lunes, 30 de noviembre de 2015

EL SENTIDO DE LA VISTA EN LOS CACHORROS

En posts anteriores comenté algunos de los sentidos del collie como el tacto (“El gran olvidado de nuestros sentidos”), el olfato (“Buen olfato: siempre la misma teta”) y el oído (“Un oído muy fino”). Hoy voy a escribir sobre la vista.

Hace 14 días que vuelvo a ser abuela y estoy muy orgullosa de mis nietos. Esta vez no he querido perderme un momento muy importante de su vida, como es el día en que vieron la luz por primera vez. Observé con atención sus ojos y vi que primero se abrieron un poco por el centro más próximo al interior del ojo. Poco a poco se fue extendiendo la apertura hacia el lado exterior, hasta que el ojo se abrió por completo.

Recuerdo cuando yo abrí los ojos por primera vez, que no veía correctamente, todo era borroso hasta al cabo de unos días. Mientras intentaba abrirme camino entre mis hermanos (éramos 10) para alcanzar alguna teta, lo primero que vi fueron sus pequeñas patitas y luego el gran cuerpo de mi madre. Pasados unos días entre luces y sombras, recuerdo que salimos a jugar al exterior y, al levantar la cabeza, una gran superficie azul se extendía sobre mí, manchada por pequeñas pinceladas blancas de aspecto esponjoso. 


Si cualquier ser humano permaneciera una larga temporada encerrado en una habitación totalmente oscura, y súbitamente fuera sacado a la luz del sol, el gran impacto lumínico que recibiría la retina de su ojo podría producirle una ceguera instantánea y total. El procedimiento para evitar este accidente consistiría en ir incorporando poco a poco al individuo a distintas intensidades lumínicas que fueran aclimatando la retina del ojo a la luz.

La sabia naturaleza ha sabido prevenir esta circunstancia, y por ello los collies nacemos con los ojos totalmente cerrados. Estos cachorros vienen de un mundo totalmente oscuro a un mundo de luz, y la proyección de ésta sobre el aparato visual, inmediatamente después de nacer, produciría la ceguera. Ellos han abierto sus ojos al cumplir los once días de vida, pero antes de abrirlos totalmente, sus párpados, que han venido actuando de telón protector, se han ido despegando lentamente de forma que muy tenuemente el ojo, antes de aparecer abierto del todo, se ha ido aclimatando a ligeros destellos de luz.
Por tanto, la vista del cachorro en los primeros días de vida, cuando ya ha abierto sus ojos, no debe ser sometida a luces intensas.

Cuando el cachorro abre sus ojos capta la luz, pero no distingue imágenes. Su vista se irá reforzando poco a poco y más tarde empezará a poderlas captar deformes y difuminadas, como envueltas en niebla, hasta que por fin su turbio horizonte se irá aclarando y entrará progresivamente en su perfección visual.
El cachorro tarda bastante en conseguir la educación de su vista, sobre todo en lo referente al alcance de ella. Es a partir de las seis semanas cuando la retina empieza a funcionar correctamente, desarrollando la percepción visual de manera progresiva hasta aproximadamente los tres meses de edad, cuando alcanza su visión definitiva. Aunque a esa edad, ha evolucionado más su capacidad auditiva que la visual. El oído y el olfato son dos grandes auxiliares que nos sirven a los collies, ya desde cachorros, para reforzar nuestra agudeza visual.


Los humanos debéis saber que los collies, cuando se nos acerca alguien de la familia o una persona conocida, no logramos reconocerla totalmente por la vista, o sea, no reconocemos su fisonomía, y lo que hacemos es recomponer a esa persona recurriendo a ciertos rasgos y detalles particulares captados y retenidos con anterioridad, como la forma de andar, gesticular, etc. Pero lo que más nos ayuda es nuestro olfato, con el que conseguimos individualizar el olor de cada persona, y nuestro oído, con el que también logramos independizar distintos sonidos, ya sea la voz, los pasos, etc. Con lo que la entrada en acción de la vista queda altamente reforzada.

Si el sentido de la vista de los collies no es el principal ni es tan importante como en los humanos, te estarás preguntando ¿cómo es que podemos cazar una pelota al vuelo?, ¿es cierto que vemos en blanco y negro?, ¿somos capaces de ver la televisión?... Próximamente  dedicaré un post para responder a estos interrogantes y explicar el sentido de la vista en los collies adultos.


martes, 17 de noviembre de 2015

HOJAS CAÍDAS

“Hojas del árbol caídas, juguetes de viento son,
las ilusiones perdidas, hojas son ¡ay! desprendidas del árbol del corazón”
(José de Espronceda)

Yo soy NINA y este es mi dominio: la Naturaleza

Hace días que llegó el otoño. Puede que algunos humanos no se hayan dado cuenta porque aún hay gente bañándose en la playa o tomando un helado en vez de castañas. Hay quien lo llama “veroño”, porque durante el día sigue haciendo calor y solo por la noche refresca un poco. Mi abuela Jolie está preocupada por el clima y no le gustan los humanos que van en contra de la madre Naturaleza, queriendo crear una nueva estación. “El  cambio climático y el calentamiento global es culpa de la especie humana” –me repite con frecuencia. “Y con estas perspectivas, los collies cada vez tendremos menos pelo”. Y acaba: “No olvides nunca esto, querida Nina: La Naturaleza no siempre es compasiva. Puede ser generosa, tierna y maternal como una madre, y también devastadora y sin piedad como un dios furioso”.


Seguidme. Aquí empieza la historia de las "Hojas Caídas"

Caminar en otoño por el bosque es tan sugerente como hacerlo durante el resto del año, si no fuera por los mensajes que la Naturaleza envía a los sentidos en esta estación. Pocas cosas hay que puedan superar la belleza y la magia de estos paseos, salpicados por los marrones, los naranjas y los rojizos de los paisajes llenos de hojas caídas y árboles que empiezan a desnudarse.

Bruixa se ha vuelto loca. Quiere convertirse en una hoja. Una hoja de cualquier árbol, una hoja caída, que se mueve a donde el viento sople, de esas que por momentos se detienen y luego vuelan para ocupar otros espacios no planificados. Le fascina pensar en la fuerza de la espontaneidad, de no planificar, de dejar que simplemente sea. Por eso Bruixa desea ser hoja caída, fluir con el viento, y acompasar los movimientos acompañada de otras hojas, que como ella, lo único que desean es ser livianas y no pensar, no sentir, solo volar y dejarse llevar.

Al detenernos en medio del bosque, totalmente quietas sobre las hojas secas, el silencio es total. La Bella Swan me dice con razón: “Los humanos viven tan deprisa que se olvidan de disfrutar de la vida, de sentirla, de olerla, de escucharla, de contemplarla, de degustarla. Se olvidan de vivir con magia. Las collies, no. Nosotras acariciamos la vida, sentimos su aroma, escuchamos su sinfonía, contemplamos su belleza y degustamos sus sabores. Nuestros sentidos están despiertos. Vivimos siempre con magia, hoy gracias a las hojas caídas”

Me gusta el otoño, cuando las hojas caen, cuando emprenden su vuelo indeciso entre los vientos, cuando se posan y piensan... ¿Qué piensan las hojas caídas? ¿Qué piensan, qué sienten cuando dejan de ser verdes y se vuelven ocres?...

Todos los collies deberían pisar alguna vez las hojas caídas, ese suave y a la vez duro “cras-cras” que hacen al contacto de nuestras patas. Escucharlas crujir nos hace pensar en un cuento de hadas, nos hace volver a ser cachorros y nos da energía para vivir a tope…, como muestran las siguientes fotos…

GORY, no te pierdas que entramos en el bosque

Hemos de ir hacia allá, donde están todos. 
Vamos, ya se acaba la subida
"Aquí hay algo" (Sí, encontró basura de los humanos)
MERLOT, buscando las hojas más grandes
"¿Y ahora qué? Allá hay más hojas caídas. ¿Por dónde pasamos?" -se pregunta BRUIXA
Aquí hay muchas hojas. Es magnífico para galopar.
Culos salpicados de hojas
Juegos y peleas: El placer de revolcarse por las hojas
Se acabó la aventura. Una última mirada al paraíso de las hojas caídas. El año que viene volveremos.