"Los que en realidad aman la vida
son aquellos que están envejeciendo"
(Sófocles)
(Sófocles)
Hace
ya un mes que vivo separada del resto de la manada, en la zona de cría. Por
suerte no estoy sola, porque tengo muy cerca a Cap y Enate, los “carrozas” de
la manada, con los que estoy charlando mucho, sobretodo escuchando, y
aprendiendo. Conviviendo con ellos me he dado cuenta que los collies nos
hacemos mayores, como los humanos, y también envejecemos y vamos sufriendo los
achaques propios de la edad. Eso está ocurriendo en nuestra manada, donde ya
son varias (Weiss, Venus, Jolie…) las que poco a poco van sumergiéndose en esa
etapa senil donde cambian sus actitudes y sus costumbres. Van perdiendo
agilidad, vista, oído… Y no es que se encuentren mal o que estén sufriendo, no,
es simplemente el deterioro natural de cualquier ser vivo.
CAP, pelo rojizo, cara canosa, ajeno a los juegos de sus nietas |
Hace
un tiempo, mi abuela Jolie me comentaba: “Para
las personas nacidas en España durante este año, la esperanza media de vida es
de 82 años. Superior a la de sus padres y aún más superior a la de sus abuelos.
Para un collie, en cambio, siempre es la misma. La esperanza de vida del collie
apenas varía con el paso de las generaciones. Esos bebés que esperas, vivirán
los mismos años que vivieron mis antepasados...”
Hoy,
mirando a mis cachorros durmiendo felizmente, me pregunto: ¿Son conscientes
todos los humanos que envejecemos antes que ellos y que necesitaremos cuidados
especiales y un ritmo de vida diferente?. Las personas que comparten sus penas
y alegrías con un collie, casi nunca se plantean una cuestión inevitable, real
y desagradable, pero que debe ser asumida en toda su crudeza: no vivimos tanto
como los humanos. Por regla general, lógica, la persona que va a adquirir uno
de mis cachorros debe pensar que, transcurridos 8, 9 o 10 años, si no ha muerto
antes por un accidente o enfermedad, comenzará una segura e imparable época de
disminución progresiva de sus facultades físicas, y también un cambio de
carácter.
Una
amiga humana escribía sobre su collie de 10 años: “Cuando me mira me transmite tanto que no puedo eludir esa mirada y
esos suaves cabezazos que te da para que le prestes atención, asomando la
cabeza por debajo de tu axila. Sus sentimientos, sus actos de dulzura y su fiel
comportamiento han marcado nuestra vida en común. Ha sido una inmejorable compañera
que me ha dado todo por nada, ahora me toca a mi devolvérselo cuidándola con
mas mimo si cabe y permitiéndole esas actitudes seniles que no puede evitar. Yo
nunca podré entender a esas personas que se deshacen de sus mascotas cuando
envejecen”.
Abuelita ENATE con Venus, una de sus 71 nietos conocidos |
Cap
me contó una anécdota que vivió hace unos años:
“Un día vino un representante de
piensos a hacer sus ofertas. Nuestra familia lo recibió fuera, en el porche, y yo,
tumbado bajo la mesa, pude seguir todas las negociaciones, mientras tomaban
café con hielo. Antes de marchar, el visitante preguntó: “¿Cómo es que tenéis collies viejos y no los dais en
adopción?” Un escalofrío recorrió mi
cuerpo, ¿lo decía por mí?. Enseguida me tranquilicé cuando oí: “De casa
solo salen collies jóvenes, para ir a buenas familias. Los viejos se quedan con
nosotros hasta el fin de sus días”
Fue
entonces cuando en casa rehabilitaron una zona para los collies mayores de la
manada. Un espacio tranquilo, alejado de los
visitantes. Es el “Bosc de la Tercera Edat”, donde no tenemos acceso los
collies jóvenes ni los cachorros, que pueden provocar a los mayores con
sus juegos bruscos. Aquí los mayores disponen de suficiente espacio para caminar
y correr a su ritmo, disminuyendo la intensidad y duración, pero aumentando la
frecuencia.
Los
collies, sea cual sea nuestra edad, vivimos cada momento con intensidad y
también podemos seguir disfrutando de la vida cuando seamos mayores. Un collie
mayor puede tener problemas de huesos o articulaciones, incontinencia, pérdida
de vista u oído, problemas en la dentadura y en la piel, deterioros en los
órganos, desajustes hormonales, etc. También se pueden apreciar otras
alteraciones como trastornos del sueño, desorientación, o reacciones diferentes
a las que tenía cuando era joven. Todos estos cambios pueden ocasionar
modificaciones de su conducta que hay que tener muy presente. En algunos casos
el collie mayor puede parecer más apacible y sereno, mientras que en otros
puede sentirse más irritable e inseguro, cuando antes no lo era. Por tanto en
esta nueva etapa, la vejez, las personas responsables deben ayudarnos a que
nuestra calidad de vida sea lo mejor posible.
WEIS, con problemas de huesos, pero feliz en su vejez |
Weiss,
que en octubre cumplirá 10 años, me confesaba hace un tiempo: “Mis caderas me traen muchos problemas. Una
vez que me incorporo y echo a andar, una vez que mis coyunturas y ligamentos
entran en calor, me siento bien y me muevo sin inconvenientes. Pero cuando
duermo y me quedo tumbada en un mismo lugar durante algún tiempo, se me
agarrotan las articulaciones de las patas traseras y me cuesta volver a
moverme, incluso incorporarme.”
“Envejecer es patético. Está lleno de
limitaciones y reducciones. Creo que estoy desarrollando una incontinencia
urinaria. Son apenas unas gotas, pero me incomodan” – me comentaba ayer Enate, a punto de cumplir 11 años.
Ella, que ha llevado una vida superactiva, es a quien más le cuesta aceptar la
realidad de la vejez.
Venus,
8 años y medio, me transmitía este mensaje para las personas que comparten la
vida con un collie: “Ya lo hemos hecho todo en la vida. Hemos respondido
con creces a las expectativas de nuestra familia humana. Ahora necesitamos su paciencia,
cuidados y comprensión, para ayudarnos a seguir disfrutando de la vida en esta
etapa final de una forma lo más agradable posible”.
Cuidar
de los collies mayores, acompañarlos, vivirlos hasta su final, creo que más que
un deber, es una necesidad inmediata. Queremos ENVEJECER CON DIGNIDAD. Lo que
menos se merece un collie mayor es la soledad, la ausencia de la familia humana
con la que convivió y por la que lo dio todo.
Muchas gracias por este post concientizador. ¡Cuántos necesitan leerlo! En todo el mundo hay muchos que no valoran todos esos años de felicidad y fidelidad que sus mascotas les dan sin pedir nada a cambio, y que cuando llegan a viejos usan la primera y mínima excusa para deshacerse de ellos, como si fuesen objetos, como si carecieran de sentimientos. Cosas que cuestan creer, que no lograré nunca entender.
ResponderEliminarLo cierto es que esto no sólo pasa con los perros, sucede también con los humanos, y es igual de triste.
Todo, todo ser vivo merece envejecer con dignidad, el día que por lo menos la mitad de la población asimile esto, se notarán grandes cambios en nuestra sociedad.
Que precioso relato, cuide con muchìsimo amor a mi Sevencitta,,desde su nacimiento, hasta su vejez, 13 añitos, vividos de felicidad mutua!!
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