miércoles, 9 de mayo de 2012

LA PRIMERA VEZ


Hoy estaba descansando en la hierba, cuando se me ha acercado Nina y me pregunta de sopetón:

-          Kit, ¿cómo fue la primera vez?

-          La primera vez de qué.

-          Pues, eso... tu primera relación sexual.

-          Oye Nina, ¿por qué no se lo preguntas a tu madre?

-          Ya lo he hecho, pero me ha dicho que tú eres la experta en este tema. Y mi abuela Jolie también me dice que eres muy buena “estrenando” machos.

Nina está ahora en plena adolescencia y se siente impaciente y deseosa. Ya pasó su primer celo sin ningún contacto sexual y le he tenido que explicar que en casa no le van a permitir ninguna relación sexual antes de los 20 meses. Está junto a mí, delante del ordenador, y la dejo que vaya leyendo mientras escribo. Pronto será ella quien se habrá de responsabilizar del Blog.

La primera vez para mí fue a los 22 meses. El primer día no me sentía preparada y empecé rechazando al macho, al mismo tiempo que el instinto me impulsaba a él. Tan pronto le provocaba, como no le hacía caso. Ese tira y afloja del juego sexual se prolongó más de la cuenta y mi familia suspendió la monta aquel día, para reanudarla al siguiente. Pobre Nut. Esa noche la pasé charlando con mi madre Enate, cuyos consejos me han servido para siempre:

-          Si no te concentras, te pondrás nerviosa y no conseguirás la adecuada lubricación de la zona genital, lo cual dificultará la penetración…

Luego supe que hay criadores que, antes de juntar a la pareja, recortan los pelos de alrededor de la vulva de la hembra y le ponen una crema lubricante o vaselina para facilitar la penetración del macho.

-          No hay collies frígidas, sino machos torpes –me dijo mi madre esa noche.

Con el tiempo, he visto que ella tenía razón. Algunos machos se pierden con muchos preparativos y juegos sexuales, mucha excitación, pero, a la hora de la verdad, no aciertan y se cansan en los intentos.

-          Separa bien la cola y mantente firme en los cuartos traseros. No arquees la espalda, no contraigas el cuerpo, no cierres las patas. No te agaches, no te canses, aguanta más que él –me insistió mi madre.

Siempre he seguido los consejos de mi madre y me han funcionado. Por eso Jolie me dice que soy “facilitadora, muy buena con los machos inexpertos”.

Primeros diálogos amorosos (Gala y Cap, invierno 2009)

He utilizado la palabra “monta” para definir el acto de unión sexual entre un macho y una hembra, pero también se conoce con los nombres de “cruce”, “salto”, “cubrición” o “apareamiento”.

La monta suele ser el final de un ritual que se inicia con una especie de cortejo. El macho nos olfatea la vulva y nos mordisquea en el cuello. Si no estamos a punto le gruñimos e intentamos morderle. Si lo aceptamos, elevamos y ladeamos la cola, mostrándole la vulva.

Mi madre Enate me contó que algunos machos, al encontrarse con la hembra, no se entretienen en galanterías y sin más contemplaciones saltan sobre ella. Como algunos humanos: “Aquí te pillo, aquí te mato”.

Mi madre conoció a un macho dominante y egocéntrico, que sometía a la hembra y, si observaba una resistencia inaceptable a su honor varonil, hacía prevalecer su fuerza física, obligándola casi a consumar el acto por la fuerza. Y si la coqueta hembra se negaba, la mordía con violencia en la cabeza y el cuello hasta hacerle sangre.

También me contó mi madre sobre la conducta selectiva de una hembra, un caso insólito de monogamia, que se enamoró locamente de un macho. Le presentaron apuestos machos en numerosas ocasiones y no admitió nunca salto alguno, hasta que le trajeron el macho de un vecino de jardín con quien ella flirteaba durante el año a través de la verja.

Las hembras también podemos tener nuestros caprichos sexuales y nuestras predilecciones, pero lo más corriente y normal es que, si estamos “en el momento óptimo”, aceptemos el macho que nuestra familia ha seleccionado con esmero.

Si el macho no vive con la familia, habitualmente es la hembra quien se desplaza a casa del macho. Necesitamos un lugar tranquilo para entablar nuestros primeros diálogos amorosos. Jugamos, saltamos, adoptamos posturas muy significativas y después, normalmente, nos ponemos de acuerdo.

Ritual del cortejo amoroso (Gala y Cap, invierno 2009)

-          ¿Puede dolerme la primera relación? –me interrumpe Nina

-          La primera relación puede ser dolorosa, pero también las siguientes. Si no consigues superar la tensión natural de los primeros minutos, tu vagina se lubricará menos y en lugar de estar relajada y flexible, se estrechará y endurecerá. El macho sufrirá y así es difícil conseguir un coito placentero. Lo mejor es agacharte, parar, y volver con los juegos sexuales, las caricias mutuas y los mordisquitos del macho.

 
Seguramente una madre humana, le dirá a su hija adolescente ante la primera vez: hija, es muy importante estar segura de que es el momento adecuado y la persona adecuada”.

Pero esto no funciona así en los collies. Nosotras podemos decidir más o menos el momento con nuestro celo, pero no podemos escoger el macho, porque es nuestra familia humana quien lo selecciona, si procede.

Actualmente, para un collie, tener relaciones sexuales o no, obedece a criterios muy personales de la familia humana con la que convive. Y ser virgen no es ninguna enfermedad. Para la mayoría de collies LA PRIMERA VEZ no existirá nunca porque sus dueños son personas responsables y saben que no es ninguna necesidad vital, ni para el macho ni para la hembra.


2 comentarios:

  1. Querida Kit,
    gracias por tu post, siempre aprendemos de tus vivencias.
    Aquí en casa no tenemos ninguna experiencia de cruce de nuestros collies, pues jamás ninguna ha montado alguna hembra.
    Nina linda, tu hermano aquí anda también inquieto... y es que hace 2 días Mine empezó a sangrar. Pronto será puesta en aislamiento, pero supongo que se vienen épocas difíciles...aquellas en las que los platos de comida se quedarán llenos y los aullidos no faltarán ya que es la primera vez de un celo de Mine habiendo dos machos enteros adultos en la misma casa.

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  2. Querida Kit, ojala los humanos tuvieran tan claro este tema ... pero desgraciadamente hay algunos que anteponen el tener cachorros a punta pala, para venderlos y olvidarse de ellos, no preocupándose por el estado de la hembra o del macho, el destino de los cachorros .......

    Desde Valencia, Elvis os desea un feliz 3 aniversario del Blog de Llum, y nosotros os mandamos un fuerte abrazo por este Collie que es tan bueno como una caricia de una madre. Con él me siento muy segura, fuerte ante la adversidad y llena de momentos inolvidables.

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