“Medita al atardecer,
mirando las estrellas
y acariciando a tu perro,
es un remedio infalible”
(Ralph Waldo Emerson)
Cómo
me gusta el mar en invierno. Es un placer correr libre, a mis anchas, por esos
senderos estrechos, la última franja entre la tierra y el mar. Definitivamente
los caminos de ronda de la Costa Brava son una maravilla… a pesar de los
humanos.
El
otro día, en el camino de ronda de Platja d’Aro a Sant Feliu de Guixols, en un
descanso en la zona de S’Agaró, se acercó una señora con un perro de raza
pequeña. “A Milú le encanta que lo acaricien,
¿no es cierto Milú?” - nos dijo, dándole unas palmaditas en la
cabeza, con Milú más pendiente de Haila y de mí que otra cosa. Seguramente que
aquella señora quería mucho a Milú. Sólo había un problema, mientras que ella
estaba exultante de amor, Milú no parecía tan contento. La verdad es que
parecía directamente desgraciado. Seguía girando la cabeza para alejarla de su
mano, intentando evitar el contacto, sin ningún interés por su cariño en esos momentos, porque lo que deseaba era simplemente que le dejara en el suelo para jugar con nosotras.
No es la primera vez que observo a una persona acariciar alegremente a su perro, mientras éste no quiere y lucha para escaparse. Pero es que esta señora, además, le hacía la peor de las “caricias”: darle golpes en la cabeza.
Que
nadie me interprete mal, no digo que a los perros no nos gusten las caricias. A
los collies nos encantan las caricias. Pero también pueden no gustarnos.
Comprender esto puede marcar la diferencia en lo feliz que una persona puede
hacer a su perro. Si te pones en el pellejo de tu collie durante un minuto lo
entenderás todo. Como a la mayoría de los humanos, seguramente que a ti te
gusta un buen masaje en la espalda. Sólo pensarlo puede hacer que te sientas
mejor. Pero no quieres un masaje cada minuto. ¿Qué pasa si estás en una reunión
importante?, ¿qué pasa si estás viendo la final de la Champions donde tu equipo
favorito está a punto de marcar?, ¿qué pasa si te has retrasado y estás
preparando la cena para tus niños muertos de sueño?... ¿Querrás que venga tu
amad@ y te dé un masaje en ese preciso momento? No lo creo. Los perros somos
como las personas, nuestro gusto por las caricias depende de CUÁNDO, QUIÉN, CÓMO y DÓNDE.
¿CUÁNDO?
¿Quieres
un masaje ahora mismo? No, supongo que no. Estás leyendo este post y has de
sacar a pasear a tu collie. Pero seguro que te encantaría uno más tarde, cuando
hayas apagado el ordenador, acabado con las tareas y te relajes por la noche.
Como
a las personas, a los collies nos encantan las caricias en los momentos de
relax, cuando nos hemos cansado de jugar, cuando nos ponemos cómodos y
olvidamos el mundo exterior un rato. Nos encantan las caricias, pero no cuando
estamos excitados en pleno juego, cuando estamos comiendo, o cuando estamos
ocupados en general con cualquier cosa que requiera concentración.
Cuando
un collie está corriendo y saltando, es mejor ignorarlo. El mejor momento para
acariciarlo es cuando esté cansado, después de jugar o de un paseo largo.
¿QUIÉN?
Igual
que las personas, los collies variamos mucho en cuanto a QUIÉN queremos que nos
toque. En general, somos desconfiados por naturaleza y solo nuestra familia
humana más cercana puede tocarnos a su antojo. Para personas ajenas, somos selectivos y aplicamos
nuestras preferencias particulares. Algunos collies son unos viciosos de verdad,
les encanta acurrucarse con cualquier cosa que tenga manos, mientras que otros
se sienten incómodos si los tocan personas desconocidas. Y aunque la mayoría de
los collies podemos llegar a tolerar que cualquier persona nos toque, eso no
quiere decir que nos guste.
¿CÓMO?
No
como la señora de Milú, y otras muchas personas, que dan palmadas a los perros
en la parte de arriba de la cabeza o abrazan al perro por el pecho,
estrujándolo hasta que se le empiezan a salir los ojos. Pues, no. No es manera
y no nos gusta. Nos gusta que nos toquen y acaricien con suavidad.
CÓMO
acaricias a tu collie, puede parecer trivial y sin embargo es un tema
importante. Las caricias, el tacto, son de vital importancia para la salud física
y psicológica de los animales sociales como los humanos y los perros. Es cierto
que las caricias son muy buenas y relajantes para los collies, pero también es
un hecho biológico demostrado que acariciar a un perro puede bajar la tensión
arterial y reducir el estrés de la
persona.
¿DÓNDE?
¿DÓNDE
nos gusta que nos acaricien?
Si
a los humanos no os gusta que os toquen en cualquier parte del cuerpo, a los
collies tampoco. En general, a los collies nos gusta que nos acaricien en el
lateral de la cabeza, debajo de las orejas y la barbilla, en el pecho y la
barriga y en la base de la cola. Aunque algunos se vuelven locos por cualquier
caricia, a la mayoría no nos gusta que nos toquen las patas ni nos gustan las
palmaditas en la cabeza.
Yo
no soy un ejemplo a seguir porque soy muy rara. Soy extremadamente cariñosa,
pero anárquica. Soy muy buena con la gente, pero siempre voy “a mi bola”. Mi
abuela Jolie me dice: “Tú ya no
cambiarás. Eres un espíritu libre e inquieto al que nada ni nadie puede poner
límites”
Pero
la mayoría de los collies suelen ser muy tolerantes y normalmente no protestan
ante una caricia mal dada, a menos que sea muy repetitiva. Cuando un collie se
muestra reticente o echándose hacia atrás cuando alguien lo acaricia, es porque
no le gusta. O no es el momento (CUÁNDO),
o desconfía de esa persona (QUIÉN),
o no le gustan las maneras (CÓMO), o
no es el lugar de su cuerpo adecuado (DÓNDE).
Acariciar
a tu collie es una manera de demostrarle que estás feliz a su lado. Lo puedes
acariciar para premiarlo, calmarlo o hasta para sentirte bien tú. Pero hay
maneras adecuadas y otras no tan adecuadas para acariciar. Aplícalas
correctamente y tenlas presentes, sobre todo, cuando acaricies a perros que no
son de tu familia.