alguien” con quien las relaciones son siempre sólidas, consistentes y leales.




lunes, 31 de julio de 2017

EL SENTIDO DEL GUSTO


Después de haber publicado en este Blog diferentes posts sobre los sentidos de los perros, me faltaba uno, EL SENTIDO DEL GUSTO, al que ahora dedico estas líneas. Es de los menos comentados porque es el menos desarrollado de todos, pero que, como el resto, es importante conocer para que los humanos tengan un mayor conocimiento de los collies.
 
Nuestras papilas gustativas se concentran básicamente alrededor de la punta de la lengua
Los collies tenemos un sentido del gusto mucho menos desarrollado que el humano. La cantidad y la variedad de nuestras papilas gustativas, presentes en la lengua, son muy inferiores a las de los seres humanos. 9.000 papilas, de forma aproximada, existen en la lengua de una persona, frente a las 1.700 que tenemos los collies. Esto hace que tengamos menos capacidad para diferenciar sabores en las comidas. Nuestra lengua es más lisa, estrecha y plana que la de los humanos y nuestras papilas gustativas se concentran básicamente alrededor de la punta de la lengua, por lo que una vez que el alimento está en la boca, el sabor no es muy importante. La mayoría de las veces, lo que en los humanos es sabor, en los perros más que sabor es olor. Por ello podemos definir nuestro gusto como una combinación de olor y sabor.

Los collies no degustamos los alimentos como los humanos. Y esto explica el paladar indiscriminado que tenemos, que puede incluir cosas que una persona encontrará completamente desagradables. Cuando un perro huele algo que llama su interés (especialmente los cachorros), es fácil asumir que es comestible. El olor se impone al sabor.
 
Me gusta la sandía. Huelo dulce y fresco. Y esa crujiente pulpa en la boca, me deja un delicado y dulce sabor en el paladar, con su jugo resbalando por mi garganta
Teniendo un sentido del gusto tan limitado en comparación con las personas y con otros sentidos ya comentados aquí, ¿qué es lo que hace que el perro disfrute y ansíe tanto el instante de la comida? Muchos humanos piensan que una comida nos gusta más que otra. Pero no se trata solo de gusto. Insisto en que el gusto es nuestro sentido menos desarrollado, pero con el olfato podemos detectar lo amargo, dulce, salado, agrio e infinidad de sabores. Los perros podemos reunir más información sobre los alimentos que comemos por el olor que por el sabor.

Debido a eso, las compañías fabricantes de alimentación canina ponían, hace unos años, mayor énfasis en los olores fuertes para la elaboración de sus productos… hasta que se descubrió el umami, palabra japonesa que significa sabroso o gustoso. Y está en más alimentos de los que los humanos imaginan.

Hoy en día, la comida, el pienso de los perros está mejorado, como ocurre con la alimentación de los humanos, con potenciadores de sabor que hacen más atractivo el acto de la alimentación y toda su comida. Porque el proceso de elaboración y conservación de la comida hace perder muchos de los aromas y sabores naturales.

Uno de los saborizantes más comunes de los piensos de los perros es el umami. El umami es el quinto sabor, descubierto en Japón a principios del siglo XX, y que se puede definir como el sabor a hierro, el sabor cárnico. Ese sabor que queda en la boca después de haber comido queso curado. Se trata de un sabor presente en las grasas y en la carne, base también de la alimentación de los perros.
 
La tarta de queso la huelo de lejos y su sabor es siempre muy agradable
Quiero especificar que el sabor no lo captamos igual todos los perros. En algunas razas se dan excepciones porque las papilas son más grandes en una lengua también más extensa, y  más sensible o insensible también a según qué sabores presentes en la comida. Pero todos coincidimos en que umami es un sabor difícil de describir. Induce la salivación y una sensación aterciopelada en la lengua que estimula la garganta, el paladar y la parte posterior de la boca.​ ​Por sí mismo, umami no es sabroso, pero realza el sabor agradable de una gran cantidad de alimentos, especialmente en presencia de aromas complementarios

Los perros somos capaces de detectar aquellos compuestos que incluyen aminoácidos que provocan el sabor umami. Este quinto sabor ha sido descrito por los seres humanos como un gusto muy sabroso, que brinda satisfacción, y lo proporcionan alimentos como el queso, la carne o el pescado, con importantes niveles de glutamato. El glutamato es el que estimula los sensores umami en la boca. Así que estos sabores y olores fuertes llenos de umami, son elementos palatables de los alimentos para perros.

Para los humanos aficionados a la gastronomía, curiosos por los avances de la ciencia o que simplemente quieran saber qué es el glutamato… os dejo el siguiente artículo de un humano sabio:

UMAMI: EL SABOR MISTERIOSO

Uno de los ingredientes característicos de festividades como la Navidad y otras es la abundancia e intensidad de los sabores que llenan buena parte de las incesantes actividades gastronómicas que las acompañan. Hoy en particular, trataremos de un sabor poco conocido, el umami, sobre el que se han realizado importantes descubrimientos.

Póngase ante un espejo. Si observa su lengua podrá comprobar la existencia en ella de unas pequeñas elevaciones o protuberancias que corresponden a las papilas gustativas. Allí, en la superficie de las células, se encuentran localizados diversos receptores, es decir, proteínas particulares capaces de reconocer específicamente a los componentes gustativos de los alimentos y como consecuencia de ello transmitir una información, vía neuronal, que llega hasta el cerebro donde todas las señales son procesadas e integradas, dando lugar a la sensación que conocemos con el nombre de sabor. Esos receptores específicos no están distribuidos uniformemente sobre la superficie lingual, Fácilmente podemos comprobar que las papilas de la punta de lengua son especialmente sensibles al sabor dulce y cerca de ellas se ubica la mayor sensibilidad al sabor salado mientras que lateralmente se sitúan las papilas del sabor agrio y en la zona posterior las del sabor amargo. ¿Son éstos 4 los únicos sabores existentes?
A principios del siglo pasado, Kikunae Ikeda, un profesor de la Universidad Imperial de Tokio, observó la existencia de un sabor común a los espárragos, el tomate, el queso y la carne. Y este sabor era especialmente intenso en un plato japonés hecho con algas conocidas como kombu. Ikeda consiguió extraer de las algas la sustancia activa comprobando que se trataba de un aminoácido natural, el glutamato sódico, aunque el profesor Ikeda lo rebautizó con el nombre de umami (delicioso, en japonés), el mismo sabor que en China se conoce como xian wei y se describe como sabroso, semejante al caldo o sabor a carne. En 1909 se inició su comercialización con el nombre de Ajinomoto.


Los receptores del umami se sitúan en la parte central de la lengua y su activación da lugar a una intensificación armoniosa del resto de sabores por lo que es comercial y ampliamente utilizado en los platos precocinados y envasados, congelados, sopas en cubitos, salsas, mezcla de especias, etc., para estimular su sabor. Por cierto, que el alto contenido en glutamato del queso parmesano y otros quesos de larga maduración, la salsa de soja o la de tomate es una de las causas principales de su intenso sabor. Y hace poco tiempo también se hacía público el hallazgo de que el jamón ibérico posee una alta tasa de glutamato. El abuso de la adición de glutamato en los restaurantes de cocina china, fue el origen del conocido como síndrome del restaurante chino. Hace unos diez años se publicaba en la revista NATURE NEUROSCIENCE que se acaba de descubrir y clonar el receptor de glutamato situado en la lengua, que es diferente al receptor del cerebro, adaptándose a las altas cantidades de glutamato presentes en los nutrientes en contraste con las bajas concentraciones de glutamato existentes en el cerebro donde posee un papel de neurotransmisor entre algunas neuronas. La noticia merecía destacarse porque era la primera vez que se conseguía identificar y clonar un gen relacionado con el sentido del gusto. Desde entonces se ha avanzado mucho en la biología molecular del sabor, sobre todo gracias a los esfuerzos de investigadores americanos como Zuker y Riba, descubridores en el año 2006 del receptor del sabor agrio. Ahora, tenemos un amplio conocimiento sobre los receptores de sabor, pero respecto al glutamato, a pesar de conocerse desde hace tanto tiempo la existencia, hasta ahora los mecanismos moleculares de su actuación del umami eran un misterio, por lo que tenía asignada la característica de ser el más misterioso de los sabores. En todo caso, para el glutamato y su sensación umami se han localizado tres receptores: mGluR4, T1R1 y T1R3, que son diferentes de otros varios receptores ya conocidos para el glutamato que no tienen nada que ver con el sabor.

La respuesta al glutamato puede ser variada. Mientras que en especies como perros, ratones, monos y humanos, la respuesta electrofisiológica al umami es independiente de los demás sabores, las ratas y los gatos no distinguen el glutamato de sodio de la sal, y en Francia se demostró que algunas personas son poco sensibles al umami y otras no pueden detectarlo en absoluto. Por cierto, preguntado al respecto, el investigador respondió que el alimento con alto contenido en umami que más le agrada es la langosta. No parece una mala elección.


(José Antonio Lozano Teruel, Catedrático Bioquímica y Biología Molecular  Universidad de Murcia)



martes, 6 de junio de 2017

AMBAR

"Todo y todos estamos hechos de una misma sustancia viva,
la esencia de la vida, el origen de todo lo que es.
Es una inteligencia suprema que rige las órbitas de los astros,
los ciclos del sol y de la luna, día y noche,
el transcurrir de las estaciones.
Una fuerza creadora que gesta y sostiene
el milagro de cada nueva vida,
que hace florecer la naturaleza
y latir nuestro corazón"
(Yllara Bettina Müsch)
 
AMBAR, la última en llegar a nuestra manada, un regalo del destino
Ésta es AMBAR, la última en incorporarse a nuestra manada. Ha sido un regalo del destino. Dice que tiene 40 millones de años y que vivía en el norte de Europa, en una región que ahora está cubierta por el Mar Báltico. Millones de años atrás, por efecto de los huracanes, las grandes tormentas o algún cataclismo, las coníferas se rompieron, y la resina fluyó por el tronco en inmensas bolas que finalmente se separaron y cayeron en grandes cantidades. Cuando alcanzaron el suelo del bosque, la resina se oxidó y más tarde, cuando la región se inundó y la resina se lavó de nuevo con agua, se volvió dura y consistente. Luego se fosilizó. Y en una de esas bolas quedó atrapada la pequeña AMBAR. Nunca había estado con personas, porque en aquella época la especie humana aún no existía.

Posteriormente, como resultado de los movimientos de los glaciares y la formación de ríos y mares, esa resina fosilizada se esparció por toda Europa. Los primeros humanos que la descubrieron la llamaron “piedra del sol” u “oro nórdico”. Hoy en día, se conoce con el nombre de “ámbar”. Aunque se le llame piedra, en realidad tiene origen orgánico. El “ámbar” es conocido y usado por el hombre desde tiempos prehistóricos. Es la piedra preciosa más antigua conocida y ocupa un lugar muy especial entre las otras gemas preciosas y semipreciosas. Por lo general es de color miel-dorado. Cada pieza de “ámbar” es única y nunca se han encontrado dos piedras de “ámbar” completamente idénticas.

Durante siglos, la gente ha creído que el “ámbar” posee poderes mágicos y sobrenaturales. Esta gema inusual ha inspirado a magos, médicos, científicos y artistas. En la antigua medicina oriental se creía que el vapor de “ámbar” fortalece el espíritu y da coraje.
 
Una de cada mil piezas de “ámbar” tiene incrustaciones
Hoy, los científicos valoran especialmente las piezas de “ámbar” que contienen dentro la evidencia única, conservada para siempre, de la flora y fauna de hace millones de años en el norte de Europa. Son diferentes insectos y otros organismos que han sido capturados en la resina. Se calcula que una de cada mil piezas de “ámbar” tiene incrustaciones de insectos, plantas o semillas... y de un collie, como ha descubierto recientemente una niña de Sevilla.

Alejandra, 9 años, al salir del colegio, fue a ayudar a su madre a abrir los paquetes que le habían llegado con su último pedido. Ella, la madre, tiene una exclusiva tienda de minerales y piedras preciosas: Fluorita, cuarzo, astrofilita, cornalina, calcopirita, moscovita, ágata, amatista, calcita, labradorita, turquesa, malaquita, lapislázuli, etc. Aunque lo cierto es que la niña se prestó a ayudar a su madre esa tarde, porque en ese pedido habían de llegar unas piezas de “olivina”, la piedra favorita de Alejandra, junto con otras adquisiciones, algunas de las cuales de mucho valor, como las de “ámbar” del Mar Báltico.

Mientras su madre atendía al teléfono, Alejandra empezó a sacar de la caja los paquetes individuales, cuidadosamente envueltos. Cogió el primero, y con la delicadeza que siempre le inculca su madre, abrió el papel burbuja acolchado que protege y aísla frente a posibles roturas. Era una gran pieza de “ámbar”, que, al mirarla, dejó sin respiración a Alejandra. Se puso a llorar y con voz temblorosa, gritó: “Mamá, mamá, mira” Su madre colgó el teléfono y se acercó. Nunca había visto una pieza de “ámbar” tan bella como la que le entregaba Alejandra. Le dio la vuelta y se quedó estupefacta. Allí había incrustados unos ojitos almendrados que miraban con dulzura. “Mamá, nos mira como los nuestros. Es un collie  y parece estar vivo. ¿Cómo podemos sacarlo de la piedra?” Su madre estaba en éxtasis y no le respondió.
 
Nunca había visto una pieza de “ámbar” tan bella. Allí había incrustados unos ojitos almendrados que miraban con dulzura
Desenvolvieron todas las piezas y encontraron normal el resto del pedido, incluidas las otras piedras de “ámbar. Las piezas de “olivina”, tan esperadas por Alejandra, eran muy bonitas, pero ya no le interesaron ante el descubrimiento del “ámbar” con ojitos de collie.

Alejandra le pidió a su madre que no guardara esa pieza en la tienda y se la llevaron a casa. Al llegar, hizo partícipe del descubrimiento a su hermano pequeño, y éste demostró tanto interés en aquella piedra, que dejó de jugar con sus espadas y pistolas, para convertirse en su primer aliado. Cuando llegó su padre, Alejandra le dijo: “Esta piedra no se puede vender. Hay que devolverle la vida a ese collie. Has de convencer a mamá”. “Ya sabes, hija, -le respondió su padre, que no me entrometo en los negocios de tu madre, pero la conozco y seguro que ya está buscando alguna solución”

Efectivamente, buscó la agenda de contactos y, en pocos minutos, ya estaba llamando a la única persona que no la tomaría por loca y la podría orientar. “Existe una bruja que te puede ayudar –le dijo desde el otro lado del teléfono. Es conocida como La Gran Diosa, dadora de vida y de muerte. Ni su físico, ni su personalidad coinciden con el arquetipo de bruja. No come niños, no viaja en escobas, no suelta carcajadas histéricas, no tiene tratos con el diablo y, por no tener, ni siquiera tiene una verruga en el mentón. Es una bruja moderna, joven y guapa. Y, como tantas mujeres de hoy en día, prefieren fingir que no existen. Aunque haberlas, haylas. «Haz lo que quieras, mientras no perjudiques a nadie» y «todo lo que hagas, bueno o malo, vuelve a ti multiplicado por tres» son sus normas éticas. La Gran Diosa puede ayudarte porque es el principio cósmico femenino del que todo nace y al que todo regresa, incesantemente. Para hablar con ella, deberás viajar hasta la poza de Malatosca, donde tiene su santuario, una gruta escondida tras la cascada”.

“Yo no puedo acompañarte” –le dijo su marido. “Dile a tu amiga Ana que te acompañe”. “No, iré sola” –le respondió.

Esa misma noche, por internet, compró un billete de avión Sevilla-Barcelona y alquiló un coche. Para encontrar a La Gran Diosa, debía estar allí al día siguiente, 11 de abril, noche de luna llena. Y encontrar el agujero que da acceso a la gruta. “Lo verás junto a la cascada. Es muy estrecho. Habrás de grimpar unos dos metros y seguramente te mojarás”. La poza de Malatosca guarda una leyenda sobre comadronas y brujas. Dice la voz popular que en las noches de luna llena todas las brujas de la comarca se reunían en la poza de Malatosca para hacer sus aquelarres. Está situada en una hondonada sombría y misteriosa. El salto de agua, por acción erosiva, ha recubierto las paredes con una capa de roca porosa. Su situación y la presencia de agua abundante de la riera, ha creado un ambiente húmedo que ha favorecido el crecimiento de una vegetación de ribera abundante, de musgos y pequeños helechos que se arraigan en las paredes del salto.

Cuando llegó a la poza de Malatosca, apenas había luz del día y esperó a que anocheciera por completo. Estaba sola. Se sentó en el suelo y se apoyó en un árbol, escuchando el agua de la cascada,  dejando volar la imaginación bajo la luna. En ningún momento se desprendió de la pequeña mochila donde llevaba el misterioso tesoro, aquella piedra de “ámbar” con los ojitos de un collie fosilizado.
 
En la poza de Malatosca, apenas había luz del día. Se sentó en el suelo y se apoyó en un árbol, escuchando el agua de la cascada, dejando volar la imaginación bajo la luna
A medianoche, bajo la clara luz de la luna, trepó por la pared mojada, salpicada por la cascada, hasta el estrecho agujero de entrada a la cueva. Sintió el frío y la humedad adherirse como una segunda piel a su cuerpo y un estremecimiento la recorrió cuando con su cabeza golpeó una “esquella”, pequeña campana que llevan los bueyes de la zona, puesta allí para avisar a la Gran Diosa.
Una pequeña escalinata, devorada por la humedad y la erosión del tiempo, bajaba hasta el interior. El fuego de unas velas aromatizantes era lo único que daba luz a la estancia. Y el único sonido provenía del chisporroteo de unas hierbas de romero quemándose en un rincón. Sentada en una roca, rígida entre las velas y cubierta de la cabeza a los pies por un velo negro, la figura de La Gran Diosa era majestuosa, imponente.

-       “Bienvenida, diosa hermana” –la saludó. “¿Cuál es el motivo de tu visita?”

Ella no sabía qué decir, ni qué responder. La belleza de aquella bruja, esa mirada que la penetraba hasta lo más íntimo, el lugar cargado de magia y fuerza… Todo hacía que las palabras no llegaran a su boca y sólo pudo hacer un amago de sonrisa, mientras de la mochila sacaba la piedra de “ámbar” con unos ojitos incrustados. Se acercó, le entregó la pieza de “ámbar” y le contó la historia desde el principio. 

-       “Aquí hay vida” –le dijo, devolviéndole el “ámbar”. “Yo te voy a explicar qué debes hacer para desfosilizar esta piedra. Me gusta que la sensibilidad y la inquietud de tu hija Alejandra, te hayan empujado para ir más allá de los límites establecidos y me hayas visitado. Te voy a ayudar porque tú eres una mujer que sientes la Presencia de la Diosa y oyes el eco de la Magia. La Diosa y la Bruja que vive en ti, reclaman Su Poder y podrás hacer realidad tus sueños más profundos, deseos y anhelos. Interactuando con Ella en tu día a día, nada de lo que desees escapará de tus manos. Porque ser Bruja es hacer que el mundo cambie”.

La madre de Alejandra pronto se sintió cómoda y relajada. La Gran Diosa tenía un magnetismo especial. Estuvieron hablando muchas horas. Ambas tenían una gran capacidad para empatizar, captar y proteger las emociones ajenas. La Gran Diosa le explicó detalladamente el proceso a seguir. “No olvides ningún detalle y, sobre todo, piensa que, para que sea un éxito, el rito final lo ha de efectuar un ser inocente y puro como tu hija Alejandra y su hermano”.

Ya amanecía cuando salió de la cueva. El coche estaba cerca y allí tenía ropa limpia para cambiarse. Miró el reloj y se dijo: “Con un poco de suerte aún podré coger el vuelo de Vueling de las 10:05 a Sevilla”. En el navegador puso: Aeropuerto del Prat. Y arrancó el coche.

Sevilla, 12 de abril. Después de una reconfortante siesta, le explicó todo a su marido y le dijo que habrían de viajar hasta el Pirineo aragonés con la piedra de “ámbar”, para cumplir con todo el ritual que le ha propuesto La Gran Diosa. “Muy bien” –asintió él, “dentro de tres semanas es la Feria de Abril y los niños y yo tenemos fiesta. Alquilaremos una caravana y nos iremos al Pirineo”

En la Antigüedad hubo un consenso claro en señalar agua, tierra, fuego y aire como la base del universo. Los cuatro elementos que se hallan en el origen de todo, según La Gran Diosa, serán los protagonistas de este ritual para devolver a la vida a un collie. Agua, tierra, fuego y aire han sido recurrentes para muchas culturas a lo largo de la Historia como modos para purificarse y renacer. En la actualidad se han renovado las formas y se ha diluido el trasfondo religioso, pero el simbolismo de antaño se conserva más o menos intacto.

La Gran Diosa, para cumplir con el elemento “tierra”, le pidió barro, vino y romero. Una olla de barro de Triana, vino tinto de la variedad Merlot de la Serranía de Ronda y manojos de romero para quemar.

Hace más de 3000 años, en Triana, aprovechando la arcilla del río Guadalquivir, los Tartessos comenzaron con el oficio de alfarero. Hoy en día se ha perdido mucho esta tradición, y para conseguir la olla de barro, tuvieron que contactar con el último alfarero de Triana, uno de los pocos que quedan en Sevilla que ejercitan su oficio a la antigua usanza, o sea, usando el torno como compañero básico e imprescindible del trabajo del barro. 

Iniciaron el largo viaje pasando por la Serranía de Ronda donde consiguieron dos litros de vino Merlot, una de las partes fundamentales del ritual. Este vino se caracteriza por su finura y suavidad, sin dejar de ser aromático y carnoso. Es de color rubí muy intenso y, según los persas, curaba el alma de los desdichados.  

El Merlot desempeñará un papel mediador con lo imaginario y el deseo

Alrededor del vino emergen emociones y pasiones.  El vino simboliza alegría y vida. En la evolución del vino a través de la historia, es difícil discernir la leyenda y la realidad, ya que ambas se confunden y se mezclan en la boca de poetas, trovadores y brujas. El simbolismo del vino nos remite a la inmortalidad, la sangre, la vida y el sacrificio. El Merlot desempeñará, de manera especial, un papel mediador con lo imaginario y el deseo. Desde siempre, el vino Merlot convive con el misterio, el mito y la realidad. Son innumerables las leyendas que dicen que el Merlot te pone en contacto con la espiritualidad y la trascendencia.

El otro fruto de la “tierra”, el romero, lo fueron recogiendo por diferentes lugares durante el viaje. La Gran Diosa le dijo que debían hacer el fuego con romero. Al quemarse, emite unas poderosas vibraciones limpiadoras y purificadoras, y ahuyenta las fuerzas negativas. El romero se utiliza en hechizos para  limpieza de malas energías,  protección,  poderes mentales, depresión,  etc.

Y el romero nos conduce al elemento “fuego”. El fuego participa en casi todas las pociones y brebajes de las brujas. Cuando la familia de Alejandra lleguen al destino, el fuego de romero servirá para calentar los dos litros de Merlot en la olla de barro de Triana.

El tercer elemento, el “aire”, es muy sutil y las brujas lo utilizan como vehículo. Es un elemento invisible que la Gran Diosa usa para que contenga determinada energía. El aire, el viento, lo que se lleva y se trae, está presente en rituales muy complejos y potentes. Dentro de los cuatro elementos, es el más difícil de manejar. Aquí servirá para avivar el fuego de romero.

Y llegamos al cuarto elemento, el “agua”, fundamental para el desarrollo de la vida. Es un elemento muy común en brujería porque el agua está relacionada con las emociones.

“Habréis de ir a la cuenca alta del río Ara” -le dijo la Gran Diosa. “El Ara es el gran señor del Pirineo. Es el último río virgen, el único recorrido salvaje. Sus aguas son las lágrimas de la diosa Pirene”.

Dicen que la bella Pirene consiguió escapar del acoso de Hércules, huyendo más allá del jardín de las Hespérides y se refugió, acogida por los pastores, en estas hermosas montañas que recibieron su nombre. Hércules, desorientado, empezó a recorrer el universo en busca suya. Jamás renunciaría al amor de Pirene. Al llegar la noticia a los oídos de la diosa, temerosa, al mismo tiempo que llena de despecho, encendió los montes, prefiriendo ver todo arrasado y aceptando su propia muerte antes que caer en los brazos del poderoso y caprichoso dios. Hércules, de lejos, vio la terrible humareda del Pirineo que se elevaba hasta lo alto del cielo. Imaginando la tragedia, a grandes zancadas se dirigió a estas montañas. Llegó al atardecer, cuando ya todo era una inmensa ascua: los bosques ennegrecidos y sus árboles retorcidos, convertidos en carbón. Empezó a rebuscar por todos los recónditos parajes, valles, grutas y colinas, orientándose por lo único que no ardía: las lágrimas de Pirene que salpicaban la montaña y se quedaban cristalizadas en los inmensos ibones de azul intenso que todavía podemos hoy contemplar. Sólo al llegar la madrugada pudo encontrar a la diosa de sus amores. Quiso rescatarla del incendio, pero ya era tarde. Estaba agonizando y, entre los estertores de la muerte, se la veía sonreír con gesto de triunfo por haber podido burlar al hijo de Zeus. Jamás, ni ella ni su monte, se someterían a nada ni a nadie. Uno de esos ibones de lágrimas es el Ibón Alto de Batanes, de donde parte el agua del Ara, milagro de la vida para AMBAR.
 
Llegan al punto culminante: El puente de Bujaruelo, puente románico del siglo XIII, sobre el río Ara
Siguiendo las instrucciones de la Gran Diosa, Alejandra y sus padres llegan al punto culminante: El puente de Bujaruelo, un puente románico del siglo XIII sobre el río Ara. El día alarga, la temperatura sube y las nieves van desapareciendo de las cimas del Vignemale, del Cilindro, del Taillón y el Monte Perdido. Los ibones (lagos) de deshielan y el río Ara y los barrancos aumentan su caudal con una agua blanca, estruendosa. A partir de ahora, y hasta final de junio, el Ara es un imponente espectáculo desde su nacimiento en el macizo del Vignemale y en todo su recorrido, de norte a sur, por Bujaruelo, la Garganta de los Navarros, Torla, Broto, Sarvisé, Fiscal, Boltaña y su muerte en Aínsa, donde regala sus aguas al río Cinca.

Por suerte, no hay nadie a esas horas en el Puente de Bujaruelo. Junto a la misma pared del puente, Alejandra enciende el romero entre tres piedras que sirven de soporte a la olla de barro con los dos litros de Merlot en su interior. El aire sopla de repente y se aviva el fuego. Cuando el vino ya está muy caliente, Alejandra introduce en la olla la pieza de “ámbar”, cuidadosamente protegida durante el viaje, para que se ablande y coja elasticidad.  8 minutos, no más” –le explicó la Gran Diosa. “El 8 es el numero de la evolución y las transformaciones, representa el poder de la naturaleza de sanar y regenerarse”. Pasados los 8 minutos, con la ayuda de su hermano, cogieron la olla y la lanzaron al río, desde lo alto del puente. La olla se rompió y el Merlot con el “ámbar” se mezcló con el agua del Ara. “Habréis de esperar otros 8 minutos para que el ritual finalice y el Ara os entregue con vida esos ojitos atrapados, por capricho de la naturaleza, durante millones de años”

Alejandra bajó del puente, emocionada. Con la mirada fija en aquellas aguas cristalinas, se fue acercando despacio hasta que, sin saber el por qué, su boca se ensanchó en una sonrisa. Una felicidad desconocida, sin causa ni motivo, la inundó y, como en un sueño, notó que aquel ser crecía ante sus ojos, le iba viendo la cara, esa cara de felicidad, de inocencia, de ausencia de toda malicia… ¿Cómo iba a reaccionar al ver un humano por primera vez?... Alejandra, sin darse apenas cuenta, se había metido en el agua y, de repente, se encontró unas patitas agarradas a su cuello, una lengua que le lamía la cara, mientras emitía unos gemidos muy familiares. Salieron del río y aquella bola de pelo se sacudía el agua, mientras iba saludando con alegría al resto de la familia.

Mientras los niños jugaban y acariciaban aquel regalo del Ara, Alejandra, siempre observadora, añadió un dato que nadie se había cuestionado hasta el momento: “Es una chica” –exclamó “y se llamará AMBAR”

¿Y cómo llegó AMBAR a nuestra manada? La Gran Diosa le había dicho a la madre de Alejandra que el ser que vuelve a la vida después de estar atrapado en un fósil, ha de vivir siempre en libertad. Cuando, en el viaje de regreso, se esforzaba para explicárselo a sus hijos, Alejandra miró a AMBAR, que la tenía en sus brazos, y le dijo a su madre: No te preocupes, mamá, ya sé dónde la dejaremos para que corra libre y sea feliz”.  Y su hermano pequeño asintió, muy a su pesar.

Gran persona esta niña y mucha madurez para su edad. Para estos niños, la vida se presenta como una aventura maravillosa. Su mente sin fronteras y su viva imaginación les abren a un mundo ilimitado. Han sido puestos en este mundo para luchar, aprender y sentirse dichosos. Seguro que la vida tiene hermosas sorpresas para ellos. ¡Que las vivan!

Bienvenida, AMBAR

En casa, damos la bienvenida a AMBAR, que ha aceptado vivir y ser feliz en nuestra manada. Unigénita y única. Ella es la libertad de espíritu, el ser libre e indómito, sin ataduras ni equipajes del pasado. Es simple y natural. AMBAR es un ser de luz y está protegida por la luz. La sabiduría cósmica se revela a través de ella. Como buen cachorro, disfruta de la vida y sus regalos… ¡y es libre!





domingo, 14 de mayo de 2017

MI ÚLTIMA CAMADA

“Los hijos no son el juguete de los padres,
ni la realización de su necesidad de vivir,
ni sucedáneos de sus ambiciones insatisfechas.
Los hijos son la obligación de formar seres libres y felices”
(Simone de Beauvoir)

Cuando aquel caluroso 14 de julio del 2013 nacía mi primer hijo, de nombre Turró, en mi mente se abrieron múltiples esperanzas y deseos. Fue una camada de 8 preciosos cachorros que cuidé con pasión. Los miraba e imaginé cómo podía ser su vida. Recuerdo que, mientras les lamía, quería transmitirles que en este mundo nadie tiene derecho a tratarles mal, porque ellos están hechos de emociones y de sueños, porque la dignidad de un Collie es sagrada y su felicidad un derecho que nadie puede vulnerar.

En las siguientes camadas, y sobre todo en esta MI ÚLTIMA CAMADA, 8 cachorros también como en la primera, me he esforzado en enseñarles muchas otras cosas, entre ellas a disfrutar y vivir cada momento de la mejor manera, que se atrevan a vivir sin temor… Los crío para vivir su vida, para aprender sus lecciones y para integrarse en una familia humana con valores. Y sé que lo harán.

No he sido la madre perfecta, sólo una buena madre que he respetado las virtudes y defectos de mis cachorros. Los he preparado para la inseguridad y la incertidumbre, porque el mundo es imprevisible. Entre juegos y aventuras, les he demostrado que cada día trae su propio broche, y el sol siempre está, incluso en los días nublados… Les he enseñado a ver más allá de las apariencias, para que puedan mirar con amor y encuentren belleza a cada paso.
 
Pronto podré dormir de un tirón

"¿Cuál es la edad ideal para que una collie tenga cachorros?" – nos preguntaba una de las muchas personas que han venido estos días a ver a los cachorros.

Dependerá mucho de su estado de salud en cada celo. Lo ideal es tener cachorros en la plenitud física. La mejor edad para criar es entre los 2 y los 6 años de vida. Tener cachorros demasiado joven, pone en riesgo la salud de la madre, ya que aún no ha desarrollado su físico del todo. Y quedar embarazada con 8 ó 9 años, tiene muchas probabilidades de que las cosas no vayan bien, poniendo en grave peligro la vida de ella o sus cachorros.

“¿Hasta cuándo pueden quedarse embarazadas las perras?” –seguía preguntando.

Las perras no tenemos menopausia, al menos en sentido humano, y podríamos quedarnos embarazadas siendo ya viejas. Lo que sí ocurriría es que nuestra fertilidad se vería mermada y nuestra capacidad de tener un buen embarazo y un buen parto se reduciría muchísimo. Está claro, y en esto coincidimos con las humanas,  que no es lo mimo un organismo joven y lleno de vigor que otro ya viejito y con las fuerzas menguadas.

Por eso digo que esta es MI ÚLTIMA CAMADA. Acabo de cumplir 6 años, la edad límite establecida en nuestra manada, y en unos meses pasaré por la Clínica Veterinaria para que mi amiga Maite me esterilice, para evitar riesgos y ganar más calidad de vida de cara a la vejez, que espero que sea plena y feliz.
 
Con IONA, mi última hija

Uno de estos últimos días me quedé a solas con Iona, la última en nacer, y, mirándola, recordé. Es imposible no recordar. Recordé todo el camino vivido desde mi primer embarazo, tanta lucha, tantos sueños, tantas emociones... Y ahí estaba mi recompensa, el motivo por el cual todo ha valido la pena. Todos mis cachorros son bellos, adorables, buenos y dulces. Iona y los 34 cachorros que la precedieron, lo merecen, lo compensan todo. Sobre todo cuando pienso en las familias humanas a las que han aportado y aportarán tanta alegría y felicidad. Ahora sé que yo estoy en este mundo porque ellos debían aparecer.

En estos momentos, mi memoria me trae la añoranza de recordarlos a todos y cada uno. Son 35, sé dónde están, qué hacen, con quién viven. Ya he completado mi ciclo de madre y es ahora cuando veo que el tiempo ha pasado como un suspiro, sin darme cuenta. Mis recuerdos también para Brus, Astún, Tuc y Xaloc, mis chicos guapos, machos amorosos y efectivos, sin cuya colaboración nada de esto hubiera sido posible.
 
¡Cómo echaré de menos estos momentos con mis cachorros!, pero sé que hay una última vez para todo
MI ÚLTIMA CAMADA. Tiempo de despedidas. Despedirme de estas mamas arrugadas que ya no volverán a dar leche, de esta barriga que ya no volverá a tener contracciones. Ya no albergaré más corazones. Ya no asistiré como protagonista al milagro de la vida. Ya no habré de provocar más pipis ni habré de limpiar cacas. Ya nadie se dormirá prendido a mi teta. Y los juguetes serán sólo un recuerdo. Ya no me perseguirá nadie buscando protección, ni me ladrará con carita de pucheros. Sus primeros pasitos han sido los últimos. Sus travesuras pondrán fin a una época. Sus caras de asombro descubriendo la vida son el fin de un ciclo. Pronto podré dormir de un tirón, pero creo que nunca pasarán los años suficientes para que olvide esos achuchones de madrugada, esas pequeñas patitas con uñas como alfileres, reclamando. Hace casi cuatro años que estrené mi maternidad y ha pasado toda una vida, en realidad 35, complejas e inmensas cada una de ellas, diferentes y maravillosas todas.


Tiempo de adioses y de bienvenidas. Hoy quiero disfrutar de la última vez de algo, y abrazar la primera vez de todo. Que no pare el tiempo, sólo que vaya más despacio… Y a los 35, os digo que nos vemos cuando el destino tenga ganas de juntarnos… Mientras, cuidaros y sed felices.


lunes, 24 de abril de 2017

ÚLTIMAS TARDES CON CAP: BUENA GENTE


Eso de ser buena gente,
no se compra con dinero.
Quien nace con esa suerte,
ese va derecho al cielo.

Vivan las buenas personas,
que vivan las buenas gentes,
esas que nunca traicionan,
esos que nunca te venden.

Todo lo das sin fijarte
y nunca llevas la cuenta.
Vas derramando tu alma,
sin ver a quien se la entregas.

(Amigos de Ginés)


Así reza la vieja copla y así lo creo. Después del post que escribí sobre las “personas tóxicas”, alguien comentó: “Aunque las personas malas suelen hacer ‘más ruido’, creo que hay en este mundo más buena gente que mala”. Así es. He conocido y conozco, a muchas personas a las que considero BUENA GENTE. Y hoy quiero, con todo mi corazón de collie, dedicar este post a todas ellas. Hay mucho escrito sobre la gente tóxica de la que ya hablamos, pero poco o nada se escribe y se investiga sobre esa BUENA GENTE que nos hace el mundo más bonito…



Sigo pensando en las últimas tardes con Cap, que fueron muy intensas. Cómo recuerdo aquellos atardeceres y sus lecciones, que llenaron mi corazón de emociones inolvidables. Una tarde en la que el sol continuaba mostrando su fulgor, aún en medio de la constante amenaza de lluvia, Cap me contó esta bella historia:

“Hay personas mágicas que saben ser sol en momentos en los que el cielo está nublado y la vida se ha atascado en una tormenta que no nos quiere dejar salir. Es una especie rara, pero real. Se caracterizan por su habilidad para iluminar con una sonrisa un día nublado por malos pensamientos y malas experiencias. Te lo prometo, Nina. Existen. Las he visto. Se encuentran escondidas por todos los rincones del planeta. Disfrazadas de normales. Disimulando su especialidad. Procuran comportarse como los demás. Por eso, a veces, es tan difícil encontrarlas. Pero cuando las descubres… ya no hay marcha atrás, no puedes deshacerte de su recuerdo. No se lo digas a nadie, pero dicen que su magia es tan fuerte, que si te toca una vez, lo hace para siempre…”

Con Cap y Jolie habíamos debatido sobre la gente tóxica, esas personas que, si aparecen en la vida de un collie, le pueden hacer daño, manipularle y restarle tranquilidad y bienestar. Hoy, Cap quiere que hablemos de la BUENA GENTE, esas personas que están llenas de optimismo, que nos envuelven en una atmósfera de bienestar, que saben crecer con nosotros, que saben acompañarnos en los momentos buenos y malos. Son las personas ideales para cualquier Collie.

Se acerca sigilosamente Jolie, la investigadora de la manada, y nos aporta una noticia que confirma su afirmación de que los collies podemos llegar a percibir y diferenciar si un humano es “buena gente” o es una “persona tóxica”.



En la Universidad de Hokkaido (Japón) han descubierto que el «instinto» de los perros va mucho más allá de lo que mucha gente creía. Este centro nipón ha llevado a cabo una investigación en la que se demuestra que los perros somos capaces de percibir si una persona tiene buenas intenciones u otras más bien poco éticas. «Se produjeron diferentes reacciones de los perros dependiendo de si unos individuos habían sido más o menos agradables con otras personas y también se dieron respuestas negativas de los perros hacia aquellas que se comportaban de manera injusta», explican desde el Departamento de Ciencias del Comportamiento, de la Universidad de Hokkaido. Para esta investigación se analizó cómo reaccionaban los animales según la actitud que mostraban los científicos en diversas situaciones… Así, los científicos concluyeron que los perros son capaces de captar a las personas insolidarias o malas, e incluso juzgarlas en consecuencia a su comportamiento.

La doctora Stefanía Pineda, del servicio de Etología Clínica en la Universidad Complutense de Madrid, explica: «Hay una tendencia popular a creer que los animales sienten las malas energías, sin embargo, se trata más bien de una cuestión de interpretar nuestro lenguaje. Por ejemplo, cuando una persona tiene problemas emocionales, el perro es capaz de percibirlo porque tiene una gran empatía con los humanos y saben leer nuestro lenguaje corporal, nuestros gestos e incluso nuestro olor, que cambia según nuestro estado de ánimo, a través de las feromonas». En lo que respecta a las reacciones de los perros ante determinadas situaciones, como el experimento de Hokkaido, la doctora Pineda sostiene que «los perros entienden los gestos que hacemos, por ejemplo nuestras muestras de enfado. Lo que ellos interpretan no es a la persona en sí, sino su conducta y su actitud».

En general, la mayor parte de los collies somos muy afortunad@s porque nuestra familia humana es BUENA GENTE, personas que hablan el idioma de la sensibilidad, que son solidarias, buenas y respetuosas, que no intoxican nuestra vida, que conocen los buenos valores y los practican. Sabemos que podemos confiar en ellas porque actúan desde la humildad, con tacto y con agradecimiento ante la vida. A los collies nos gusta mucho nuestra familia, porque conocen el valor de la alegría y de la tristeza, porque procuran no lastimarnos ni herirnos, porque basan sus relaciones en el aprecio y no en el interés.



A todos nos gusta la gente auténtica, la que actúa desde el corazón, la que vibra con sus sueños, la que asume la responsabilidad de sus decisiones y de sus actos. Nos gustan las personas que son justas y agradecidas, las que no buscan recompensas fuera de sí mismas, las que actúan de manera desinteresada, las que confían en nosotros y nos animan a perseguir nuestros sueños. Las personas que nos gustan contagian sinceridad y hablan con franqueza, son fieles y leales, y persisten para alcanzar sus sueños. Son personas de las que nos encanta rodearnos porque juegan con valores que nos hacen sentir bien y sanan las heridas del pasado. No se avergüenzan de reconocer sus defectos, aceptan sus errores y aprenden de ellos. Son esas personas las que nos abrazan y recomponen nuestras partes rotas, haciendo que nuestros males se diluyan en el mar del olvido.

¿Sabes en qué nos parecemos los collies y la BUENA GENTE? En que “Todo lo das sin fijarte… Vas derramando tu alma…” Somos especiales, irradiamos optimismo y contagiamos energía positiva y buenas vibraciones.





Fuente: “La mente es maravillosa”