viernes, 31 de agosto de 2012

ATENCIÓN CON EL AZUFRE

Recuerdo, que el pasado mes de Junio, me sorprendió la siguiente noticia:

“Un hombre ciego denuncia trabas y malos tratos a su perra guía en La Gomera… Se queja de que le han impedido entrar con su perra-lazarillo en establecimientos comerciales y de que algunos vecinos han echado azufre por donde pasea con la perra… ”

Parece increíble, pero es así. Somos “el mejor amigo del hombre”, pero el hombre no es el mejor amigo del perro.

Yo vivo en el campo y no conocía la peligrosidad del azufre. Nadie en la manada ha sufrido por el azufre, pero en las ciudades es un peligro amenazante y bastante extendido.

“La Policía Local recibió el pasado fin de semana una llamada de un vecino de la calle Cuesta del Maestre, quien había denunciado que en la calle habían esparcido azufre con el fin de causar daños a los perros que pasan por esta vía del casco antiguo cacereño”

“Basauri: avisan de la aparición de azufre en la calle Nagusia…”

Los collies ya tenemos suficientes amenazas de peligro como para que algunas personas recurran sin escrúpulos a una sustancia tóxica como el azufre. Porque el azufre es muy peligroso, tal como nos cuenta Kitty en una carta que me llegó ayer.
 

Hola Nina:

Soy Kitty, una sobrina de Kit. Alguna vez ya le escribí a ella para contarle algunas cosas y como ahora tú eres su sucesora en el Blog…

Pues verás, este verano he estado enferma y todavía no estoy bien. Todo es por culpa de esas personas que ponen sustancias tóxicas en la calle sin pensar en el daño que pueden hacer, tanto a nosotros los collies y a otros perros, como también a los niños, e incluso a personas adultas también.

En este caso ha sido a causa del azufre, esos polvitos de color amarillo que ponen a veces delante de portales, locales, en las esquinas… Piensan que eso va a evitar que los perros orinen allí, pero es que además de que no es eficaz para eso, el azufre es tóxico.

Azufre en la calle
Este azufre que ponen se usa sobre todo en las prácticas agrícolas como fungicida para tratar sobre todo las vides, pero también se usa como insecticida para las hormigas y como acaricida, por lo tanto es un veneno y Maribel ya nos ha advertido a Eire y a mí que nunca más volvamos a acercarnos a esos sitios donde están los malditos polvos amarillos, ya que son tóxicos tanto por contacto (producen irritaciones y rojeces en la piel) como por inhalación (si los respiramos son muy irritantes, incluso podrían producirnos la muerte por asfixia), como por ingestión (en este caso, además de irritación, dolor, vómitos y diarreas, pueden dañar el hígado y los riñones, incluso el azufre puede a veces reaccionar con los ácidos del estómago y convertirse en ácido sulfhídrico, que es muy venenoso).

Y por eso es que te escribo, para que puedas hacer llegar mi experiencia a la gente que sigue el Blog.

Hay personas que creen que el poner este azufre en la calle no es perjudicial porque huele mal y eso hace que los perros no se acerquen a orinar, pero eso no es cierto, no huele mal, y por lo tanto no nos repele; otros sí saben que a veces se evita que un macho se acerque porque al orinar levanta ese polvito que es tan irritante y claro, a ningún perro le gusta que le pique ahí, en ese sitio, pero esto solo ocurre cuando está reciente, después de unos días ya no se levanta el polvito ese, a no ser que echen cantidades muy grandes o lo vayan reponiendo cada muy pocos días.

Pues mi historia es la siguiente:
El día 15 de Julio por la mañana temprano volvíamos para casa y ya en la esquina de nuestra calle, a solo 15 o 20 m. de casa, acababan de echar este producto (la tarde anterior no estaba); como yo estaba a punto de empezar con el celo, y ya sabes como somos nosotras en estos casos, que queremos olisquearlo todo, metí el hocico allí (porque sí que había pipí de machos) y aunque Maribel tiró de mi correa rápido no pudo evitar que aspirase algo de ese polvillo. En cuanto llegamos a casa nos puso la comida de la mañana, y yo estaba ansiosa por comer para ver si me pasaba la quemazón de la garganta, pero ni comiendo se me pasaba, así que en cuanto terminé de comer me puse como loca a lamer el suelo fresquito, por lo mismo, para tratar de aliviar mi garganta; enseguida vomité lo que había comido, volví a lamer el suelo de forma compulsiva y volví a vomitar, así 4 o 5 veces en solo unos 15 minutos; Maribel estaba preocupadísima y yo un poco también; para que voy a decir que no, si lo pasé muy mal. Entonces llamó a Elena, que es veterinaria y le explicó lo que me pasaba, y Elena le dijo eso, que sería que yo tendría dolor y ardor o irritación de esófago y por eso lamía el suelo frío para tratar de calmarlo; después me pasé el día bebiendo enormes cantidades de agua y vomitándolas al cabo de un momento; a última hora de la tarde ya estaba mejor y aunque al día siguiente y al otro vomité algo, en un par de días ya estaba bien.

Lo malo fue el día 1 de Agosto cuando volvíamos para casa del paseo del mediodía, yo ya había empezado el celo y al pasar por otro sitio donde también habían puesto azufre unos días antes (no estaba tan reciente como el de la otra vez y ya no se respiraba ese polvillo que se te metía por la nariz y la garganta) y como habían orinado allí varios perros y estaba el olor tan interesante…  pues eso, que volví a meter el hocico donde no debía y cuando Maribel quiso tirar de mi para separarme ya había metido también la lengua.

Llegamos a casa y no fue hasta después de bastante rato que vomité; Maribel no se dio cuenta hasta más tarde, cuando ya había vomitado 3 veces de un color verde fosforescente. Hizo unas fotos del papel de cocina con que lo limpió y nos fuimos corriendo a la clínica veterinaria, donde me dieron carbón activado (que cosa mas asquerosa) para absorber en lo posible el veneno. Había vuelto a vomitar de camino a la clínica y mas tarde también vomité el carbón.

Al día siguiente por la tarde, después de las 24 horas de la intoxicación me hicieron una analítica completa y resultó que tenía los glóbulos blancos algo bajos y la AST (una de las enzimas hepáticas) algo elevada, así que me volvieron a repetir la analítica a las 2 semanas, con el mismo resultado aunque en este caso también algo elevada la otra enzima, la ALT, debido al tóxico. Durante todo este tiempo había estado con algo de colitis y vomitando al menos una vez casi todos los días; y ahora ya estoy mejor y vomito menos pero aún lo hago de vez en cuando.

Kitty, en la clínica, haciéndose los análisis
No me han podido vacunar de la heptavalente cuando me tocaba. Hacia el 20 de septiembre me harán otro análisis para ver como sigue mi hígado y si va bien ya me pondrán la vacuna que me falta; Maribel dice que sí, que para entonces seguramente ya estaré mejor, porque aparentemente sí que he ido mejorando, primero de la colitis, luego ya vomitando algo menos… así que ya veremos.

Pero es que durante estos meses de julio y agosto en nuestra misma calle y en las de alrededor de la nuestra hay por lo menos 9 sitios donde han puesto ese veneno; bueno hasta ayer eran 9, estos días están limpiando las calles de nuestro barrio con mangueras de agua a presión y ayer limpiaron 2 de esos lugares y hoy otro, pero aún no han limpiado los sitios donde yo me intoxiqué, y en uno de ellos han vuelto a poner mas azufre en estos días y puede que cada poco le vayan añadiendo más, como ya nos lo advirtió el barrendero, dice que cuando lo limpia al día siguiente ya han puesto mucho más que lo que había.

Maribel lo ha denunciado al Ayuntamiento, porque ha leído que en muchos lugares, esta práctica de echar azufre en la vía pública está prohibida, pero parece que aquí no lo está, aunque le han prometido que van a tratar de reformar la Ordenanza para que lo esté cuanto antes. Pero mientras tanto, hace falta que la gente sepa lo que pasa, y que no deje a sus collies ni a otros perros pasar siquiera por estos lugares del polvo amarillo. En este mes nos hemos enterado de otros casos de perros que lo mismo que yo han enfermado por esto, algunos han estado hospitalizados muy graves y también parece que incluso algunos han muerto.

Ahora mismo, cuando volvíamos para casa, hemos visto que en el sitio que limpiaron esta misma mañana ya han vuelto a echar los malditos polvos esos; esto es desesperante, a ver si hacen algo pronto.

Eire y yo te mandamos unos buenos lametones, y también a mi tía Kit. Muchos cariños para ti y para toda esa gran familia de collies,

Kitty
 

El civismo en sociedad empieza por el respeto de todos con los que compartimos un mismo espacio.
Así como es obligatorio que los dueñ@s de animales recojan los excrementos en sus paseos por la vía pública, está prohibido echar azufre u otros productos venenosos en las esquinas o entradas de los edificios.
Casi todas las ordenanzas municipales advierten que verter en la vía pública dichos productos contaminantes para el medio ambiente y peligrosos para la salud humana o animal, está totalmente prohibido.
No se puede atentar contra la salud de ningún ser vivo. Por eso un@s han de mantener las aceras limpias de excrementos, y otr@s de venenos altamente perjudiciales para animales y personas.

 

 

lunes, 20 de agosto de 2012

VETE YA, MALDITO VERANO


Estoy cansada, desanimada, triste… Soy muy joven y ya veo que el destino puede ser a veces cruel y muy injusto. Con mi tierra, con mis amigos, con mi familia humana, con mi manada, con mi mejor amiga… Todo ha sido negativo en los últimos días. Bueno, todo no, pero necesito desahogarme…

Durante este verano, cada día la misma amenaza: “El calor sofocante dispara el riesgo de incendios forestales”. Decenas de incendios alimentados por el calor abrasador, el clima seco y los fuertes vientos están deteriorando nuestra tierra. “Cuando el monte se quema, algo nuestro se quema”. Lo que arde es de todos, los árboles, el paisaje, muchos animales y algunas personas humanas. Y lamentablemente casi siempre hay una mano humana detrás de ellos. Me sumo al sufrimiento de tantas personas afectadas y aúllo ¡basta! ¡Estoy harta!

Vete ya, verano, maldito verano, y maldita crisis que también ha hecho aumentar el abandono de animales. Crisis económica y crisis de valores, de humanidad, de compasión... Miles de criaturas sufren y mueren cada día en nuestro país.

Hace tiempo que no escribo porque me entró el desánimo y no he tenido ganas de hacer nada. Por una u otra circunstancia no he podido salir ni un día de excursión a la montaña, mi mejor terapia. Tras tanto incendio me da la impresión que no reconoceré mis caminos preferidos. Han sido unos meses para olvidar. La manada con la que convivo también se ha visto afectada por desgracias y sinsabores que me han afectado demasiado. Sobre todo el accidente de Perla. Ella se está recuperando, pero sus siete hijos murieron. Yo he tenido que sacar fuerzas de flaqueza para animar a mi mejor amiga, aunque la que más la está ayudando en estos momentos es Jolie, ejerciendo de etóloga.

Y encima, para estar aún más blandengue, estoy en celo. Calor y celo igual a polvorín. Fatal. Machos a mí, pero no. Me dicen que soy joven y que he de esperar. Esperar, desesperar… Yo quiero ser madre.    

Por favor, vete ya maldito verano y déjame tranquila… No quiero estar inmersa por más tiempo en este verano maldito que tanto nos ha lastimado. Y no, no estoy deprimida, porque los collies  no sabemos qué son las depresiones.

Estoy triste y pensativa. Cuando el monte se quema, algo nuestro se quema

Perdonad este post tan negativo. Esto no conduce a nada. Hoy, un buen amigo de la familia, un “coach” profesional, me ha hecho tomar una decisión.

- “Cuando se decide ser positivo, empiezan a ocurrir cosas positivas” – ha comentado en un momento de la conversación.

Por tanto, hoy decido ser siempre positiva. Ladrido de collie. Estoy harta de la crisis y de que todo sean penas y desgracias. A partir de hoy, prometo publicar en este blog hechos o pensamientos positivos, alegres, esperanzadores.

Voy a ser más optimista para vivir mejor. Optimista: Que propende a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable

Ser  uno más optimista que otro no es ninguna cualidad fija. Es una elección. Y yo, a partir de ahora, elijo ser optimista. Muchas cosas volverán a ir mal, pero ser positiva, ser optimista, me permitirá estar preparada para lo peor, esperando siempre lo mejor.