“¡Envejece conmigo! Lo
mejor está aún por llegar”
(Robert Browing)
Los días pasan muy deprisa. Mis cachorros
tienen 6 semanas y ya no necesitan tanto mis cuidados. Al ser solamente tres,
ha sido todo muy fácil, y estoy dedicando mucho tiempo para estar con Cap, el
más viejo de la manada, que pasa muchas horas en la zona de cría, más tranquila,
lejos de las carreras y “locuras” de las más jóvenes de la manada.
La primavera cálida que tenemos nos ha
permitido a Cap y a mí, con permiso de los cachorros, estar muchas horas tumbados en la hierba,
charlando, viendo florecer los perales y el manzano. Aunque yo más que charlar,
lo que he hecho es escuchar:
En este momento de mi
vida busco solo aquello que me haga SENTIR y ser yo mismo. Estoy en una etapa
en la que no necesito impresionar a nadie. Yo no vivo para impresionar al
mundo, sino para ser feliz y realizarme. Lo que de verdad cobra
importancia ahora, es vivir lo que me queda de vida sin destacar para
los demás, solo para mí, mi familia humana y la manada.
A
medida que pasa el tiempo –me sigue comentando Cap- uno va entendiendo que todo puede deteriorarse menos el propio
corazón. Incluso los dolores físicos propios de mi avanzada edad que me están
afectando, no pueden penetrar, ni afectarán nunca, a la esencia pura del
corazón y a lo que éste proyecta de forma integral.
Podemos
ir perdiendo vista, escuchar peor, caminar dificultosamente, incluso ir
abandonando todos los placeres que en otros tiempos parecían la razón de la
existencia. Podemos alejarnos de la vida y hacerlo, irremediablemente,
perdiendo las facultades que brillaron en nuestro cuerpo cuando se encontraba
en plenitud, pero tendremos, al menos, la tranquilidad de que nuestro corazón
no cede y sigue fiel a sí mismo, sin hundirse, dando todo el amor de que es
capaz en cada momento de nuestra existencia.
No des mucha importancia
a la edad de tu cuerpo físico, querida Nina. Sé siempre joven de espíritu. El corazón
no tiene edad. La mente jamás envejece. Aunque el cuerpo sufra los síntomas de
la edad física, tú consérvate joven y bien dispuesta, porque esto depende de tu
mentalidad positiva. Procura que la juventud de tu espíritu se irradie a través
de tu cuerpo, tengas la edad que tengas.
Es muy gratificante pensar que no hay
barreras para el corazón, que puede estar aquí y ahí, en los collies y en las
personas. Que es capaz de seguir sintiendo, de emocionarse, de generar su
energía amorosa, una y otra vez en su centro como si nada pasase. Es delicioso
sentirlo palpitar en el interior y saber que en cada latido ha ido sumando
afectos desde las emociones y sentimientos.
Es maravilloso advertir cómo a pesar de todo,
hay algo en el corazón de un collie que no cambia nunca, que nació con una
inmensa capacidad de dar y recibir, que se engrandece a lo largo de la vida y
que nunca muere.
Grandes amigos. dándose soporte. Cap y Jolie, mermados físicamente, pero con un corazón enorme |
Dicen
que la vida es corta, que pasa en un suspiro y que cuando nos
damos cuenta, estamos ya viviendo más de los recuerdos que de lo que acontece a
nuestro alrededor. Y la verdad, es que más que temer a esa fugacidad de nuestra
existencia, lo que de verdad asusta no son los errores, ni las caídas, ni aún
menos las veces que nos hemos perdido en el camino. Lo que aterra, es una
vida no vivida.
Cap
ama a todo el mundo, no porque todas las personas lo merezcan, sino porque es
su forma de vivir. Su corazón nunca rechaza, porque el rechazo siempre trae
sufrimiento. Su corazón vibra, se expande en positivo, para incluir, también
aquello que parece difícil, con fuerza, alegría y sintonía con la vida.