Yo ahora estoy embarazada.
Hace ya más de 50 días que mi cuerpo abraza y arropa un maravilloso secreto... Ese secreto que, dulcemente, va invadiendo poco a poco mis entrañas. Mis sentidos acumulan nuevas sensaciones, sensaciones extrañas que, cada vez, me visitan con mayor intensidad. Y son precisamente ellas las que me indican y recuerdan, día tras día, que vale la pena vivir. Nuevas vidas se están abriendo camino... Y lo están haciendo a través de mí. Soy muy feliz.
Cada embarazo, es cierto, se vive de manera diferente. Esta vez no me he agobiado y he visto crecer lentamente mi abdomen. Estoy más cariñosa que nunca con mi familia y me gusta que me hagan caricias en la panza. Y, aunque algunos dicen que en el segundo embarazo el útero está más dilatado, mi madre Enate me dice que eso no es así.
¿Se repetirá está imagen?
Llum, sorprendente como siempre, me ha escrito estas palabras:
Mamá KIT,
con tu vientre abultado.
Ahí llevas sueños,
ahí llevas fantasías,
ahí llevas muchas ilusiones
y quizás unas cuantas lágrimas,
para las buenas gentes
que están esperando.
A través de tus ojos,
como luces en la penumbra,
oigo sus latidos,
se mueven ya,
buscan la luz,
la libertad.
Te veo hermosa
con los cachorros en tu vientre.
Ahí llevas una poesía eterna,
ahí llevas el origen de la vida,
y aunque la noche sea fría,
tú generas un calor agradable
como una canción suave,
suave como la luna
que ilumina los embarazos
de un millón de collies bellas como tú.
Y les escribirás poemas
y les leerás cuentos
y les hablarás de amor.
Pronto nacerán, mamá,
tú llorarás de alegría
y yo secaré tus lágrimas.
Y cuando sientas la tibieza
de sus cuerpecitos en tus mamas,
el milagro de la vida habrá concluido
para dar comienzo al
milagro de ser MADRE.
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