Cachorros…
Alborozados en juegos,
en nuestra cara saltando,
como intentando besar,
con su caricia que aviva…
(Carlos Caicedo)
Los
cachorros de Kit tienen ya 7 semanas. Pronto me dejarán estar con ellos.
Mientras, me paso horas viéndoles jugar a lo lejos. Observarles me trae
recuerdos no tan lejanos de mi infancia: el mismo lugar, los mismos juegos…
Y
es que el aspecto repetitivo del juego es evidente en el cachorro.
El
juego evoluciona en función de la edad del cachorro, las relaciones con su
madre y su medio ambiente.
La primera manifestación de un comportamiento lúdico puede observarse hacia las 4 semanas, es decir al principio del período de socialización. Los cachorros de
Cachorros de KIT, con 4 semanas |
De las
A esta edad descubre también el combate lúdico: puede agarrar a otro cachorro por el cuello o las orejas, levantarlo o tumbarlo. El cachorro mordido durante estos combates descubre el dolor y grita. Esto permite al mordedor tomar conciencia de su fuerza y aprender a inhibirse. Cuando un cachorro mordido grita, el agresor le suelta. Y luego cambian las posiciones y siempre se van alternando. En estas situaciones es fundamental que el criador no intervenga para que ambas partes aprendan a ser “mordido” y “mordedor”. Si un humano se interpone, el aprendizaje de este concepto no podrá hacerse correctamente.
Cachorros jugando a las 6 semanas |
De las
Ahora, a partir de las 7 semanas, los
cachorros jugarán con más frecuencia y con más intensidad. Pronto partirán
hacia su nuevo hogar y la responsabilidad del juego se traslada hacia la
familia humana. Hay que estar atentos y dispuestos. El cachorro ya sabe cómo hacerse
entender rápidamente cuando quiere jugar.
Muy
pronto, de la relación madre-cachorro pasarán a la relación familia
humana-cachorro. Y al cachorro hay que enseñarle, mediante el juego, las
relaciones de jerarquía. A partir de ahora el jefe del juego nunca debe ser el
cachorro, sino las personas con las que convive.
Dentro
de unos días, a estos cachorros que ahora estoy viendo jugar alegre y
despreocupadamente, alguien les habrá de poner límites a sus juegos. ¿Cuándo hay
que considerar que el cachorro que juega a morder ha sobrepasado los límites?
Muchas personas que adquieren un cachorro no saben reconocer la frontera del
juego y ponen en peligro el equilibrio de su collie.
El
juego del cachorro debe ser siempre educativo y nunca es una pérdida de tiempo.
La buena gestión de las sesiones de juego por la familia humana es uno de los
fundamentos de la educación y positiva evolución del cachorro.
DUC, con 7 meses, se divierte jugando con su amiga |
Desde
siempre, el juego del cachorro responde a su naturaleza social. Un collie
necesita jugar, ya sea con otros perros, con las personas o con juguetes. El
juego le entretiene, ejercita su organismo y le hace gastar energías. Si el cachorro
no juega, lo más probable es que haga destrozos en casa o en el jardín.
Jugar
con el cachorro, por ejemplo tirando una pelota, reafirma la autoridad de la
persona, ya que él sabe que depende de un humano para que el juego sea entretenido.
Jugar con otros perros también es muy importante. El collie, tímido y desconfiado por naturaleza, necesita de la interacción con sus iguales. Por eso el acostumbrarlo desde pequeño a ir a un parque a jugar es muy bueno. Le ayuda a socializarse, a gastar energías y a sentirse más confiado.
Con el cachorro hay que evitar los juguetes que puedan ser cortantes o los que, por su tamaño pequeño, puedan ser tragados. Jamás entregar zapatos viejos como un juguete, ya que el cachorro no entiende si es viejo o no, sólo entiende que es algo de su amo, y en el futuro podría hacer lo mismo con un zapato nuevo.
El juego es vital en el desarrollo del cachorro. La familia humana con la que va a vivir lo sabe y le han comprado un montón de juguetes. Pero no hay que olvidar que el mejor juguete para el collie es la propia familia humana y la cantidad de tiempo que le dediquen. Sin prisas, con ilusión. El juego del cachorro debe ser siempre divertido. Y divertido para ambos, collie y dueñ@, para fomentar el vínculo afectivo. Jugar con un cachorro de collie proporciona alegría, diversión, risas y muchos y buenos momentos.
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