El pasado 15 de junio, un grupo autodenominado “indignados” bloquearon el paso de los diputados al Parlament de Catalunya. Atacar la libertad de información y la expresión de la democracia, amenazando, agrediendo y cerrando el paso a periodistas y diputados, no es un comportamiento que represente a los millones de auténticos INDIGNADOS que se manifestaron pacíficamente en toda España. Quiero pensar, por tanto, que fue el comportamiento de unos pocos, que más que indignados, son indignantes.
Pero no, no voy a escribir un post sobre política. Los collies no entendemos de política, porque no sabemos mentir. Yo solo os quiero contar la historia de Annabelle, el primer perro que entra en el Parlament de Catalunya para hacer su trabajo. Ella seguirá todas las sesiones de la presente legislatura a los pies de su amo. Sin voz ni voto… de momento.
Annabelle es una perra-guía. Estos perros adquieren, gracias a un esmerado adiestramiento, el papel de ojos del que no puede ver, como es el caso de su dueño el diputado de CIU Josep María Llop. Popularmente se les conoce como “lazarillos” y algunas veces los habréis visto ejerciendo su trabajo en el transporte público o ante un paso de peatones. En su entrenamiento han participado especialistas que no sólo les adiestran para su asistencia a una persona ciega, sino que también les trasmiten valores como el cariño, la comprensión y la ternura. Annabelle, además, fue entrenada para moverse por un lugar insólito y complicado como el Parlament y guiar a su dueño invidente hasta su escaño, obtenido en las últimas elecciones autonómicas.
Lo que no se esperaba Annabelle fue lo que le pasó ese 15 de junio a su dueño (y por extensión a ella). Porque ella, una de mi especie, también se sintió vilmente agredida.
"Es ciego, pero también es un diputado” –argumentó un “indignado” para justificar su acoso.
Entonces, otro de los jóvenes intentó arrebatarle a Annabelle, de la que no se separa nunca cuando sale a la calle. En ese momento, el diputado invidente reaccionó vehementemente agarrando con fuerza la correa de Annabelle para que no se la quitaran.
Josep María destacó, después, la serenidad con la que actuó Annabelle, que, pese a la tensión del momento, no abandonó ni por un instante su función de asistencia. Yo creo que no hubiera podido contenerme y alguien se habría llevado una buena dentellada.
“Es muy peligroso lo que han hecho”, explicó luego Llop, que añadió que “pierdo la autonomía si me quitan a Annabelle”. Además, advirtió de que el animal, a causa de la agresión, podría haber sufrido algún desequilibrio que podría provocar la pérdida de facultades como perro lazarillo.
Los perros lazarillo, entrenados para guiar a personas ciegas, establecen lazos de cariño y unión con sus dueños, que van mucho más lejos de su labor como simple guía. Para una persona invidente la elección del perro adecuado y el entrenamiento son las claves para un resultado óptimo. Es el caso de Annabelle, una perra de tamaño mediano, muy inteligente, obediente, cariñosa y equilibrada. Y ahora también “diputada”…
Annabelle no es un collie, pero como si lo fuera. Por eso reprocho y condeno un acto tan lamentable y pido a los humanos que nos respetéis siempre. Especialmente a mis amig@s, sean de la raza que sean, que realizan tan importante labor social. Por ejemplo:
- No des de comer ni llames a un perro-guía cuando está trabajando. Los silbidos pueden distraerle.
- No dejes a tu perro suelto cerca de un perro-guía. Tenlo siempre controlado para evitar percances.
- Para dar una indicación al dueño, no tires de la correa ni agarres del arnés al perro-guía.
- La ley ampara al perro-guía. No impidas su paso a los establecimientos ni transportes. Facilítale una ubicación cómoda en los transportes públicos.
- Si cuando vas conduciendo ves que un perro-guía intenta cruzar, ten precaución y para a una distancia suficiente para no asustarle.
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