martes, 15 de septiembre de 2009

ESTOY MUY ENFERMA

Tengo LEISHMANIA.
Desde que me diagnosticaron la “leishmaniosis” tenía pensado hacerlo público con un post para explicaros que todo había ido bien, que todo estaba superado... pero desgraciadamente todo se ha complicado, he sufrido una recaída y presiento que ahora mi vida está en peligro.

Desde el dolor y el sufrimiento que me imponen los tratamientos, trato de proyectar a través de mis palabras el torrente de emociones que esta situación me provoca ahora, consciente de que puedo estar escribiendo mi último post.

Recientemente la vida de nuestra familia se vio azotada por la muerte de DIA. Y ahora les llega otra muy mala noticia para poner a prueba su resistencia: mi recaída, cuando parecía que la leishmaniosis estaba ya controlada.
La noticia sacudió a todos, aunque con más intensidad, al tratarse de mí, tan joven todavía. El diagnóstico era el “menos grave”, el de la “esperanza”. Eso me hizo mantenerme animosa y firme desde el primer momento y seguí siéndolo durante los largos días de “quimioterapia”. Siempre mostré mi cara más decidida y alegre, por encima de las dos inyecciones diarias de “glucantime” que sacudieron mi cuerpo durante 50 días, como pocos podéis imaginar.

Luego, con el “alopurinol” reglamentado, mi vida estaba siendo de lo más normal, superactiva y correosa como siempre. Pero el viernes me hicieron una analítica de sangre y, aunque el hígado y los riñones estaban aparentemente bien, salieron unos parámetros disparados: anemia. Más medicamentos. El domingo por la tarde me sentí fatal, inactiva y sin apetito. Ayer, de nuevo, en manos de los veterinarios. Esta vez han enviado sangre y orina a dos laboratorios distintos. Pero mi sexto sentido de collie me dice que esto no tiene remedio. Si mi lengua me lo hubiera permitido, se lo habría dicho. Les podría haber advertido de lo que me ocurre antes de que lo descubran con sus máquinas y sus ordenadores. Sí, mi nariz, mi bonito hocico negro, me dice que algo no va bien. Pero mi lengua no es ágil. Así que no pude hacer más que mirar, sintiéndome vacía por dentro y a esperar los resultados.

Hoy he hecho un gran esfuerzo por escribir este post y, como podéis comprender, ahora voy a estar un tiempo sin escribir nada. No sé qué pasará con mi Blog. En casa, solamente mi tía Jolie sabe cómo hacer funcionar el ordenador, pero ella es muy perezosa y no quiere protagonismos.

No sé si mi adiós es hasta pronto o para siempre. En mi Blog han salido muchos temas y quiero aprovechar ahora para pedir perdón si he ofendido a alguien con mis ocurrencias. Pero sobre todo quiero dar las gracias a todos los que me habéis ido siguiendo día a día. Gracias en especial a los que me habéis escrito unas cartas tan bonitas. Gracias de todo corazón por vuestras palabras, por vuestro interés, por vuestro apoyo, por vuestra solidaridad y vuestro cariño. GRACIAS amig@s.

En estos momentos siento que mi vida ha sido muy corta y al mismo tiempo muy larga. La gente habla de voluntad de vivir porque la gente le teme a la muerte. La muerte es oscura, desconocida, aterradora. Pero no para mí. No es el fin. Cuando llegue el momento, yo me iré a vivir a alguna estrella. Mirad al cielo con frecuencia y ¡soñad!. Yo siempre os estaré mirando y el universo sonreirá con vuestros sueños y los hará realidad.

martes, 8 de septiembre de 2009

LA MEJOR OBRA DE DIOS


Al sexto día Dios creó al Perro.
Apenas fue creado, el Perro lamió la mano del Buen Dios. Y el Buen Dios le acarició la cabeza.

- ¿Qué quieres, Perro? –preguntó el Señor.


- Señor Buen Dios, quisiera alojarme en tu casa, en el cielo, frente a tu puerta.
- Yo no necesito perro, ya que todavía no he creado a los ladrones.

- ¿Cuándo los crearás, Señor?
- ¡Jamás!. Estoy cansado. Hace ya cinco días que trabajo, es hora de que descanse. Ya he creado mi mejor obra. Eres tú, Perro, mi mejor criatura, mi obra de arte. Es mejor pararme aquí. No está bien que un artista se esfuerce más allá de su inspiración. Si persistiese en crear, sería capaz de fracasar. ¡Vete, Perro! Vete enseguida a poblar la tierra. Vete y sé feliz.

El Perro dio un profundo suspiro:
- ¿Qué haré sobre la tierra, Señor?
- Mira, comerás, beberás, dormirás, crecerás y te multiplicarás.

El Perro suspiró más tristemente aún.
- ¿Qué más quieres? –dijo el Señor.

- A ti, Señor, mi Patrón. ¿No podrías establecerte también tú sobre la tierra?
-
No. Te aseguro que no puedo instalarme sobre la tierra para hacerte compañía. Otros asuntos me tienen ocupado: este cielo, estos ángeles, estas estrellas..., te aseguro que me dan mucho que hacer.

El Perro bajó la cabeza e hizo ademán para irse, pero después se volvió:
- Si solamente, Señor Buen Dios, hubiese allá abajo una especie de patrón de tu clase…
- No –dijo el Buen Dios-. No lo hay.

El Perro se hizo pequeño, pequeño, humilde, humilde, y suplicó todavía más de cerca:
- Si tú quieres, Señor Buen Dios… Podrías intentar, probar…
- Imposible –replicó el Buen Dios-.
He hecho lo que he hecho. Mi obra está cumplida. Jamás podré crear un ser mejor que tú. Si hoy crease otro, lo siento en mi mano derecha, me saldría mal…

- ¡Oh! Señor Buen Dios –suplicó el Perro-, no importa que salga mal, con tal de que yo pueda seguirlo donde quiera que vaya y echarme a sus pies cuando se pare.

Entonces el Buen Dios se maravilló por haber creado una criatura tan buena y la catalogó como COLLIE. Y Dios le dijo al Collie:
-
¡Vete! Y que se haga según tu deseo.

Entonces fue a su Laboratorio y Dios creó al hombre.

Pero el hombre no sabe esto.

Esta bonita historia me la ha contado Shara, a quien ahora os presento. Shara hace muy poco que forma parte de nuestra familia. Su llegada a casa fue una sorpresa para todos. Fue uno de los regalos que recibió Rosa el día 28. Rosa nos quiere mucho a todos los collies, pero no esconde su debilidad por los tricolores. Por eso su alegría fue inmensa cuando le entregaron a Shara.
Shara es una “lady” con sangre de la aristocracia inglesa colliliana. Dice que es “Lynmead”, “Amalie”, “Camanna”... Yo no entiendo mucho de familias y le digo que se olvide de su “sangre azul”, que aquí todos la tenemos roja.
A Shara le está costando adaptarse a nuestra vida campestre, pero entre mi primo Ness (que ya le tira los tejos) y yo, la estamos espabilando...