miércoles, 4 de diciembre de 2013

HUMANIZAR AL COLLIE


Mi hermano Ghost tiene muchas amigas y amigos humanos. Una de estas personas es María José, de quien siempre me cuenta maravillas. La conoció en Perú, aunque ahora ella se ha trasladado a vivir a Chile con JP, Ama y su collie Cocó.  Un día Ghost me dijo que leyera un comentario de María José en su Facebook:

“Veo en Cocó un amor que desborda por cada poro. Cuando me mira nos entendemos, es dulce, suave, calmada, sabia.
Cocó y yo nos fusionamos, ella es un miembro más de mi familia. No la veo como “hija”, ni “hermana de mi hija”, ella es un perro. Pero nuestras mascotas son parte de nuestra familia, otra especie, pero parte de ella y tan importantes como cualquier otro miembro. Pienso que al verla como hija, le haría mas daño que bien. Nosotros debemos entender que los collies tienen necesidades distintas a las nuestras, como salir a caminar sin importar el tamaño de nuestra casa, esto por un asunto de que ellos viven en manadas y toda manada necesita un líder. Esto a la larga les ayuda a sentir que estamos acá para cuidarlos y protegerlos. Su psicología es distinta a la nuestra, no saco nada con decirle amablemente “mi amorcito linda preciosa, no vuelva a hacer pis ahí”. Eso es humanizarla, cuando es primordial recordar que primero son perro, luego collie y después “Cocó”. Sus madres no hacen eso cuando ellos se portan mal. Pero también, al ser miembro de esta familia, le doy el mismo interés a su salud, alimentación, educación y felicidad que le dedico a cualquier otro miembro. Me doy cuenta cuando no se siente bien y vivo su malestar junto con ella, igualmente cuando ella está feliz, me hace inmensamente feliz a mi también…”



Hay personas que tienen tendencia a atribuir actitudes humanas a algunos animales. Los perros somos de los animales a quien más se nos ha humanizado y no somos seres humanos. El ver y tratar a un collie como un ser humano es uno de los errores más frecuentes que cometen las personas al relacionarse con nosotros.
Es una equivocación tratarnos como si fuéramos personas y ello podría derivar en problemas de convivencia. En muchos aspectos, tenemos necesidades distintas a las humanas. Aunque también es cierto, que en otras facetas, nos parecemos más a las personas de lo que creéis. La actitud correcta que debéis tomar los humanos es ser conscientes de las diferencias y semejanzas, para poder tolerar, respetar y disfrutar de la convivencia con nosotros.

¿Cómo podéis tratarnos como parte de vuestra familia sin humanizarnos? Pues bien, no es tan complicado. Para nosotros, los humanos no sois más que perros muy feos que camináis a dos patas todo el tiempo. Así que está en vuestras manos comprender el comportamiento canino para mantener una mejor relación con nosotros.

El hombre suele tener un ligero o gran complejo de rey de la naturaleza. Todo debe ser a su conveniencia, todo debe adaptarse a sus necesidades y todo tiene explicación, siempre desde su punto de vista. En relación al collie, suele pretender convertirnos en un ser a su imagen y semejanza humana, pero sin sus defectos y con todas las virtudes. Nos exige la perfección, que no tengamos el más mínimo fallo y que no causemos el menor conflicto.

Aunque consiguiéramos ser un “perro perfecto”, nunca seremos “humanos”. Los collies necesitamos que las personas comprendáis que somos perros y que no nacemos leyendo vuestra mente o entendiendo lo que queréis. Nuestros procesos de pensamiento son diferentes a los humanos. Y, a diferencia de vosotros, siempre vivimos en el presente, por lo cual no podéis esperar que pensemos en otros momentos. Carecemos de moral, no entendemos de maldad o bondad. Tampoco podemos desplazarnos mentalmente atrás en el tiempo ni pensar en abstracto.

 
Somos “animales sociales” como los humanos, pero los perros necesitamos una buena educación desde cachorros. Es muy importante y, para lograrlo, hay que tener en cuenta que no pensamos como vosotros, y no somos un niño. Uno más en la familia. Sí somos uno más, pero diferentes, con sus ventajas y sus inconvenientes. Con el tiempo y mucha paciencia, podéis llegar a conocer cómo sentimos y actuamos, y lograr una buena comunicación y entendimiento.

Son muchas las personas que aman a los perros, que nos consideran como amigos y familia, que quieren saber lo que nos pasa por la cabeza, igual que en las relaciones que mantienen con otras personas. Pero no necesitáis pensar en nosotros como “personitas peludas” para querer entender en qué medida nuestra vida emocional se parece a la vuestra. Debéis olvidar la idea de que vivís con humanos peludos, que no sabemos hablar y que andamos a cuatro patas. Hay que encontrar el equilibrio. Si asumís y respetáis que los collies somos perros, las diferencias existentes enriquecerán nuestra relación y la convivencia será satisfactoria y sin problemas.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario