lunes, 17 de febrero de 2014

¿SENTIMOS DOLOR LOS COLLIES?

El dolor es una experiencia sensorial y emocional (subjetiva),
generalmente desagradable,
que pueden experimentar todos aquellos seres vivos
que disponen de un sistema nervioso central.
(Wikipedia)


Hoy he estado con Haila y sus cachorros. Ya tienen más de un mes y he podido jugar con ellos y darles algún revolcón. Cuando se han cansado, se han amontonado y se han quedado dormidos. Entonces Haila me ha dicho:

-          Háblame del dolor.
-          ¿Por qué? ¿Sufriste mucho con el parto?
-          No, todo fue bien y rápido. Pero es que Enate me asustó cuando me dijo que ella había sufrido mucho en todos los partos.
-          Sí, mi madre también lo pasó mal en su primer parto. Pero en los siguientes ya no, porque nuestra familia humana recurrió a un tratamiento homeopático, sin efectos secundarios. A mí también me fue muy bien y tuve un parto plácido.
-          ¿Te refieres a unos gránulos pequeñitos de color blanco? Sí me dieron los 10 días anteriores al parto. Aunque lo peor para mí fue el exceso de leche. Aún siendo ocho cachorros para mamar, hacia los 15 días, no me succionaban toda la leche que producía y algunas mamas se me endurecieron y me causaban mucho dolor. Mi familia tuvo que forzarme para vaciar la leche. Ahora ya estoy bien y maman sin  dolor.



¿Sentimos dolor los collies?
Claro que sentimos dolor. Las mismas causas que provocan dolor en los humanos, nos pueden producir dolor a los collies: cirugía, fracturas, tumores, artritis... Lo que yo no sé, es si es el mismo grado de dolor que experimentan los humanos.

Para los collies, el dolor es una experiencia muy individual. Así, un collie puede expresar su dolor de una determinada manera o puede tener un dolor más intenso que otro collie en sus mismas condiciones.

Hablando de este tema con el resto de la manada, los “recuerdos” sobre el dolor son dispares. Dos de las cinco hembras que han sido sometidas a una ovariohisterectomía, el procedimiento quirúrgico para extirpar el útero y los ovarios, experimentaron un gran dolor de 24 a 48 h post cirugía.  Las otras tres, apenas lo recuerdan. ¿Por qué? ¿Es que no recibieron el mismo protocolo de tratamiento del dolor?

Yo estoy muy contenta porque las nuevas generaciones de veterinarios están cada vez más concienciadas sobre el tratamiento del dolor. Y debemos confiar en ellos. Nuestras familias humanas deberían  evitar la automedicación, sobre todo si se practica con medicamentos de personas. La automedicación es una de las principales causas de intoxicación en los perros. El veterinario es quien debe determinar el tratamiento más adecuado para tratar el dolor del perro. Actualmente los veterinarios disponen de una amplia variedad de drogas, protocolos y modalidades que pueden aliviar el dolor.

Hasta hace poco, existía la teoría de que los animales no sentíamos el dolor de la misma forma que los humanos. Durante siglos, las manifestaciones de dolor que se observaban en una cirugía, por ejemplo, se atribuían a reflejos musculares descontrolados o a respuestas nerviosas. Solo en las últimas décadas del siglo XX se empezó a reconocer que los animales podemos tener experiencias dolorosas.

A principios del siglo XXI, casi todos los veterinarios se han puesto al día y saben que las intervenciones que son dolorosas para los seres humanos también lo serán para los animales. La mayoría avalan ya la opinión de que por su semejanza, los animales, aunque carezcamos de la posibilidad de comunicar verbalmente la experiencia de dolor, sufrimos igual que los humanos frente a un estímulo doloroso. Y reconocer el comportamiento del dolor es una de las más importantes funciones del veterinario, porque no todos los animales lo expresamos de igual forma.

En la actualidad los veterinarios cuentan con nuevas drogas, más efectivas y seguras para el tratamiento de enfermedades con gran componente de dolor, lo que les permite brindarnos a los animales una mejor atención veterinaria y una mayor calidad de vida.



Es muy importante la colaboración estrecha entre la familia humana y el veterinario para poder identificar si tenemos dolor y tratar de definir el grado de dolor o incomodidad que estamos sufriendo, para poner en práctica el adecuado protocolo de tratamiento del dolor de manera individual. Y es de vital importancia que los dueños se ajusten estrictamente a la dosis y horario prescrito por el veterinario.

Los collies, aunque no seamos capaces de verbalizar el dolor como una persona, disponemos de muchos canales comunicativos para expresar que sentimos dolor y nuestra familia humana debe estar atenta. Algunas de las situaciones que nos producen dolor son las enfermedades de las articulaciones, como la artritis, y los procesos postoperatorios de las cirugías practicadas por la fractura de huesos, extirpación de tumores o esterilización.

Ante cualquier sospecha de que sufrimos dolor, hay que consultar al veterinario. Paliar ese dolor incide en una mejora de nuestra calidad de vida y bienestar. Es responsabilidad de nuestra familia humana evitar el dolor. Sería un error muy grave pensar que el dolor es un mal menor y algo transitorio, que superaremos sin ayuda, ya que los collies no nos quejamos.

Éstos son algunos de los signos físicos y de comportamiento en un collie, posiblemente provocados por el dolor: Inusualmente tranquilo, apático, inquieto o no responde; quejarse, gemir o aullar; lamer con insistencia una parte particular del cuerpo; actuación fuera de su carácter normal, ya sea agresiva o sumisa; orejas aplastadas contra la cabeza; dificultad para dormir o comer; buscar afecto más que de costumbre.
 
CAP con sus achaques propios de la edad, acompañado por su joven nieta SWAN

Nina, ¿y ahora por qué no hablas de los achaques? – me increpa Cap desde el suelo, mientras está tomando el sol junto a Swan.

“Achaque”: Molestia pequeña pero frecuente provocada por una enfermedad o por la edad. Indisposición o enfermedad habitual, especialmente las que acompañan a la vejez.

Los collies viejos, que empiezan a desarrollar artrosis, pueden presentar diversos grados de dolor que les impide estar juguetones o salir disparados como yo ante cualquier incidencia.  Ellos simplemente se vuelven más lentos para levantarse y menos dispuestos a participar en las actividades normales que solían disfrutar. Cap, 12 años, a eso le llama achaques.

Los collies con “achaques” pueden manifestar cambios muy sutiles en su comportamiento que pueden ser difíciles de identificar. Como el collie que solía cazar la pelota veinte veces y ahora sólo va por ella tres veces y se recuesta de inmediato. O como aquel collie muy sociable y bueno con los niños, que sin embargo ahora "sin razón aparente" se muestra gruñón con ellos cuando corren a su alrededor.

“Todo el equipo de un centro veterinario ha de estar totalmente concienciado de que debe proponer soluciones al dolor, ha de ser sensible al dolor del animal y a las sensaciones siempre negativas que el dolor produce en el propietario del animal o en su entorno.
En el siglo XXI ningún ser vivo tiene por qué sufrir, pues tenemos en nuestras manos, o deberíamos tener, los medios necesarios para evitarlo. El dolor existe y existirá. Dolor intrínseco a la dolencia o patología, pero hemos de combatirlo, minimizarlo y luchar siempre por eliminarlo totalmente. Hay que actuar y pensar de una forma multidisciplinar para combatirlo, y no despreciar, por prepotencia o por ignorancia, ninguna terapia ni tratamiento para combatir el dolor”.
(Alexandre Tarragó, miembro del Instituto Veterinario de Ortopedia y Traumatología)