viernes, 13 de mayo de 2011

NOOR


Os presento a NOOR. Mi hija NOOR es la escogida este año para ayudar a la ONG Sonrisas de Bombay.
Todo empezó cuando nuestra malograda LLUM se leyó de un  tirón el libro de Jaume Sanllorente (ver el post de 8 de junio de 2009). Su tozudez se convirtió en una exitosa realidad el año pasado cuando ofrecieron por KARUNA, nuestro primer collie solidario, 1.265 € destinados íntegramente a Sonrisas de Bomay 

Esperamos que este año, a pesar de los tiempos difíciles que estamos pasando, alguna persona generosa se interese por nuestra collie solidaria y se lleve a su casa a la bella y cariñosa NOOR,  haciendo a la vez felices a los más desvalidos de Bombay.

¿Sabéis, los humanos, qué pueden significar hoy los 1.000 €, por ejemplo, que se podrían pagar por NOOR, para los proyectos educacionales de Sonrisas de Bombay?... 

-          Se podría pagar la escolarización en guarderías de 30 niños durante 3 meses.

-          Se podría pagar el alquiler de una guardería durante dos cursos.

-          Se podría pagar el material escolar de un curso escolar a 220 alumnos de primaria.

-          Se podrían pagar 315 mochilas para ir al cole.


¿Por qué NOOR? NOOR significa LLUM (Luz). Pero le hemos puesto el nombre de NOOR, en recuerdo a la niña que conoció Jaume Sanllorente en su primer viaje a Bombay, y que fue la gota que desbordó el vaso de su generosidad. Los olores, los colores y las sonrisas de los niños le estaban fascinando, pero NOOR le impactó tremendamente y le hizo llorar. Esas lágrimas no tenían vuelta atrás. Empezaba a gestarse Sonrisas de Bombay… 
  

La mezquita de Aji Ali me pareció uno de los paisajes más hermosos de Bombay… Sus minaretes, que sobresalen del templo en medio del mar, son de una gran belleza, especialmente en las horas más bajas del día, cuando se pone el sol y las primeras luces de los edificios de la ciudad hacen su puesta de largo.

A pesar del esplendor del edificio, el recorrido por el pasaje de piedra encima del mar que es preciso cruzar para llegar a la mezquita no es, ni mucho menos, agradable. Decenas de personas con las extremidades amputadas piden caridad al visitante, a la vez que claman piedad a su dios Alá. Y, en medio de aquel espantoso entorno, una niña hermosa y viva que me observaba fijamente. Estaba sentada en el suelo. Llevaba un vestido de color Burdeos con ribetes de puntilla que tiempo atrás fueron blancos…

-          ¿Cómo te llamas? –le pregunté.

-          Noor –dijo con voz muy nítida.

-          ¡Noor! ¡Qué nombre más bonito! Significa luz, ¿verdad?

-          Sí –respondió pizpireta, sabiéndose poseedora de un nombre preciado.

-          ¿Cuántos años tienes?

-          Diez

-          ¿Y no vas al colegio? –le pregunté estúpidamente, conociendo la respuesta que obtendría.

-          No, mi madre trabaja aquí y yo estoy con ella. Pedimos dinero a los turistas.

-          ¿Te gustaría ir a la escuela?

-          Sí, pero yo no puedo. Estoy aquí y ayudo a mi madre, no puedo ir a la escuela. Ella ya me enseña –respondió mirando hacia el horizonte y dando por zanjado ese tema de conversación.

-          Noor, ¿te gustan los helados?
Fue su última visita turística. Aquí conoció a Noor. Al día siguiente estuvo en Karuna... y tomó la decisión que cambió su vida.
Noor giró su cabeza rápidamente hacia mí, asintiendo de izquierda a derecha al más puro estilo indio. Su expresión se tornó más infantil y alegre, y sus ojos, negros y penetrantes, irradiaban la ilusión que la mágica palabra “helado” había provocado en su estado anímico.

-          Ven, Noor, acompáñame a comprar un par de helados en esa tienda de allí.

En ese momento, Noor, que me miraba fijamente sin dejar de sonreír, se arremangó la falda y descubrió dos muñones ocultos hasta entonces bajo la tela. Alguien le había amputado las piernas a la altura de los muslos para que diese más lástima a la hora de mendigar, una costumbre extendida en la India que sufren los más pequeños, los más indefensos.

Fui a buscar el helado secándome las lágrimas como pude y juntos pasamos esa tarde, en medio del Mar Arábigo y de aquella injusticia que me sobrepasó completamente.

Del mismo modo que todo escenario tiene sus focos y toda calle tiene sus farolas, Noor, con la luz de su nombre y su mirada, alumbró el camino que yo estaba tomando sin saberlo aún…

(Jaume Sanllorente, “Sonrisas de Bombay. El viaje que cambió mi destino”)

Sonrisas de Bombay está compuesta hoy por un equipo de personas que quiere un mundo más justo y digno, centrando su objetivo en los sectores más pobres de la ciudad india de Bombay.

Actualmente unas 5.000 personas y más de 900 escuelas son beneficiarias de sus proyectos y da trabajo a 339 personas de la India, siguiendo en su línea de apostar por la creación de empleo entre las propias comunidades de Bombay.

La misión de un collie es sencilla y limitada: hacer feliz a nuestra familia humana. Pero vosotros los humanos podéis hacer mucho más. Empezad por leer el libro de Jaume Sanllorente “Sonrisas de Bombay. El viaje que cambió mi destino” y dejad que fluyan las emociones: amor, pasión, coraje, humildad, tolerancia, humanidad, fuerza, alegría de vivir…

Jaume y Sonrisas de Bombay están haciendo una gran labor y necesitan la colaboración de personas como tú. Con el pequeño esfuerzo de muchos, se puede lograr un mundo mejor para todos.

Como dice Jaume Sanllorente:

“Todos podemos pintar de blanco, por poco que sea, la negra pared del mundo del que tanto nos quejamos”.
Noor espera su nuevo destino

1 comentario:

  1. Me apunto el libro para mi próxima lectura
    aullidos afectivos del lobo y su manada.

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