viernes, 31 de julio de 2015

AGENTES RURALES

Este verano estoy predestinada a conocer de cerca a los diferentes cuerpos de Policía de este país. Hace apenas una semana nos paró la policía de tráfico y hoy se han presentado en casa dos Agentes Rurales. Así, sin avisar. “Bon dia, som els Agents Rurals. Podem entrar? Venim a veure els gosos” – han gritado por el interfono. Toda la manada nos hemos puesto a ladrar, como siempre que llega un extraño. Esta vez con más razón porque se hacen notar: pantalón de color verde oscuro, polo de manga corta verde claro, botas de montaña y gorra. En la parte superior delantera izquierda del pecho, su número de identidad profesional, de color blanco, y en la parte derecha, el escudo. En la espalda, "AGENT RURAL".

        -       “No llevan pistola” – me dice Bruixa al oído.
        -       “Es verdad. Estos vienen en son de paz”

En el cinturón llevan radio y teléfono móvil. Colgado del cuello, uno lleva unos prismáticos y el otro una mini-cámara de video. En las manos, un portafolios y un aparato de color rojo con una pequeña pantalla.

        -       ¿Cuál es el motivo de vuestra visita?
        -       Venimos a controlar que los perros estén bien
        -       “Claro que estamos bien” – grita Bruixa, mientras le salta encima al guarda más joven.
        -       Hemos de leer el microchip de cada uno y ver las cartillas sanitarias para comprobar las vacunas.



Empiezan por Bruixa, que es la que tienen más a mano. Uno le pasa el aparato de color rojo por el cuello hasta que da un pitido y aparece un número en la pantalla, que el otro comprueba en un impreso. Ahora ya sé que el aparato rojo es un lector de chips.

-               - ¿Las Cartillas Sanitarias?
-               - Aquí están. ¿Alguna otra cosa?
-           - También necesitamos el Libro de Registro del Núcleo Zoológico. Hemos de revisar las fechas de entrada, las fechas de salida y el destino de los cachorros.
-               - De acuerdo, veo que ya venís preparados con el nombre de los perros impreso.
-               - Sí, los hemos sacado del censo del Ayuntamiento.

Después de ir pasando toda la manada por sus manos y comprobar que todos estamos vacunados y que los chips coinciden, los Agentes han querido ver las instalaciones.

       -       Una de las obligaciones más importante del Cuerpo de Agentes Rurales, es la protección de los animales contra cualquier acción de maltrato. Las instalaciones han de garantizar unas condiciones de confort, durante todo el año, y cumplir con lo que dispone la Ley de Protección de Animales.
        -       “Yo duermo aquí” –interrumpe la pequeña Bruixa. “Aquí tengo agua corriente para beber y mi comedora. ¿A que es guay?”


El Cuerpo de Agentes Rurales es un cuerpo de administración especial de la Generalitat de Catalunya, actualmente adscrito al Departament de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural. En otras Comunidades Autónomas, sus tareas están repartidas entre Guardas Forestales, Guardas Medioambientales, Seprona, etc. Los y las miembros del Cuerpo de Agentes Rurales son funcionarios de carrera que tienen la condición de agentes de la autoridad y de policía judicial genérica en el ejercicio de sus funciones y los efectos establecidos legalmente. Dentro de este marco, sus miembros están sujetos a la normativa básica del Estado y en la legislación sobre la función pública de la Generalidad de Catalunya.

Los Agentes Rurales velan por la conservación de la naturaleza y la protección del medio ambiente, y defienden el patrimonio natural y el futuro de nuestro entorno a fin de que todo el mundo lo pueda disfrutar. El Cuerpo de Agentes Rurales está formado por unos 500 agentes que actúan en toda Catalunya ofreciendo un servicio a los ciudadanos que se basa en la vocación, la proximidad, la profesionalidad y la eficiencia.

El Cuerpo de Agentes Rurales ejerce funciones, entre otras muchas, de Vigilancia e Inspección.
Las acciones de vigilancia en general, inspección de actividades y la colaboración en la gestión que efectúa la administración forestal constituye el grueso principal de las actuaciones de los Agentes Rurales. Estas se efectúan en el marco de las atribuciones del departamento competente o de acuerdo con las competencias de otros departamentos y de otras administraciones públicas. 
Las funciones de inspección son tareas que se efectúan en calidad de agentes de la autoridad de investigación ordinaria, identificación de personas, levantamiento de actas, decomisos, medidas cautelares, recogida de pruebas… Se pueden realizar de oficio o instancias de la Autoridad Judicial o de los servicios jurídicos del departamento.

Después de más de una hora de inspección detallada, los Agentes Rurales se despiden. Ahora, después de oírles explicar tantas cosas, ya me parecen más simpáticos.

             -       Bien, hemos terminado. Nos tendrías que firmar el Acta de Inspección. Con las notas que hemos tomado y las fotos y filmaciones que hemos  hecho, realizaremos un informe. Si hay alguna cosa, ya se pondrán en contacto con vosotros. No creo que os digan nada, ya que nuestro informe va a ser muy favorable porque estos perros viven muy bien. Si vierais con lo que nos encontramos… La semana que viene vamos a decomisar unos perros de caza que están encadenados, medio abandonados y en unas condiciones higiénicas lamentables.

  


viernes, 24 de julio de 2015

COLLIES EN EL COCHE Y LA DGT

Hace tiempo que no me llevan de excursión. Es lo que tiene ser madre y ocuparte de tus cachorros. Hoy, por fin, me han llamado y he subido como una exhalación al coche. Allí estaba ya Bruixa, no tan contenta como yo, porque no le gusta ir en coche. Nos vamos hacia el Pirineo y salimos muy temprano para evitar caminar en las horas de más calor.

Está amaneciendo, cuando, de repente, nos detenemos en una rotonda. Me pongo en pie y veo a un policía saludando: “Bon dia, la documentació del cotxe si us plau”.

Tantos viajes en coche y es la primera vez que nos para la policía. El otro agente viene hacia la parte de atrás y mira por las ventanillas del maletero. Hace cara de buena persona. Nuestras miradas se cruzan, mientras Bruixa sigue estirada, medio mareada. “Són collies!” –exclama con alegría, “els puc tocar?”

Creía que la policía era más seria. Aunque nos dicen que se trata de un control rutinario, me sorprende ver a un agente uniformado y “de servicio”, acariciando unos collies desconocidos...

Aprovechando la “familiaridad”, JZ le pregunta al primer agente, que ya ha devuelto la documentación, sin mirarla:

-       Como puede ver, los collies van sueltos en el maletero, ¿qué dice la normativa actual de la DGT sobre el transporte de perros en coche?

-       Los lleváis bien. No tienen acceso al conductor, están tranquilos y no molestan. La ley es bastante ambigua. Dice que el conductor ha de tener campo de visión, que no haya ningún elemento de distracción o que limite sus movimientos.

-       ¿Pueden sancionar? ¿A cuánto puede ascender la multa?

-       Transportar un animal suelto que pueda interferir en la conducción, puede ser sancionado con multa de hasta 100 euros. Cuando se lleven sueltos, con acceso al conductor, varios animales o un animal sentado en el regazo del conductor, los hechos podrían considerarse como conducción negligente (infracción grave) castigada con multa de 200 euros.

No me gustan las leyes que no son claras y que permiten diferentes interpretaciones de los artículos. La “Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial”, en su Artículo 11.2, dice:
“El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencias entre el conductor y cualquiera de ellos”.

SAMBA, en el asiento trasero, con su arnés de seguridad

Hace un tiempo, me contaron que en una tienda de accesorios para perros, pusieron una dependienta en la puerta, sugiriendo a los clientes que compraran un arnés especial para el coche, porque la policía se había colocado junto a  las escuelas a multar a todas las personas que llevaran suelto el perro dentro de su vehículo. Cundió la alarma y agotaron los arneses, tratando de evitar una multa. No era verdad y es reprobable utilizar la táctica del miedo.  

El miedo a la multa o a la pérdida de puntos no nos importa a los collies. Al margen de la interpretación de la ley, lo que queremos es viajar en coche seguros y no perjudicar a nadie. Un perro suelto en el vehículo puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente porque puede aumentar la distracción del conductor, interferir en la conducción al subirse encima del conductor o al afectar a los sistemas mecánicos (pedales, cambio de marchas, etc.), y puede provocar daños al resto de ocupantes en caso de frenazo o impacto.

Para nuestra seguridad en el viaje existen distintas opciones, dependiendo del coche.
Si viajamos en los asientos traseros, algo tan sencillo como un arnés de seguridad, con un sistema para atarlo al asiento como si de un cinturón de seguridad se tratara es uno de los métodos más utilizados actualmente. En caso de accidente, un perro sin retención puede producir altas cargas de impacto en el caso de un choque frontal, ya que a unos 50 km/h se multiplica por treinta y cinco veces su propio peso. Esto significa que un collie de 20 kg de peso tendrá una carga de impacto que superará los 700 kg a dicha velocidad, algo que en caso de impactar contra otro ocupante supondría lesiones graves, incluso mortales. Siempre que los humanos nos hagáis viajar en el interior del vehículo, debemos ser considerados como un pasajero más y, por tanto, debemos ir protegidos, para nuestra propia seguridad y para la de los demás ocupantes. No se recomiendan los correajes que se enganchan directamente al collar, ya que podría estrangularnos y supondría un riesgo para los pasajeros. Utilizar siempre un arnés que sujete todo el cuerpo, optando por los que han demostrado su eficacia mediante ensayos de choque o que están homologados mediante normas europeas, por ejemplo, ECE R17 o DIN 75410-2. Según la talla o el peso del animal, se pueden establecer diferentes sistemas de retención, que sujetan a los perros mediante el cinturón de seguridad o los dispositivos Isofix.

Para vehículos con portón trasero o familiares, se puede utilizar unas barras o rejilla divisoria que permite habilitar el maletero. Hay que tener en cuenta la estabilidad tanto de los respaldos de los asientos como del montaje de la rejilla, de modo que se optará por aquellas que van montadas desde el techo del vehículo al suelo del maletero y que cumplen las normas DIN 75410-2.

Yo, con ARA y SWAN, sueltas en el maletero

El transportín es otro de los métodos muy utilizado y seguro para viajar. En caso de disponerlo en el maletero, se colocará lo más cerca posible del respaldo y en posición transversal respecto a la dirección de la marcha. Para perros de pequeño tamaño o cachorros, los transportines se deben colocar dentro del habitáculo, concretamente sobre el suelo detrás de los asientos delanteros. Nunca se debe colocar un transportín sobre el asiento sujeto por un cinturón de seguridad, ya que las pruebas realizadas ponen de manifiesto que, en un choque, la caja se rompe y la mascota sale despedida a través de la pared del transportín.

Otro de los métodos, ya en desuso, es una red de seguridad. Su funcionamiento es similar a las barras, con el inconveniente de que es un material flexible y poco resistente. No es nada recomendable.

En España somos más de nueve millones de mascotas, entre perros y gatos. En teoría somos un miembro más de la familia, con quien nos gusta viajar, disfrutar y compartir experiencias. Pero queremos viajar con seguridad y necesitamos la ayuda de los humanos para que dicho viaje sea perfecto.



(Fuente: RACE)