El
parto fue ideal, rápido y sin sufrir. Tres machos y tres hembras, perfecto. Han
pasado doce días y yo me encuentro de maravilla, relajada y feliz. Todo marcha
según lo previsto y los cachorros están creciendo muy bien y sin problemas.
Maman y duermen, duermen y maman. Así están de gordos y lustrosos. Y yo hecha
una madraza, que casi no me reconozco.
Ayer
fue un día muy importante en la vida de mis cachorros. Por primera vez abrieron
los ojos y los oídos. Bienvenidos a un nuevo mundo de sensaciones. Hasta ahora
sus percepciones se basaban únicamente en el tacto y en el olfato, los únicos
sentidos desarrollados con los que nacemos, como ya expliqué en dos posts el
año pasado (“TACTO, EL GRAN OLVIDADO DE NUESTROS SENTIDOS” y “BUEN OLFATO:SIEMPRE LA MISMA TETA”)
Hoy
voy a dejar el sentido de la vista para otro post, y os voy a contar algo sobre
EL OÍDO, un sentido, para los collies, tan privilegiado como el olfato. Los dos
constituyen durante la etapa de cachorros unos valiosos auxiliares a los que
recurrir en cada momento. Y luego, en la edad ya adulta, cuando los sentidos han
alcanzado su máxima plenitud, serán tan importantes, que consideramos que con
estos dos sentidos solamente, un collie podría desenvolver su vida.
La
capacidad auditiva ha sido nula desde que nacieron los cachorros, pero a partir
de hoy, irá evolucionando hasta perderse en límites insospechados. Un cachorro,
al nacer, es incapaz de captar ruidos. Su membrana timpánica necesita unos días
para aclimatarse a la presión atmosférica del nuevo mundo al que ha llegado, es
decir, endurecerse lo suficiente para no ser destrozada por las presiones.
A
los 11-12 días ya abre los oídos y recibe las primeras sensaciones sonoras,
pero no sabe medirlas ni analizarlas, por esa razón desconoce su procedencia y
no se orienta nada más que con la ayuda, como ya conté en los posts antes
mencionados, del tacto y del olfato. A medida que van transcurriendo los días,
la sabia naturaleza va educando el oído, y poco a poco, va apareciendo la orientación
por localización de la procedencia del sonido. A pesar de que el cachorro de un
mes oiga ya perfectamente, su capacidad auditiva no será nunca la del cachorro
de cuatro meses, ni la de éste será la del de seis, que consideramos es la edad
en que ya alcanza su pleno desarrollo auditivo, que luego irá perfeccionando
cada vez más hasta llegar al verdadero análisis de intensidades, frecuencias y
aislamiento de sonidos, con lo que al llegar al año será capaz de reconocer el
ruido del motor del coche de su familia humana entre miles de coches idénticos.
No
obstante, la intensidad del sonido, cuando rebasa los límites normales para ser
captada por el oído sin producir sensación molesta, según la edad del cachorro,
puede producir una serie de trastornos de orden fisiológicos y también dentro
del campo emocional. Por eso, al cachorro, hay que ir incorporándolo al mundo
de los ruidos con la máxima precaución y acertada dosificación.
La
capacidad auditiva de los collies supera por mucho a la de los humanos. Es por
ello que en ocasiones ladramos, porque podemos detectar infinidad de ruidos,
sonidos y movimientos por medio de nuestro oído, imposibles de detectar para
una persona. Y no sólo registramos sonidos cuando estamos despiertos, también
podemos hacerlo cuando dormimos. Aunque estemos profundamente dormidos, podemos
detectar cualquier sonido extraño en seis centésimas de segundo y despertarnos
en el acto.
A
su vez, nuestras orejas tienen mayor movilidad. Cada una de ellas cuenta con
diecisiete músculos diferentes, además de una compleja red que posibilita
cambiarlas de posición y localizar la procedencia del sonido. Podemos moverlas
hacia arriba, hacia abajo, inclinarlas, que den vuelta, etc. Incluso podemos
hacer estos movimientos con una sola oreja por separado. Todo esto nos permite
tener una audición mucho mayor, ya que nuestra oreja se convierte en una
especie de radar que almacena y clasifica las distintas vibraciones, amplifica
el sonido y lleva directamente a nuestro cerebro esas ondas sonoras para convertirlas
en información y estímulos.
En
la edad adulta, los collies tenemos un sentido del oído tan agudo que nos
permite percibir sonidos muy débiles que son totalmente inaudibles para las
personas. Dicen que el hombre capta entre 16.000
y 20.000 vibraciones sonoras por segundo, mientras que el collie percibe entre
70.000 y 100.000 vibraciones. Los collies, por ejemplo, podemos oír una
tormenta que esté a 15 Km .,
cosa totalmente imposible para el ser humano.
Estos
hermosos cachorros que ahora duermen plácidamente sin enterarse de nada,
acabarán teniendo un oído muy fino. Antes de incorporarse a su nuevo hogar, yo
les susurraré uno a uno: “Podrás elegir
qué frecuencias escuchar y qué frecuencias ignorar, es un don que la naturaleza
nos ha otorgado a los collies. Con esta habilidad, deberás acostumbrarte a
ignorar muchos de los sonidos que se producen en el hábitat de los humanos.
Aprender a “no oír” te ayudará a evitar el estrés y a ser más feliz”.
Me encanta este blog
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