“Hoy hace niebla, hay
niebla,
pero arriba, en el
cielo,
como todos los días,
ha salido el sol, hay
sol
por encima de la niebla.”
(Andrés C. Bermejo)
Mi
nieta Bruixa es una “bruja”, sabia, independiente, fuerte. Ser bruja hoy en día
es un privilegio de espíritus libres, de corazones osados… A la bruja se la ve
como algo remoto, lejano, de otro tiempo, pero la bruja no tiene edad, ni una
época. Los espíritus fuertes trascienden esas ideas. Es el poder de la
imaginación... Estos días he de cuidar de ella. Su madre está de baja por
maternidad. Suerte que soy una abuela joven y moderna y puedo con todo. Pienso
en los “nuevos abuelos” humanos, que brillan por su disponibilidad y su
capacidad para asumir roles múltiples.
Bruixa,
a los 6 meses, estuvo en la poza de Les Bruixes, donde en las noches de luna
llena todas las brujas de la comarca se reunían para hacer sus aquelarres. Ahora
ha oído hablar de una montaña, el Puig de les Bruixes (Pico de las Brujas), y
hacia allá hemos ido hoy de excursión.
“Me pusisteis de nombre Bruixa y quiero conocer todos los lugares donde hubo
brujas”. Me parece que eso va a ser muy difícil. La figura de la bruja está
muy extendida en los Pirineos, donde muchos pueblos tienen a la bruja como
símbolo y la tradición popular sitúa numerosas pozas negras y montañas como lugares
de encuentro de brujas, supuestos espacios de culto y brujería, como el Puig de
les Bruixes.
Hemos
salido temprano de casa. Hay que viajar una hora y media en coche y luego dos
horas caminando hasta la cima. “Guau
–ha exclamado Perla, ¡mal día para
ir de excursión!” Niebla y frío. Al paso por Camprodón, la temperatura
era de -3º y los prados estaban blancos por el rocío de la noche, como si
hubiera nevado. Después de Rocabruna, tomamos una pista forestal, 7 km. de
lenta ascensión. Pronto nos damos cuenta que estábamos equivocadas. La niebla estaba
en el valle. A falta de 2 km., emergimos de ella y nos encontramos con un sol
espléndido, un auténtico regalo.
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Al bajar del coche, las vistas son imponentes: un inmenso mar de nubes bajas. |
Dejamos
el coche en la Bassa de Monars y contemplamos un inmenso mar de nubes bajo nuestras
patas, con horizonte incluido. Iniciamos el camino. Pasamos por un bosque de
robles y otro de avellanos. En menos de una hora llegamos al Pla de Serra. No
solo el sol y un cielo intensamente azul hacen que estemos de buen humor, sino
también los coloridos bosques, con esos tonos amarillo fuerte y naranja. De
repente, me pongo en guardia. He olido a alguien. Las tres empezamos a ladrar. “¿Serán brujas?” –nos pregunta Bruixa. Se
acercan dos personas y nos saludan. Perla y yo nos acercamos. Bruixa sigue
ladrando desconfiada. “Basta ya, Bruixa”
–le digo, “¿es que no te funciona tu
sexto sentido?, son gente de paz”.
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NINA, contemplando la niebla baja. |
- ¿Vais
al Puig de les Bruixes?
–pregunta el de mayor edad. Antiguamente,
en estos parajes –nos explica con voz de sabio, las brujas se reunían para bailar las noches de San Juan. El Puig de
les Bruixes fue un lugar de supuestas celebraciones de aquelarres, punto de
cita de las brujas más importantes de la comarca. Aún hoy, algunos creemos que
entre la densa niebla cabalgan las brujas…
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PERLA y BRUIXA en el Pla de Serra. Al fondo, el Puig de les Bruixes. |
Solo
le faltaba a Bruixa escuchar estas historias de un venerable anciano. Al reemprender
el camino, ella los ha acompañado un buen trozo. Luego ha regresado corriendo,
con la lengua afuera. Ahora ya solo nos falta reseguir la cresta de norte a
sur, por prados de montaña y hayedos, hasta llegar a la cima. El Puig de les
Bruixes (Pico de las Brujas) separa la Alta Garrotxa de el Alt Empordà. Aunque
no es de los picos más altos de la zona, presenta una de las mejores
panorámicas. Hoy solo hay buenas vistas hacia al norte, con el imponente
Canigó. Hacia el sur, el mar de niebla nos impide ver el Mediterráneo, la Vall
d’en Bas, la Vall de Bianya, etc. Perla, Ara y yo estuvimos aquí en primavera y
lo sabemos muy bien.
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Ya falta poco para la cumbre. El mar de nubes sigue intacto. |
En
la cumbre hay poco espacio, pero estamos un rato descansando. Hay un pequeño "belén" de acero inoxidable, que alguien renueva cada año. Es el del 2014 y se conserva
muy bien. Bruixa dice que no le gusta, porque lo dejan aquí todo el año para
alejar a las brujas.
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BRUIXA, en la cima del Puig de les Bruixes. |
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Desde la cima, mirando hacia el sur, se ven los valles cubiertos. BRUIXA, por encima de la niebla. |
El
regreso lo hacemos más lentamente porque estamos cansadas, hace calor (17º) por
aquello que los humanos llaman inversión térmica y nuestra familia quiere hacer
más fotos.
Al
fondo, sigue la densa niebla, atrapada entre las montañas, cubriendo los valles
completamente y dejando ver desde donde estamos algunos de los picos
sobresalir. Pienso en lo bonito de esta imagen, pero luego pienso que si yo
estuviera metida dentro de esa nube no podría ver nada y para mi sería una
imagen horrible. Y cuán parecida es la vida a esa imagen, cuando pienso en
algunos amigos y amigas humanos, que en estos momentos están atravesando una
época difícil debido a alguna situación en la que no ven la salida. Es como si
estuvieran inmersos en esa niebla y les es muy difícil ver lo positivo de la
situación. A pesar de ese sentimiento de temor, angustia, stress y sentirse
perdidos, quisiera gritarles que hay que remontar por encima de la niebla y así
poder ver la situación desde otra perspectiva.
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BRUIXA y NINA, regresan felices. Adiós al Puig de les Bruixes, al fondo. |
La
niebla significa la desorientación, el miedo, los temores, un tropezón en la
vida o un desarraigo. Si no subes unos cuantos metros, no te crees que
realmente va a llegar el momento en que vas a ver la niebla por debajo,
superada. Hay que caminar, ir siempre hacia arriba, recuperar la confianza y
sentir el calor del sol.
Yo
también, como mi pequeña nieta Bruixa, siempre he creído que la niebla oculta
misterios, historias pasadas, verdades y mentiras que avergüenzan a los humanos
que se atreven a pasear bajo ella. Como nos ha explicado el venerable anciano sabio que hemos encontrado
en el camino: “Las palabras se quedan
suspendidas en la niebla, ocultas hasta que escritores y poetas las buscan y
atrapan para dejarlas secar y brillar bajo el sol del otoño. ¿Os atrevéis a
cazarlas?”
Hola, soy Gori, gracias querida hermana y amigas por esta historia tan preciosa. Por lo guapas que estais en las fotos (guauuuuuu). Le he explicado la historia a mi querida humana Mª Àngels, se ha emocionado y la ha agradecido. Intentar atravesar la niebla, conseguir trascender la niebla.... me ha abrazado mientras una lágrima rodaba por su mejilla agradecida.
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