Por
fin se va el verano. Hoy el tiempo ha cambiado. Soplos de aire fresco, adiós a
los calores del verano y la naturaleza que empieza a vestirse de tonos dorados
y mil colores más. Bienvenido el otoño. El frío que se nos anticipa por las
noches y las deliciosas temperaturas del día, nos invitan a una mayor actividad...
Ayer en casa hicieron mermelada de higos y hoy toca pastel de manzanas caídas.
Sabores de otoño. Qué bien huele la cocina.
Las
mañanas y atardeceres frescos son perfectos para ir a caminar. Cada día
acompaño a mi madre preñada. Apenas le falta una semana para parir y debe hacer
ejercicio. El ejercicio físico, en estas dos últimas semanas, ha quedado
limitado a las caminatas. Hemos repartido las sesiones de ejercicio diario a lo
largo del día. Menos intensos y más frecuentes, para afrontar el final del
embarazo con un mejor estado de salud.
Amy y yo, detrás, en un descanso de nuestro paseo por el bosque |
Las
seis primeras semanas, mi madre hacía ejercicio y corría con toda la manada.
Como buena preñada, nunca dejó de practicar su ejercicio habitual para mantener
el tono muscular y no engordar demasiado. En nuestra finca, el ejercicio suele
ser exigente físicamente porque hay muchos desniveles y obstáculos. A medida
que el embarazo avanza y los cachorros crecen en el interior del vientre
materno, conviene reducir de forma paulatina la actividad física extrema, que
puede resultar peligrosa para los cachorros en camino. Las más jóvenes de la
manada a veces nos perseguimos descontroladamente y podemos representar un
peligro. Por eso, a partir de la séptima semana, nuestra familia trasladó a mi madre Amy a la
zona de cría, mucho más tranquila.
Pero
mi madre tiene un problema. Tiene tendencia a engordar. Los cachorros que crecen
sin descanso en su vientre necesitan cada vez más nutrientes. Toda hembra preñada
requiere una alimentación con aporte extra de proteínas y mucha energía. Pero
hay que tener en cuenta ciertas precauciones. Y por eso la acompaño cada día a
caminar por el bosque. Realizando estos paseos diarios, evitamos que suba mucho
de peso, lo cual podría ser un riesgo para el parto.
Si
el ejercicio de una hembra preñada es una actividad adecuada y controlada, puede
ayudar a cuidar la salud de la futura madre y a velar por el bienestar de los
cachorros. El ejercicio es una forma de cuidar de su salud física, pero también
de su equilibrio mental.
Estos
días los paseos los realizamos fuera de la finca, por el cercano bosque. A mi
madre le va muy bien, le sirve de válvula de escape para el estrés, se siente
más tranquila y relajada.
-
Tú y yo somos muy afortunadas, Nina –me decía hoy cuando regresábamos para casa.
-
¿Por qué dices esto?
-
Por la suerte que hemos tenido de nacer donde hemos
nacido y de vivir con quien vivimos. ¿Tú sabes cuántas hembras hay en el mundo,
maltratadas y sometidas, sin poder hacer ejercicio?
-
Supongo que te refieres a la tertulia del otro día con
aquellas dos familias que nos visitaron.
-
Sí, Nina. Es muy triste. Nosotras paseando cada día y
haciendo ejercicio, pero no me puedo sacar de la cabeza las palabras de aquella
señora: “… Las madres
viven enjauladas toda la vida, sin acceso a cuidados mínimos y en un
aislamiento casi absoluto. Pueden llegar a enloquecer por las condiciones en
que viven y no reciben cuidados veterinarios, por lo que suelen estar enfermas.
Además, cuando ya no sirven para reproducir, son abandonadas en las calles...”
-
No me lo recuerdes. Y los cachorros, en las mismas
condiciones y sin poder moverse. ¡Qué crueldad! Luego, son separados de la
madre con apenas 4 semanas de edad y viajan amontonados en condiciones lamentables.
Algunos mueren por el camino o recién vendidos. Y los que sobreviven desarrollan
enfermedades o traumas que les marcarán para el resto de sus vidas.
-
Algún humano habría de detener esta locura. Son
demasiadas las tiendas que se prestan a este tráfico ilegal. La obtención de
una rentabilidad económica fácil, hace que los animales sean vilmente
maltratados y convertidos en un lucrativo negocio.
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Poco podemos hacer nosotras, mami. Salvo hacer un
llamamiento a todos los que nos están leyendo para que realicen una profunda
reflexión sobre lo que supone la venta de animales de compañía.
Amy, cumpliendo con el ejercicio de toda preñada |
Llegamos a casa con los ojos humedecidos, muy indignadas con algunos individuos de la raza humana. El tema de este post es sobre el ejercicio de una hembra preñada… y hemos acabado hablando del No ejercicio de las hembras enjauladas y sus nefastas consecuencias para los cachorros.
Antes
de dejar a mi madre en la zona de cría y reunirme con el resto de la manada,
Amy me dice con pena y preocupación:
-
¿No te has dado cuenta que apenas tengo barriga? Creo
que esta vez llevo muy pocos cachorros. Seguro que no son 10 como cuando tú
naciste. Lo siento mucho por las familias que se quedarán sin cachorro y
tendrán que seguir esperando.