miércoles, 4 de junio de 2014

UN OÍDO MUY FINO

El parto fue ideal, rápido y sin sufrir. Tres machos y tres hembras, perfecto. Han pasado doce días y yo me encuentro de maravilla, relajada y feliz. Todo marcha según lo previsto y los cachorros están creciendo muy bien y sin problemas. Maman y duermen, duermen y maman. Así están de gordos y lustrosos. Y yo hecha una madraza, que casi no me reconozco.

Ayer fue un día muy importante en la vida de mis cachorros. Por primera vez abrieron los ojos y los oídos. Bienvenidos a un nuevo mundo de sensaciones. Hasta ahora sus percepciones se basaban únicamente en el tacto y en el olfato, los únicos sentidos desarrollados con los que nacemos, como ya expliqué en dos posts el año pasado (“TACTO, EL GRAN OLVIDADO DE NUESTROS SENTIDOS” y “BUEN OLFATO:SIEMPRE LA MISMA TETA”)


Hoy voy a dejar el sentido de la vista para otro post, y os voy a contar algo sobre EL OÍDO, un sentido, para los collies, tan privilegiado como el olfato. Los dos constituyen durante la etapa de cachorros unos valiosos auxiliares a los que recurrir en cada momento. Y luego, en la edad ya adulta, cuando los sentidos han alcanzado su máxima plenitud, serán tan importantes, que consideramos que con estos dos sentidos solamente, un collie podría desenvolver su vida.

La capacidad auditiva ha sido nula desde que nacieron los cachorros, pero a partir de hoy, irá evolucionando hasta perderse en límites insospechados. Un cachorro, al nacer, es incapaz de captar ruidos. Su membrana timpánica necesita unos días para aclimatarse a la presión atmosférica del nuevo mundo al que ha llegado, es decir, endurecerse lo suficiente para no ser destrozada por las presiones.

A los 11-12 días ya abre los oídos y recibe las primeras sensaciones sonoras, pero no sabe medirlas ni analizarlas, por esa razón desconoce su procedencia y no se orienta nada más que con la ayuda, como ya conté en los posts antes mencionados, del tacto y del olfato. A medida que van transcurriendo los días, la sabia naturaleza va educando el oído, y poco a poco, va apareciendo la orientación por localización de la procedencia del sonido. A pesar de que el cachorro de un mes oiga ya perfectamente, su capacidad auditiva no será nunca la del cachorro de cuatro meses, ni la de éste será la del de seis, que consideramos es la edad en que ya alcanza su pleno desarrollo auditivo, que luego irá perfeccionando cada vez más hasta llegar al verdadero análisis de intensidades, frecuencias y aislamiento de sonidos, con lo que al llegar al año será capaz de reconocer el ruido del motor del coche de su familia humana entre miles de coches idénticos.

No obstante, la intensidad del sonido, cuando rebasa los límites normales para ser captada por el oído sin producir sensación molesta, según la edad del cachorro, puede producir una serie de trastornos de orden fisiológicos y también dentro del campo emocional. Por eso, al cachorro, hay que ir incorporándolo al mundo de los ruidos con la máxima precaución y acertada dosificación.

La capacidad auditiva de los collies supera por mucho a la de los humanos. Es por ello que en ocasiones ladramos, porque podemos detectar infinidad de ruidos, sonidos y movimientos por medio de nuestro oído, imposibles de detectar para una persona. Y no sólo registramos sonidos cuando estamos despiertos, también podemos hacerlo cuando dormimos. Aunque estemos profundamente dormidos, podemos detectar cualquier sonido extraño en seis centésimas de segundo y despertarnos en el acto.

A su vez, nuestras orejas tienen mayor movilidad. Cada una de ellas cuenta con diecisiete músculos diferentes, además de una compleja red que posibilita cambiarlas de posición y localizar la procedencia del sonido. Podemos moverlas hacia arriba, hacia abajo, inclinarlas, que den vuelta, etc. Incluso podemos hacer estos movimientos con una sola oreja por separado. Todo esto nos permite tener una audición mucho mayor, ya que nuestra oreja se convierte en una especie de radar que almacena y clasifica las distintas vibraciones, amplifica el sonido y lleva directamente a nuestro cerebro esas ondas sonoras para convertirlas en información y estímulos.

En la edad adulta, los collies tenemos un sentido del oído tan agudo que nos permite percibir sonidos muy débiles que son totalmente inaudibles para las personas. Dicen que el hombre capta entre 16.000 y 20.000 vibraciones sonoras por segundo, mientras que el collie percibe entre 70.000 y 100.000 vibraciones. Los collies, por ejemplo, podemos oír una tormenta que esté a 15 Km., cosa totalmente imposible para el ser humano.


Las familias que van a acoger a mis hijos, deben saber que los collies somos muy sensibles a los distintos tonos de voz. Ante tonos tranquilos y relajados, la respuesta del cachorro será positiva. Por tanto, las órdenes para educarlo, no han de ser levantando la voz o gritándole. Hay que utilizar una voz suave, clara y concisa. Para que el cachorro no haga oídos sordos, siempre palabras dulces. 

Estos hermosos cachorros que ahora duermen plácidamente sin enterarse de nada, acabarán teniendo un oído muy fino. Antes de incorporarse a su nuevo hogar, yo les susurraré uno a uno: “Podrás elegir qué frecuencias escuchar y qué frecuencias ignorar, es un don que la naturaleza nos ha otorgado a los collies. Con esta habilidad, deberás acostumbrarte a ignorar muchos de los sonidos que se producen en el hábitat de los humanos. Aprender a “no oír” te ayudará a evitar el estrés y a ser más feliz”. 


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