Mi
prima ARA ha cumplido ya 10 meses y la otra semana la acompañé a realizar uno
de sus muchos deseos: ver el mar. “Mis
hermanas MIA y NALA se lo pasan muy bien junto al mar” –me dijo un día. “Sí, ya lo sé, pero una en Asturias y la
otra en Mallorca, lo tienen muy cerca” –le contesté.
Fuimos
a una de mis zonas preferidas, al Parc Natural del Cap de Creus, esta vez a
Cala Jòncols, Cala Pelosa y Cala Montjoi. ARA se lo pasó muy bien, pero acabó
muy cansada.
Ya
en el coche, en el viaje de vuelta, me dijo: “Me duelen las almohadillas. En la arena he galopado muy a gusto, pero
caminar por la roca erosionada por el viento de la tramontana, no me ha ido tan
bien”. Nos detuvimos en un semáforo. Estábamos en Roses. ARA se quedó
pensativa mirando con curiosidad una gran tienda de calzados, a su izquierda.
Me preguntó: “¿Cuántos pares de calzados
gasta una persona a lo largo de su vida?”
ARA junto al Mediterráneo, en la arena y caminando por la roca erosionada |
El
calzado, para los humanos, ha trascendido su función original de cubrir los
pies para convertirse en un objeto de deseo y atracción. Dicen que los
españoles compran, a pesar de la crisis, de cuatro a cinco pares de zapatos al
año, según datos del sector. Sin tener en cuenta el calzado que más ha evolucionado,
que es, sin duda, el calzado deportivo. Todas las disciplinas deportivas tienen
un calzado específico, con diseños especiales en función de los diferentes
movimientos que requiere cada deporte para facilitar la práctica del mismo y
prevenir posibles lesiones. Teniendo también en cuenta el terreno sobre el que
se realizará el deporte. No es lo mismo correr sobre tierra, asfalto, suelos
sintéticos, etc.
Los
humanos pueden elegir el calzado que quieran. Para los collies, en cambio, las
almohadillas son nuestro único calzado, por lo que esas “suelas” deben estar en
las mejores condiciones para todo tipo de terreno, para cualquier época del año
y para toda la vida.
La
naturaleza, siempre tan savia, ha dotado a nuestras almohadillas de una
constitución anatómica propia de un “calzado-todo-terreno”. Lo primero que se
ve es una gruesa lámina de queratina, que hace que tengan una consistencia
adecuada a su función. Justo por debajo, las almohadillas poseen una mezcla de
tejido elástico y grasa, lo que le permite que los impactos propios de la
locomoción se vean amortiguados y protejan unas estructuras vitales como son
los dedos y las uñas. Esa elasticidad le permite adaptarse a cualquier
necesidad y cambio de la dureza del terreno. Esa grasa también actúa como
aislante de las temperaturas, tanto del calor como del frío.
Asimismo,
las almohadillas poseen un entramado de fibras nerviosas y de conductos
vasculares. Por ello un corte provoca sangrado y dolor que deben ser atendidos
a la mayor brevedad posible.
Finalmente,
existen diversas glándulas (sudoríparas, sebáceas…) que facilitan el
mantenimiento de la almohadilla, proporcionan información a otros animales
(marcaje) y mejoran el agarre de la lámina de queratina durante la locomoción.
¿Habéis
probado los humanos a tocar alguna vez el asfalto o el hormigón un día de
calor? Estos materiales absorben especialmente el calor y en los días de
verano, con una fuerte irradiación solar, el asfalto puede llegar a calentarse
hasta los 70º. No hace falta que os explique cómo lo va a pasar vuestro collie
si le hacéis caminar durante horas en contacto directo con estas temperaturas y
lo que van a sufrir sus almohadillas por la abrasión.
La
persona propietaria de un collie debe prever y prevenir los problemas de las
almohadillas. Revisiones y cuidados habituales aseguran su bienestar. Las
almohadillas son nuestro principal contacto con cualquiera que sea el terreno
por el que transitemos. Por ello, los humanos debéis dedicarnos algo más que
una mirada cuando aparece una cojera u otra dificultad locomotora. Puede que
solo sea una espiga, una piedrecilla o incluso un chicle que se haya quedado
pegado, pero también podría ser una almohadilla levantada o agrietada. Recuerda
que los collies somos ancestralmente muy duros y sufridores, que podemos tener
las uñas destrozadas o las almohadillas lastimadas y seguir corriendo sin dar
muestras de dolor… hasta llegar a casa y observar los resultados.
A los collies nos crece mucho el pelo entre las
almohadillas, incluso sobresale entre los dedos. Hay que recortar este pelo
sobrante. Además de por razones estéticas, es importante controlar el
crecimiento del pelo en esta zona para evitar problemas. Si crece demasiado es
posible que se formen nudos y es más fácil que se enganchen espigas o simplemente
barro que se acumula y se endurece entre los dedos, causándonos dolor e
irritación. En verano conviene que las tengamos despejadas de pelo para liberar
calor, ya que sudamos por las almohadillas.
Las
almohadillas de un collie sano deben ser duras, ásperas y al mismo tiempo
elásticas. No deberían estar resecas ni agrietadas. Las quemaduras y abrasiones
en las almohadillas pueden ser extremadamente dolorosas, ya que los collies tenemos
mucha sensibilidad en esta zona. En ocasiones, aunque nos veáis cojear o caminar
de forma diferente, las quemaduras no son fácilmente visibles, pero sí podréis notar
las almohadillas demasiado "lisas y suaves" y más sensibilidad de la
normal al tacto. En este caso conviene hidratarlas y protegerlas con alguno de
los buenos productos que existen en el mercado, que contengan vitamina A. El
aloe vera es estupendo, mejor si es directamente de la hoja.
Aunque sigo pensando que las almohadillas son nuestro único calzado y hay que cuidarlas porque son para toda la vida, el sector de la moda canina ha resuelto, a su manera, el peligro que en ocasiones supone transitar por algunas superficies: botines caninos. Hay modelos pensados para todos los terrenos, para caminar en nieve, para el asfalto o para la arena. Sin embargo, caminar con este tipo de calzado canino no siempre es sencillo. A mí no me gusta. Lo probé una vez y me sentí rara e insegura. Además, ahora estoy pensando que unas almohadillas tapadas no dejan huella. Y los collies estamos en este mundo para dejar huella. Como decía un humano sabio: “No somos lo que hacemos ni lo que pensamos. Tan sólo somos la huella que dejamos”