miércoles, 13 de agosto de 2014

NOMOFOBIA

Estoy indignada, muy indignada. Bueno, todo lo indignada que puede estar una collie, que no es mucho.

Vino a hacernos una visita una familia con una adolescente de unos 14 años. Querían ver los cachorros y ver la posibilidad de hacer una reserva para la próxima camada. Mis hijos esos días estaban más achuchables que nunca y se pusieron muy contentos cuando vieron una niña con quien jugar. Pero se llevaron la primera decepción de su corta vida. La niña vestía un pantalón-short tejano, un top de color blanco y unas chancletas, lo más inadecuado para ir a ver cachorros de dos meses. En la mano, eso sí, un teléfono de última generación. Cuando levantó el smartphone, mis hijos se pusieron bien para la foto, acostumbrados a otras visitas. Pero no, esta vez no había foto… La niña exclamó: “¡Vaya mierda! Aquí no hay cobertura”

El padre, avergonzado, se acercó a su hija, recriminándole su actitud. Ella, muy crispada, le dijo: “Vámonos de aquí. No quiero ningún perro”. Y se alejó, seguida por su padre.

La madre, con lágrimas en los ojos, se dirigió a mi familia humana: “Perdonad el numerito. Nuestra hija es Nomofóbica. Se pasa infinidad de horas tras la pantalla de su smartphone y tiene fobia a la desconexión. Hace unos días decidimos confiscarle el móvil y por la noche, cuando dormíamos, lo recuperó y  se escapó de casa. Al día siguiente, la policía local la encontró sola, en una plaza, consultando el teléfono como una posesa. Pensamos que responsabilizarse de un collie la ayudaría, pero ya vemos que no le interesa. Ahora vamos a ver qué nos dice el psicólogo…” 


Nomofobia es una palabra nueva aceptada en la educación y en los tratamientos médicos. Es una de las varias enfermedades que han surgido con el desarrollo tecnológico de la telefonía. España lidera el ranking europeo, ya que el 75% de las personas entre 18 y 24 años padecen Nomofobia. Esta palabra proviene del inglés al unir “No Mobile Phobia” y representa el miedo, la angustia, el pánico y el sufrimiento a no estar conectado a Internet o al teléfono. Es un sin vivir, una excesiva afición al teléfono convertida en una obsesión compulsiva de tener que estar mirándolo constantemente.

Los nuevos móviles han posibilitado una comunicación permanente tal, que ha provocado en las personas pánico a la sensación de estar ilocalizables. En consecuencia, circunstancias tan simples como agotar la batería del teléfono o moverse por zonas sin cobertura, como en casa, son desencadenantes de actitudes agresivas, inestables, de falta de concentración y de malestar general.

El gesto de mirar continuamente el teléfono, se convierte en una voluntaria o involuntaria acción compulsiva obsesiva o tic nervioso, que altera a las otras personas presentes. Ese tic interrumpe cualquier conversación y no respeta ni el sitio ni las circunstancias del momento. La persona Nomofóbica no puede estar quieta sin mirar su teléfono continuamente. Pierde el respeto por la atención que se merecen las otras personas.

Esta fobia está fuertemente vinculada a la adicción o ansiedad permanente a estar siempre conectados a la tecnología, lo que genera la necesidad de revisar constantemente cada mensaje, alerta o sonido que genera el teléfono. Algunos creen que es para no quedarse atrás en la modernidad y lo único que consiguen es deshumanizar la humanidad.      


Nomofobia es la enfermedad del siglo XXI que muchas personas padecen y no lo saben. Según los expertos, el miedo a estar sin el teléfono se puede diagnosticar ya como un trastorno para una gran parte de la población, sin que los afectados sean conscientes de ello.

El mejor teléfono móvil, ya sea de última generación o un "zapatófono" de toda la vida, es aquel que las personas usan sólo cuando de verdad les es útil. Y aquel del que pueden prescindir sin que les ocasione ningún tipo de alteración. ¿Cuántas personas están en condiciones, hoy en día, de poder decirlo?

Como es obvio, la dependencia del móvil es especialmente preocupante entre los más jóvenes. Francisca López Torrecilla, experta en adicciones y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR), manifestaba que las consecuencias que acarrean este miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima, se resumen en que los jóvenes se aburren cada vez más con las actividades habituales de ocio. Según López Torrecilla, los adictos al móvil suelen presentar algunas características de personalidad comunes, como una baja autoestima, problemas con la aceptación del propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos. 

El nuevo collar para luchar contra la Nomofobia

Los teléfonos, internet, las redes sociales, los whatsapps, etc., son grandes herramientas para el desarrollo del ser humano. Pero cuando se abusa de su consumo, como es el caso actual de gran número de personas, puede llegar a ser un veneno para la persona, la familia, la sociedad… y tal vez para los collies.

Porque lo que vi y oí el otro día, paseando por algunos parques de la ciudad,  no me gustó nada y me dio mucho que pensar.

"Mamá, ¿puedes dejar de usar el teléfono y jugar conmigo?" –le reclamaba un niño a su joven madre.

En el parque, y también en un partido de futbol “de campeonato” que jugaban en la cancha de al lado. Varios padres pasaban mucho tiempo agachados, utilizando el teléfono móvil, ajenos al esfuerzo de sus hijos, que trataban de atraer la atención de sus padres.

Seguramente este fenómeno eventualmente afectará los valores personales y sociales de los hijos. La dependencia que tienen muchas parejas jóvenes con estos aparatos y esta tecnología, es preocupante. Los niños aprenden de sus padres y si no se les da un buen ejemplo, acabarán teniendo miles de “amigos virtuales” y muy pocos de carne y hueso. Crecerán sin saber nada del lenguaje corporal, de las emociones, de los sentimientos, de los abrazos…

Tras ese paseo por el parque, me quedé sorprendida y no pude dejar de pensar en mis pequeños cachorros que han partido hace poco hacia sus nuevos hogares, ¿les sucederá lo mismo que a esos hijos de padres nomofóbicos? Si tienes un collie debes participar en toda, absolutamente en toda, actividad que realice mientras estés con él fuera de casa. Olvídate del teléfono.  ¿Sabes que con un collie mejorarás tus relaciones, sin necesidad de ninguna pantalla de teléfono? ¿Sabes que, gracias simplemente a la presencia de tu collie, hablarás más con la gente que te rodea? ¿Sabes que la compañía de tu collie será una buena excusa para iniciar conversaciones y conocer personas nuevas?



Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias